Monday, July 13, 2020

La Magia de un Retornado Debe Ser Especial - Capítulo 157 - Novela en Español



Capítulo 157 - El Gobernante de la Región del Norte (3)


Esta era una historia que no existía en este mundo.


Pero la historia sobrevivió en la memoria de cierta persona.

Ocurrió diez años después de que el Laberinto de las Sombras apareciera.

—Nuestro pueblo… estaba obligado por juramentos que hicieron nuestros antepasados …y no podía dejar esa tierra.

Antes de la batalla final en Frey Noble, Donovan Asylan, el rey bárbaro también conocido como el Gobernante del Reino del Norte, comenzó a contar su historia.

Nadie se opuso o lo cuestionó.

No era nada extraño. Todo el mundo lo había hecho.

Cuando pensabas que podías morir, le contabas a alguien más la historia de tu vida. No significaba que temiese a la muerte. Solo quería que alguien lo recordara.

Todo el mundo compartió este sentimiento, así que se escuchaban de buena gana en momentos como éste.

—¿Estás diciendo que has mantenido los juramentos que tus antepasados hicieron hasta ahora? Es difícil para mí entender por qué harías esto...

—Es algo que no podemos rechazar…. Las palabras… no pueden transmitir la importancia que tienen los juramentos en nuestra tribu...

Donovan se acarició el arete. Era un pendiente con un rubí rojo.

—En el pasado, un hombre hizo que… la vida de nuestro pueblo… brillara más que nunca.

La voz de Donovan estaba cargada de más autoestima y orgullo que de costumbre, al referirse a ese hombre.

—Melgerr Khan. Él unificó a… numerosas tribus bajo su estandarte… para… expulsar a los enemigos de las Montañas Calcarus… y fundó Harrowind, nuestra patria.

La historia de Melgerr Khan, alabado como un héroe y del que se seguía hablando hasta el día de hoy, era famosa no sólo por su salvajismo sino también por ser capaz de llevar a su pueblo a la gloria.

—Pero hubo un hombre que ayudó a él...

De una forma u otra, la historia del hombre que había ayudado a Melgerr Khan nunca fue transmitida.

El hombre también aparecía en otras leyendas, pero no existían historias específicas acerca de él.

Los historiadores solían considerar al hombre como una combinación de personajes secundarios para simplificar la narración.

Pero Donovan no parecía pensar así.

—El hombre fue una gran persona… la fundación que creó para Harrowind es el importante motivo… por qué aún hoy sigue en pie. A cambio, le pidió un favor a Melgerr Khan...

Desde este punto, esta historia sólo era transmitida y contada entre bárbaros.

—El hombre le entregó una espada a Melgerr Khan…, dijo que un día salvaría al mundo del desastre. Abandonó Harrowind, pidiendo que cuidara la espada… hasta que aparezca alguien que pueda manejarla bien.

—Así que la petición fue...

Después de escuchar la historia, Desir pudo entender superficialmente el juramento que Donovan había mencionado.

—Sí. Hay una espada dejada por el hombre legendario… en Harrowind, nuestra ciudad natal... Llamamos a la zona donde está la espada “La Cámara de Hielo Extremo”.

Donovan siguió hablando.

—Esperamos en Harrowind por mucho tiempo, que apareciera el verdadero dueño de la espada…, para cumplir el juramento al hombre y a Melgerr Khan. Nosotros también intentamos empuñar la espada... pero nadie logró sacarla.

—Bueno, debe haber algún tipo de requisito, ¿verdad? ¿Hay un poderoso hechizo puesto en ella? ¿O está custodiado por un guardián sobresaliente?

—Si hay un guardián, la espada habría sido desenvainada hace mucho tiempo... La “Cámara de Hielo Extremo” emana frío tremendo, y no permite que nadie se acerque... Muchos grandes bárbaros han codiciado la espada… algunos han intentado mucho empuñarla..., pero todos fracasaron.

