La Magia de un Retornado Debe Ser Especial - Capítulo 233 - Novela en Español

Capítulo 233 - Guerra Bajo la Superficie (10)

[Advertencia. Menos del 10% de maná restante. Las capacidades defensivas se han reducido significativamente]

La advertencia del Runegear sonó en medio del desagradable calor. 

Desir hizo una mueca de dolor. 

Le dolía todo el cuerpo. 

Lo peor del dolor provenía de su brazo derecho, que había sido destrozado por el hechizo de Crow Mask. 

Otros efectos secundarios de la lucha más allá de su límite se habían empezado a manifestar en todo su cuerpo. 

Sus extremidades, que habían sido reforzadas con maná, estaban hinchadas y enrojecidas por la ruptura de las fibras musculares. 

Sus círculos de maná palpitaban dolorosamente, amenazando con romperse. 

Las heridas punzantes dejadas por Pierrot Mask tampoco eran algo que se pudiera ignorar. 

«Aún no ha terminado...». 

Desir miró a su alrededor desesperadamente. 

Las llamas continuaban ardiendo por todas partes. Bailaban lanzando sombras parpadeantes a su alrededor. 

Todavía tenía trabajo que hacer. 

Estaban bajo tierra. 

Más específicamente, estaban en el lugar que Swan había revelado al sacrificarse. Tenía que obtener alguna información de aquí antes de regresar. 

Desir se sintió como si hubiera entrado al interior de una criatura gigante. 

Tuberías no identificables recorrían la habitación como una intrincada red de vasos sanguíneos. Había un pequeño tubo al final de la habitación donde terminaban todos los demás tubos. 

Miles de ataúdes estaban llenos de material que arrojaba una luz azul. 

Equipamientos mecánicos cubrían las paredes y conectaban tanto las tuberías como los ataúdes. Su estructura proyectaba sombras ominosas. 

En comparación con lo que Desir había visto en el laboratorio personal de Zod, solo podía suponer que esta tecnología era siglos más avanzada. 

Entrecerró sus ojos. 

El maná parecía acumularse en el pequeño tubo de color azul al final de la habitación. 

«Parece un cristal mágico...». 

Piedras mágicas. 

Un subproducto del despeje de un Mundo de las Sombras. 

Era el único material capaz de almacenar maná, y también era capaz de acumular maná por sí mismo. No era una exageración decir que estas gemas mágicas constituían la raíz de la civilización mágica moderna. 

Desir miró a su alrededor. 

Ahora que tuvo la oportunidad de estudiar más de cerca su entorno, el número de cristales mágicos que pudo ver era inimaginable. 

Solamente considerando los cristales mágicos de nivel dos, había decenas de ellos. Las piedras de esta rareza normalmente eran tratadas como tesoros nacionales. * 

*(El cristal mágico que los Forasteros intentaron robar de la Torre de Magia era de nivel dos) 

Había incluso un cristal mágico de nivel uno, de los que eran tan raros que sólo se conocían cinco. 

Considerando la cantidad total de maná en estos cristales, si un hechizo fuera a ser lanzado usando todos ellos, estaría mucho más allá del 7° Círculo. 

Además, esta no era la única torre construida en el Reino de Divide. Recordando la inteligencia que le brindó la Guardia Lateral, había varias torres más como ésta. 

Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Desir. 

«He pasado por alto algo increíblemente importante». 

El objetivo más fundamental de la organización conocida como Los Forasteros era robar cristales mágicos. 

Los reinos no se habían preocupado demasiado de que los Forasteros tomaran algún ocasional Mundo de las Sombras y reclamaran alguna que otra piedra mágica, ya que pensaban que sólo lo hacían para venderlos más adelante o para potenciar sus herramientas mágicas. 

Este comportamiento fundamental de ellos había sido el mismo en su vida anterior. También se le había hecho notar en una de las primeras clases a las que asistió después de su retorno. 

Los Forasteros siempre competían por recoger cristales mágicos. 

Incluso Desir había descartado ese comportamiento debido a que eran artículos valiosos para comercializar. 

Pero después de ver esta habitación, comenzó a pensar que seguramente ese no era el caso. 

Si estaban recolectando piedras mágicas para un propósito diferente a su valor, esta podría ser la razón por la que Skull Mask se unió a los Forasteros. Debía necesitar una gran cantidad de cristales mágicos para algún propósito nefasto. 

Mientras los engranajes giraban en el adolorido cerebro de Desir, tuvo otra epifanía. De repente comprendió la extraña distribución de las piedras mágicas que había visto recientemente en el Reino de Divide. 

