La Magia de un Retornado Debe Ser Especial - Capítulo 236 - Novela en Español

Capítulo 236 - Guerra por Debajo de la Superficie (13)

—Zod, necesitamos equipamiento mágico para distinguir a nuestros aliados de nuestros enemigos. 

Esta era la Torre de Magia, un lugar cuyo único propósito era el diseño y venta de todo tipo de equipamiento mágico. 

Naturalmente, había disponible abundante equipamiento diseñado para el combate. 

—Pierrot Mask comenzará a moverse en serio. Para ser honesto, él me preocupa demasiado. No sabemos exactamente de lo que es capaz. 

Skull Mask también era un fuerte oponente, pero su habilidad había sido entendida hasta cierto punto. 

Pero no sabían casi nada sobre Pierrot Mask. 

Todo lo que sabían era que tenía la habilidad de transformar su rostro en el de quien quisiera. 

La habilidad iba más allá; cuando copió a Swan frente a Desir, Pierrot Mask asumió todos los pequeños detalles, haciéndolo casi indistinguible de la verdadera Swan. 

Esta habilidad distaba mucho de ser simple, y probablemente todavía tenía más. 

—Mientras estábamos en la torre, el Rey de Divide también estaba en el Palacio Real. Estoy seguro de que tiene más que una simple habilidad para cambiar de cara. 

Desir continuó, en un tono más asertivo. 

—Una de sus habilidades es disfrazarse de otra persona a voluntad. 

—Bien, haré lo mejor que pueda. 

—Y puedes usar esto, si es necesario. 

—¿Desir?... Esto es... 

Desir le entregó un anillo a Zod. 

Era el artefacto de Clase S, “Memorize”, que utilizaba Crow Mask. 

Seguramente sería un considerable incremento de su poder de lucha en manos de Zod. 

—El tiempo es esencial. Necesito que todo esté preparado en treinta minutos. 

—...Ya veo. 

Zod abandonó la habitación con prisa. 

—Priscilla, por favor contacta con los asistentes de cada rey. Su protección es prioritaria. Para facilitar el viaje a los portales de teletransportación, es necesario que las tropas se unan como una sola. 

—No es difícil decirles qué hacer. Pero no sé si me creerán... 

—Este Pad contiene pruebas de la creación de su quimera. Debería ser suficiente, al menos por ahora. 

El Pad contenía toda la información que la Guardia Lateral y Desir habían obtenido de su incursión en la torre. 

A partir de las fotos y las pruebas reunidas, era innegable que el Reino de Divide había, como mínimo, estado estudiando la creación de quimeras a nivel nacional. 

La investigación de quimeras era un tema tabú en todo el continente, por lo que esto por sí solo debería ser suficiente para poner a todos los reyes de su lado. 

—No creo que todos los países estén de acuerdo con nosotros, incluso después de presentar esta evidencia, pero si podemos observar claramente a los Forasteros haciendo un movimiento, nos creerán en seguida. 

Esto no se podía evitar. No había otra manera de abordar esta situación, no cuando la urgencia era la prioridad. 

—Haré todo lo posible. Voy a comandar a los Caballeros que traje para que estén a la espera. 

Con todas las instrucciones entregadas, justo cuando Priscilla estaba a punto de irse... 

—¿Qué le pasó a Lady Swan, Priscilla? 

Esto era lo que él más quería preguntar, pero la situación era demasiado tensa, y no encontraba el momento adecuado. 

Katerina Swan. 

Él originalmente había hecho su movimiento para salvarla. 

Pram escapó con ella, así que ella ya debería haber llegado y haber sido tratada por la Santa. 

La expresión de Priscilla no era muy buena. 

La mirada de Adjest, que se había fijado en un punto del suelo, también se dirigió hacia Priscilla. 

—... ¿Cómo está ella? 

—He tratado todos los traumas físicos, pero el shock ha dañado severamente sus órganos internos. Su vida permanece en estado crítico, y nunca más volverá a emplear Aura. 

Desir sintió que su corazón se rompía en dos. 

Todo el color se desvaneció de la cara de Adjest. 

* * * * * 

* * * * * 

Era ya entrada la tarde, justo antes del crepúsculo. 

—No puedo creer que tengan el descaro de hacer eso en Divide. 

Había un grupo de gente saliendo corriendo de la Embajada de Prilecha. 

—Cuando lo pienso de nuevo, recuerdo que el Rey me había mirado intensamente cuando hablé en su contra. No me gustó la mirada que me arrojó, casi como si me mirara con desprecio. 