El bárbaro contó la historia de un hombre que había confiado la espada a Melgerr Khan, y la tribu que vivía en Harrowind para cumplir el juramento.

Sin embargo, no tuvieron más remedio que abandonar su juramento ante la aparición de un desastre que amenazaba a toda la raza humana de forma estremecedora.

El Laberinto de las Sombras había aparecido.

—Ahora que pienso, tal vez tenía que encontrarlo yo mismo… No debería esperar que aparezca el dueño de la espada…

La mirada de Donovan, suspirando al final de la historia, se centró en un lugar en particular.

Ojos eternamente fríos.

Cabello platinado revoloteando.

Incluso después de una feroz y prolongada batalla, esta mujer permanecía altiva y hermosa hasta el final.

Aquí es donde estaba su atención.

—Si te hubiera conocido antes, tal vez… nos hubiéramos conocido en un futuro diferente...



* * * * *



* * * * *



Adjest, Romantica y Pram, que estaban seguros de que los bárbaros aceptarían la alianza, basándose en el flujo de la conversación, se quedaron visiblemente desconcertados.

Pero Desir, que sabía que Donovan daría tal respuesta, parecía tranquilo.

—No podemos abandonar este lugar por ninguna razón... Así que...

—¿Aceptaría la alianza si yo cumpliera el juramento de Melgerr Khan?

Aquellos que habían estado observando la conversación en silencio hasta ahora comenzaron a balbucear.

Desir no se perdió el momento en que la expresión de Donovan cambió. Y a través de esa reacción, estaba convencido de que había acertado.

«La historia de los bárbaros sigue siendo la misma que en mi vida anterior».

Desir era consciente de las circunstancias en las que los bárbaros rechazaron la oferta de cooperación del Imperio. Él no había olvidado lo que Donovan había compartido sobre su tribu, durante ese breve momento de su vida anterior.

—Cumpliré con ese juramento.

—Ja, ja, ja, ja, ja...

Tan pronto pronunció esas palabras, las risas estallaron. provenían de uno de los jefes de una tribu bárbara.

Luego, el jefe gritó con rabia mientras la sonrisa caía de su cara.

—No sé cómo sabes, pero este es el legado que nos dejó el gran Khan... ¿Cómo se atreve un habitante del continente, tú, a hacer un comentario insensato sobre eso?

Donovan levantó silenciosamente su mano para contenerlo.

Tan pronto como se calló, Donovan habló solemnemente a Desir.

Había profundos rastros de duda evidentes en su voz.

—Antes de mencionar la propuesta, responde… cómo sabes del juramento.

—Hemos conocido a un descendiente directo de Melgerr Khan en un Mundo de las Sombras. Me enteré del juramento por él.

—Hmm… veo.

Desir había compartido esta historia con su party.

Entonces nadie expresó duda, y así Donovan no pudo encontrar ninguna razón para desconfiar de ellos.

En los Mundos de las Sombras, los hechos históricos que estaban ocultos o encubiertos por otros y suprimidos del registro histórico aceptado, ocasionalmente se revelaban.

Usando los Mundos de las Sombras como encubrimiento de su conocimiento de su vida pasada, la mayoría de los presentes fueron incapaz de plantear más dudas.

Donovan asintió con la cabeza, como si estuviera convencido, y pronto sonrió.

—Interesante.

Como parecía probable que aceptara la oferta de Desir, la vergüenza cubrió las caras de cada jefe tribal que estaba mirando.

—¡Ellos son del continente! —Exclamó uno de ellos. 

—Durante muchos años, ninguno de nosotros lo ha logrado. Estará bien que estas personas lo intenten.

A Donovan no parecía importarle lo más mínimo sus quejas.

—Pero...

—¿Tienes miedo de que hagan lo que nosotros no hicimos?

—… … … … 

Los jefes de la tribu no pudieron hablar más debido a su orgullo.