Skull Mask no solo utilizaba a los Forasteros para recoger estas valiosas gemas, sino que también había desplegado el poder de todo un reino para recogerlas. 

«Ahora tiene sentido. No me esperaba que los Forasteros pudieran haber recogido tantas piedras mágicas solos». 

La pregunta ahora era sobre en qué planeaban usar los cristales mágicos. 

Los cristales mágicos eran solamente un material para almacenar maná, como una batería. 

Pero era extraño que lo hicieran simplemente para recolectar una gran cantidad de maná. 

Desir se apresuró a buscar más pistas en la instalación. 

Por extraño que esto le pareciera, el paisaje circundante le resultaba familiar. 

Desir pronto se dio cuenta de por qué. 

«Está dispuesto como ese laboratorio de homúnculos». 

Homúnculos. Monstruos que poseían la habilidad de manipular la causa y el efecto. 

Obtenían su monstruoso poder usando un sistema interno de almacenamiento de maná como el sistema de círculos de un humano. 

Sin embargo, la única diferencia clave radicaba en que sus cuerpos utilizaban una poderosa piedra de maná en su núcleo, ayudando a la recolección de maná y a la creación de círculos. 

La cara de Desir se frunció el ceño. 

«No hay manera de que produzcan tantos homúnculos, pero qué otra cosa podría...». 

—¡La expresión de tu cara me hace pensar que has descubierto algo! 

Poco después una voz algo despreocupada interrumpió sus pensamientos, las espadas se cruzaron y las chispas salpicaron por todas partes. 

Adjest bloqueó la daga de Pierrot Mask, antes de dar un paso adelante para hacerlo retroceder. Retrocediendo sin oponer resistencia, Pierrot Mask se retiró. Sin embargo, parecía una retirada deliberada más que el resultado de que Adjest lo superara. 

Al aterrizar ligeramente, alzó la hoja de su daga, revelando su elegancia. Estaba brillante con sangre. 

*Hahhhh* 

Adjest respiró muy profundamente. Tenía cortes por todo su cuerpo. 

Pierrot Mask habló de manera despreocupada. 

—Por mucho que me guste ver sangre, odio tener que dañar una herramienta tan valiosa. ¡Sería mucho más fácil para ambos si todos bajaran sus armas e hicieran lo que les pido! 

—Eso no va a suceder. 

—Bueno, me imaginé que sería así. Pero pronto estarás forcejeando y con gusto me dirás todo lo que sabes. 

Pierrot Mask lamió la sangre de la hoja con su lengua. 

—Los asesinos se especializan en la tortura. Los buenos asesinos pueden obtener información de cualquiera. 

—Eso no será necesario. 

De repente, alguien salió desde la oscuridad. 

La atmósfera se hundió de forma increíblemente pesada. 

Llevaba una máscara de cráneo. 

Desir tenía una mirada aturdida en su cara. 

La vida en sus ojos se oscureció instantáneamente, como si se lamentaran de la gran tragedia que estaba a punto de desarrollarse ante él. 

«Apareció en un momento como este...». 

Los ojos rojos e inyectados de sangre de Skull Mask parecían mirar todo lo que tenía delante. Era como si sólo pudiera ver una colección de meras hormigas que se habían reunido antes que él. 

El aura intimidante que emanaba de Skull Mask frente a Desir era mucho mayor que la que había encontrado en el Mundo de las Sombras. 

La voz de este Skull Mask era firme y su cuerpo era mucho más grande. El anterior Skull Mask tenía un aura de muerte a su alrededor, como la de un árbol moribundo. 

Ahora Desir podía sentir una abrumadora vitalidad que provenía de él. Tenía una presencia distintiva que simplemente no podía ubicar. 

—...No sabía que habías venido hasta aquí. 

Pierrot Mask había estado hablando tranquilamente hasta ahora, pero claramente había perdido su actitud indiferente frente a este otro Forastero. 

Skull Mask le respondió sin la cortesía de mirarlo. 

—No hay razón para no venir. Tengo huéspedes no invitados moviéndose en el escenario que estoy preparando, así que parece que tengo que venir yo mismo a expulsarlos. 

Levantó una máscara de cuervo que había estado tirada en el suelo. Un trozo de la máscara medio rota se cayó. Restos negros se esparcieron en el viento y aterrizaron a los pies de Desir. 

Sus ojos se posaron en el cuerpo retorcido de Icaros Quirgo. 

—... ¿Por qué no lo has matado, Desir Arman? 

—Porque todavía tengo mucho que preguntarle. 

Desir respondió mientras Skull Mask miraba a la figura, que apenas era reconocible como un cuerpo, alegremente. 