El Rey de Prilecha, Gried. 

El hombre regordete salió de la embajada y se dirigió hacia el pasillo. 

Había una multitud de gente moviéndose a su lado. Eran la tropa de escolta de élite de Prilecha. 

La mayoría de ellos, excluyendo a los pocos que venían de los Caballeros de Prilecha, llevaban diferentes tipos y colores de armadura. No se parecían en nada a un ejército regular. 

Esto se debía a que eran mercenarios contratados a través del Gremio de mercenarios Debido a la mala calidad de sus propias tropas, Prilecha utilizaba su riqueza para contratar a los mejores mercenarios que podía encontrar. 

Todos los presentes tenían un rango por encima de la Clase A, un sistema de clasificación único en el Gremio mercenario, y cada uno de ellos se había hecho un nombre en el mundo de los mercenarios. 

Decir que era una unidad de élite sería insuficiente. 

—Su Majestad, creo que es demasiado pronto para simplemente creer tal información. 

El hombre de abundante barba que seguía al Rey Prilecha era conocido como el Rey Mercenario. 

Era un hombre de Rango Alfil, con una habilidad superior a la que el dinero podría comprar normalmente. 

Observaba con ansiedad a sus alrededores. 

Las calles de la Ciudad de los Dragones estaban vacías. 

Hasta hace unas horas, estas calles del centro de Pittsburg estaban llenas de gente. 

La razón de esto fue porque todos los ciudadanos habían sido evacuados poco después de que se difundiera la noticia de los ataques. 

Podía ver el miedo en los ojos de los ciudadanos mientras la party del Rey Prilecha pasaba por allí. 

Continuó hablando. 

—Odio hablar mal del joven, Desir, pero francamente, no podemos descartar la posibilidad de que las pruebas hayan sido falsificadas. Y si usted no se adhiere a las instrucciones de Divide e insiste en movilizar sus tropas sin permiso, pueden sospechar que usted está del lado de los terroristas. 

Este era un tema de gran preocupación. 

Él pensaba en serio cada palabra que decía. 

Como mercenarios, el deber de escoltar al rey de su país era una tarea pesada. Incluso para alguien tan renombrado como el Rey Mercenario, tenía que actuar con toda su carrera mercenaria en juego. 

Para él, estaba claro que debían evitar toda acción imprudente, dejándole a los demás asumir cualquier riesgo. No podía pensar en una situación peor que ser tratado como terrorista por el Reino de Divide, y tener que enfrentarse a sus fuerzas. 

—Tus palabras son acertadas, pero es muy poco beneficioso para Desir difundir tales falsedades. 

El Rey de Prilecha, que analizó las palabras de Desir con su agudo sentido de comerciante, concluyó que: 

—Es natural que crea en lo que dice, ya que la mismísima Santa también le ha concedido su gracia. Y, sobre todo, he decidido confiar incondicionalmente en este joven después de que protegiera a la capital de mi reino. 

—Sin embargo, dijo que asistía a la conferencia como representante de la Torre de Magia, pero resultó que en realidad estaba buscando información sobre Divide desde las sombras. Ya ha demostrado su deshonestidad, así que, ¿cómo podría...? 

—¿Quizás sabía que había un Forastero operando dentro de Divide antes de venir? 

Mientras el grupo pasaba por una parte particularmente oscura de la calle, debido a las sombras que proyectaba un edificio, tres mercenarios cayeron. 

Ellos habían estado parados en el medio del grupo y cayeron sin previo aviso, su sangre se acumuló en la lechada entre las baldosas. 

*Boom* 

Posteriormente hubo una explosión. 

Se había activado una trampa. 

—¡Asesinos! 

—¡Mantengan la formación! 

Poco después de la explosión, aparecieron unos asesinos, pero no antes de que todos los mercenarios se hubieran puesto en formación. 

Como mercenarios competentes, su tiempo de reacción fue magnífico. Fueron capaces de adaptarse a los cambios muy rápidamente. 

Situándose entre los atacantes y lo que habían sido asignados para proteger, los mercenarios formaron una defensa sólida. Los magos que se posicionaron dentro de la formación defensiva ya calcularon y lanzaron hechizos hacia los asesinos. 

El número de asesinos era más de treinta. 

*Kwoong* 

Lo fundamental de un asesinato era acabar con el oponente antes de que tuviera la oportunidad de darse cuenta. Tan pronto como se revelaba su presencia, ya no había posibilidad de que un asesino ganara en una confrontación directa. 