—He estado reprimiendo el deseo de luchar… durante mucho tiempo, por el juramento. Si nos liberamos del juramento, nada nos impide cooperar con el Imperio… Pero no todos pueden desafiar el juramento. Deben ser calificados.

Desir nunca había oído hablar de ninguna cualificación.

Escondiendo su sorpresa ante este evidente giro de los acontecimientos, reforzó su determinación. De todos modos, no podía permitirse el lujo de echarse atrás. 

Donovan continuó hablando.

—Yo mismo probaré sus calificaciones.

Desir comprendió rápidamente lo que Donovan quiso decir.

Poner a prueba las calificaciones de un bárbaro significaba ganar un duelo.

—¿Quién desafiará?

Desir miró hacia atrás. Ya había decidido quién se presentaría.

—Adjest, por favor.

Adjest asintió a la llamada de Desir sin dudarlo.

Dio un paso adelante y se enfrentó valientemente a Donovan.

—Yo seré quien te desafíe.

—Bien. Síganme.

Mientras Donovan se dirigía hacia afuera, dejando atrás a los jefes tribales, cuyos ojos traicionaron sus propias inseguridades, la ahora animosa party lo siguió.



* * * * *



Fue en medio de un enorme campo de nieve donde la ahora animada party siguió a los bárbaros.

Aunque el suelo no podía ser resbaladizo como resultado de la gruesa nieve que lo cubría, definitivamente iba a ser difícil realizar movimientos normales debido a la restricción causada por dicha nieve en el suelo.

El lugar en el que se encontraban era uno que se utilizaba como campo de entrenamiento para los bárbaros, y bastantes combatientes estaban presentes, entrenando con bastones informales.

Cuando Donovan apareció, dejaron de entrenar e inclinaron sus cabezas hacia él en una señal de respeto.

Desir pudo sentir un inusual fervor que se filtraba desde cada uno de ellos.

Él se dio cuenta de que entre los aprendices había muchos bárbaros que más tarde estarían muy activos en el Laberinto de las Sombras.

Yuria escogió una porción de tierra y la despejó de aprendices, designando a esa zona como lugar para el duelo.

Los presentes se reunieron pronto alrededor del área del duelo, uno por uno. En poco tiempo, el área se llenó.

Se habían reunido para ver las técnicas de Donovan, el Gobernante del Norte y su rey.

Por supuesto, Desir, Romantica y Pram también estaban entre la multitud observando a Donovan y Adjest.

Los dos combatientes no dijeron ni una sola palabra hacia las innumerables personas del público. En su lugar, sólo tenían ojos el uno para el otro.

*Shing*

Adjest desenvainó su espada y Donovan se puso su enorme hacha en el hombro.

El silencio duró varios minutos.

Fue Donovan quien rompió primero el tenso silencio.

Cuando se impulsó contra el suelo, la nieve que lo rodeaba estalló.

En un momento, Donovan, que había acortado la distancia con Adjest, giró su hacha de forma horizontal.

Adjest leyó la trayectoria y se giró hacia un lado para esquivar el ataque.

El hacha pareció desgarrar el aire en un espectáculo de violencia desenfrenada.

Al ver que esto no encajaba, Donovan giró su cuerpo de una manera ágil que traicionó completamente la expectativa que uno tendría de un físico gigante como el suyo.

Un puño gigante voló directamente a la cara de Adjest.

Ella levantó su espada por reflejo.

*Kagaang*

En medio de un intercambio único de ataque y defensa, un aluvión de pensamientos pasó por la cabeza de Adjest. Sentía un dolor punzante en sus muñecas que sostenían su espada y casi la dejó caer.

Donovan, por otro lado, parecía estar bien después de la colisión entre la espada y el puño, y volvió a golpear a Adjest con su hacha gigante.

Después de defenderse del ataque, Adjest aprovechó la fuerza de la misma y se impulsó hacia atrás para aumentar la distancia entre ella y Donovan.





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