—Un esfuerzo en vano. No sabe nada importante. Deberías obtener más información útil. Al menos, por fin me has conocido en persona. 

Skull Mask habló como si estuviera familiarizado con Desir. 

—Desir Arman, he estado vigilando qué Mundos de las Sombras has despejado hasta ahora. He encontrado varios relacionadas conmigo, tanto grandes como pequeñas. Te presentaré mis respetos a ti, que has llegado tan lejos en busca de los rastros que dejé en el pasado. 

«¿De dónde sacó esa información?». 

Esos eran asuntos que solo conocían las figuras importantes del Imperio. 

La red de inteligencia de Skull Mask fue un shock, incluso si Desir no se sorprendiese de los profundos tentáculos que Skull Mask había plantado durante los siglos que estuvo vivo. 

—Ha habido muchos seres como tú, Desir. Incontables seres se han enfrentado a mí durante muchos cientos de años. La mayoría de ellos no eran una amenaza para mí, aunque hubo alguien que me dio un gran golpe. Él empuñaba esa arma de allí. 

La mirada de Skull Mask se dirigió a la espada que sostenía Adjest. 

La Center of Ice. 

Una espada que fue dejada por un misterioso hombre como contramedida para un gran desastre que vendría un día. 

—…Pero al final, nadie ha logrado detener mi plan. 

Detrás de él, apareció un desgarro dimensional y un objeto plateado salió volando. 

Era el artefacto de clase S, “Brionac”. Una lanza que podía dividirse y era capaz de disparar rayos de luz al enemigo del portador. 

—Eso es porque la gran diosa Artemisa está conmigo. 

—¿¡Qué!? 

Desir no tuvo más opción que entrar en pánico. 

La diosa Artemisa. 

La deidad de la Iglesia de Artemisa, una religión que se extendía por todo el continente, y por consiguiente un ser adorado por más de la mitad de la población. 

«¿Por qué sale ese nombre ahora?». 

—Todo el mundo tiene sus ideales. Crow Mask, a quien derribaste, tenía uno y yo también. Existen innumerables ideales en este mundo. 

Hablaba con fanatismo, como si estuviera cautivado por sus propias palabras y su propia voz. 

—Pero no todos ellos van por el camino correcto. Así es como va la historia después de todo. El mundo está lleno de incertidumbre, lleno de malicia y confusión increíblemente intensas. 

Skull Mask habló como si hubiera presenciado personalmente toda la historia de la humanidad. 

Desir fue arraigado en el lugar, momentáneamente abrumado por una emoción parecida al pánico. 

Eso se debió a que el único pensamiento que no pudo sacar de su mente fue que tal vez Skull Mask realmente había sido testigo de todo ello. 

Ellos ya sabían que el Skull Mask frente a ellos había vivido por cientos de años, así que era ciertamente posible que hubiera existido por un tiempo aún más largo. 

—Un verdadero ideal fue condenado y suprimido. Una mejor solución a un problema fue puesta a muerte. Una mejor historia habría existido. Por ejemplo, Crow Mask frente a ti podría haber tomado la dirección correcta para la humanidad. Yo, y la Diosa, lo llamamos el “futuro apropiado”. 

Desir murmuró muy suavemente. 

—“Una gran posibilidad que podría haber sido”. 

Fue un mensaje que Desir había escuchado una vez, después de haber despejado un Mundo de las Sombras. 

Desir estaba confundido y pensaba que podía significar que el Mundo de las Sombras mostraba una “posibilidad”. 

La luz se propagó desde Brionac y se dirigió hacia ellos. Tomando una posición contra él, Adjest levantó su Center of Ice en respuesta. 

Ella desafió tanto su ataque como sus palabras. 

—¿Quién va a decidir ese “futuro apropiado” para nosotros? ¿¡Estás diciendo que eres tú quien nos está juzgando!? 

—¿Todavía no lo sabes, perra estúpida? 

Skull Mask miró al cielo. 

—Dime, ¿has considerado alguna vez la naturaleza de los Mundos de las Sombras? Todo este tiempo, has estado siguiendo sus órdenes, cambiando esos mundos para tener un futuro diferente. Has estado “corrigiendo los errores” del pasado, ¿no es así? ¿Te has preguntado alguna vez qué determinó el “curso de acción correcto” en estos eventos de cambio de mundo? ¿Por qué los humanos tienen que llegar al “futuro correcto” en estos mundos? 

—¡No puede ser...! 

—Los Mundos de las Sombras son una muestra representativa de un mundo verdaderamente correcto, uno que sigue el futuro apropiado. Son el resultado del juicio divino de la Diosa Artemisa.