Este era el sentido común prevaleciente. 

Sin embargo, estos asesinos se negaron a retroceder. 

Después de una corta escaramuza, los asesinos del flanco izquierdo del grupo rompieron la formación. Estaban a un nivel muy alto en las artes marciales en comparación con un asesino convencional. 

Los mercenarios, que habían debilitado su formación mientras lidiaban con los asesinos, terminaron dejando pasar a varios. 

—¡Dios mío! 

Después de romper la formación, corrieron y abrieron fuego contra el Rey Gried. 

—¡Están apuntando al rey! 

—¡Reúnanse todos! 

El capitán mercenario gritó con urgencia. 

Pero aquí y allá, la respuesta de los mercenarios se fue reduciendo poco a poco. 

—¡Oh, mi...! 

—¡Por qué estás aquí! 

—¡No te interpongas en el medio de mi hechizo! 

Era una brecha muy pequeña en términos de coordinación, pero resultó fatal. 

Los asesinos que buscaban al rey volvieron a romper las defensas de los mercenarios. 

Se empleó magia explosiva para matar a los mercenarios que se acercaban, así como hilos con infusión de Aura. 

Los magos murieron primero, antes de tener la oportunidad de disparar otra ráfaga de hechizos. 

—¡Maldición! 

El capitán de los mercenarios sacó su espada. 

Una espada llena de Aura mató a uno de los asesinos. Pero su espada sólo pudo llegar hasta cierto punto. No pudo detener a todos. 

Mientras los asesinos disparaban otra ráfaga de dagas a Gried, de repente se detuvieron. 

El cambio ocurrió tan rápido que ni siquiera Gried pudo reaccionar. Continuó ahí de pie, con la mente borrosa por el torbellino de pensamientos que se le venían encima. 

*Boom* 

Sonidos aterradores sonaban por todas partes. Poco después, los asesinos que habían levantado sus armas contra Gried cayeron al unísono. 

Había un agujero del tamaño de un puño en cada uno de sus pechos. 

—¡Arghhhh! 

Un momento después, Gried respondió. 

Cayó de espaldas gritando. 

Limpiándose la sangre de su cara, finalmente se puso de pie. Aun así, su cuerpo temblaba sin parar... 

*Boom* 

*Boom* 

Poco después, se disparó un hechizo mágico tras otro. 

Cada hechizo derribó a uno de los asesinos que asediaban a los mercenarios. Era una magia precisa que no sólo era poderosa, sino que tenía un área de efecto extremadamente pequeña. La magia era tan precisa que atravesaba todas y cada una de las figuras de los asesinos que se movían a gran velocidad. 

El resto de los magos mercenarios no pudieron ocultar su admiración por esta aplicación de magia. 

—¿Qué demonios está pasan... 

Gried fue interrumpido mientras murmuraba para sí mismo. 

—Me alegro de no llegar demasiado tarde. 

Alguien bajó del tejado. 

—¿Zod Exarion? ¿Cómo apareció desde allí...? Bueno, de todas maneras, muchas gracias. 

Zod agarró los hombros de Gried, que aún estaba en estado de shock y soltando balbuceos. 

—Espere un momento, tengo algo que comprobar. 

Mientras lo decía, dejó caer su báculo ante el rey. Una luz desconocida pasó por delante de él. 

—Eres el Rey Gried. 

—Sí, lo soy... Pero, ¿qué pasa? 

—Nada, Su Majestad. 

La cara de Zod pronto se iluminó y continuó hablando. 

—Él pensó que usted sería el primero al que los Forasteros apuntarían. Su tropa está formada por talentosos mercenarios, pero nunca antes habían luchado juntos. Esto haría que todo fuera demasiado fácil de aprovechar para cualquier enemigo. 

Poco después de que Zod terminara de hablar, miró al capitán mercenario. 

El capitán mercenario inclinó su cabeza. No había nada que pudiera decir, aunque tuviera diez bocas. 

—Muy sabio... ¿Quién dijo eso? 

—¿Quién crees que sería? 

—Oh... 

Satisfecho de que el mercenario había supuesto correctamente, Zod Exarion giró la cabeza. 

—Lo escoltaré. Tenemos un lugar de encuentro. 

—Me siento aliviado. ¿Cuántos reyes se han reunido hasta ahora? 

—En estos momentos usted es el único. 

*Temblor* 

Desde algún lugar a la distancia, un fuerte ruido emanó, siendo transportado a lo largo y ancho por el viento. 

—Pero los otros pronto se unirán a usted.