La Magia de un Retornado Debe Ser Especial - Capítulo 185 - Novela en Español

Capítulo 185 - Florecimiento (1)

—El imperio ha hecho la paz con la Unión del Reino Occidental, un némesis de larga data, y contribuyó en gran medida en la derrota de los Forasteros. El continente está ahora en un estado de paz sin precedentes.

Lena Donner.

Este era un lugar que solo se abría para los eventos de la más alta importancia histórica dentro del Imperio Hebrion.

El suelo de mármol brillaba bajo la resplandeciente luz, y las ornamentas de mármol con forma de leones parecían tan vivos que prácticamente podían saltar y herir a cualquiera que pasara.

Las paredes estaban adornadas con retratos de emperadores anteriores, cada uno resaltado equitativamente por su respectivo marco dorado.

—Hubo alguien que ha dado muestras de gran dignidad y sirve al imperio como una espectacular fuente de orgullo debido a sus destacados logros. Ha salvado la vida de innumerables soldados debido a excepcional capacidad, y sus contribuciones fueron un gran factor en el rápido final de esta guerra.

En Lena Donner había una inusualmente gran multitud de personas. No importaba a dónde se mirase, siempre se podía reconocer a numerosas personalidades afamadas.

Vang Zar, de Ayuls News, era uno de ellos.

«La capital del Imperio, Dresde, ha vuelto completamente a la normalidad dos semanas después de finalizada la guerra».

Cuando el Imperio recuperó la normalidad, la familia imperial abrió las puertas de Lena Donner para celebrar allí una ceremonia de premios.

Abrir Lena Donner por el bien de solo una persona significaba que la familia imperial valoraba enormemente a este joven héroe.

Vang estaba ocupado asimilando los posibles acontecimientos que lo rodeaban, anotando enérgicamente cada detalle con su bolígrafo en un papel.

Ayuls News, la casa de noticias en nombre de quien venía, era la empresa de medios de comunicación más famosa del imperio. Y él era uno de los reporteros más talentosos que tenían.

Su mano hiperactiva, que había sido puesta a trabajar furiosamente, llenando con tinta su cuaderno, se detuvo cuando cierta persona pasó por delante suyo.

—Ese es Desir Arman,

Un estruendoso aplauso resonó.

—Nuestro Héroe Tímido finalmente ha llegado.

El Héroe Tímido.

A los reporteros les encantaba exagerar sobre lo que informaban, y Desir no fue la excepción.

Todos sobre los que informaban recibían un slogan, un alias, aunque la situación de Desir fue diferente a la de la mayoría.

Desir Arman fue el factor mayor en la contribución a la victoria de las Fuerzas Aliadas sobre los Forasteros, y el valor publicitario de presentar un artículo sobre él era enorme.

Ahora se había convertido en una verdadera celebridad.

Sin embargo, él había permanecido oculto, negándose a mostrar su cara después de que la guerra concluyera. Así fue, hasta la ceremonia de hoy.

No era una sorpresa que muchos periodistas se acercaran para conseguir una entrevista exclusiva de su parte.

Pero no se lo encontraba por ningún sitio. Se había refugiado hasta tal punto que fue casi como si hubiera desaparecido de este mundo.

Numerosos reporteros se pusieron ansiosos cuando el héroe del siglo se negó a dar la cara.

«Pensé que estaba tratando de incrementar su valor al hacer que esto se extendiera por más tiempo».

El Desir que había aparecido frente a Lena Donner no lucía nada más excepcional que cualquier otro chico que no podía ocultar su emoción. Era la imagen misma de un joven ordinario, exactamente lo contrario de lo que Vang había estado esperando.

Su propio comportamiento traicionaba cualquier teoría de que estaba manipulando deliberadamente a la prensa al ser evasivo con ellos.

«Sus heridas deben haber sido graves».

Vang hizo una suposición y decidió dejar el tema.

—El gran Sol de Hebrion, Guiltian Zedgar F. Rogfelas, Su Majestad el Emperador está aquí.

Todo el mundo se puso de pie.

Guiltian ingresó a la habitación. Su majestuosa y extraordinaria aura cubrió toda la habitación inmediatamente llegando todos los rincones. Sus anchos hombros delataban su diligencia en el entrenamiento. Estaba claro que, a pesar de mantener las responsabilidades de un Emperador, aún encontraba el tiempo para ocuparse de ello.

El bolígrafo de Vang comenzó a deslizarse por su cuaderno una vez más.

«El guardián del imperio, Guiltian Zedgar F. Rogfelas, sigue siendo fuerte, cordial y capaz de seguir protegiendo al imperio».

A Guiltian no le tomó mucho tiempo comenzar su discurso.

Un discurso que estuvo lleno de expresiones glorificadoras, chorreando sofisticación y gracia por doquier. Sin embargo, el significado detrás de estas expresiones era simple.

Era un elogio para Desir, con énfasis adicional en cómo sus logros no serían olvidados como Nación. Él se centró en el asunto para destacar lo leal que fue Desir a este país.

Finalmente, su discurso concluyó diciendo que esperaría con ansias y grandes expectativas al futuro.

Ahora era el momento de conceder la medalla.

El propio Guiltian colocó la medalla, llena de incrustaciones de plata y rubíes, en el pecho de Desir.

La medalla León de Plata estaba entre los más altos niveles de prestigios entre los reconocimientos; era el tipo de honor que solamente podía ser otorgado por el mismísimo Emperador.

Otra ronda de aplausos cubrió a todo Lena Donner.

* * * * *

Guiltian desapareció poco después de la finalización de la ceremonia de entrega de la medalla.

Los asistentes siguieron su ejemplo, y también comenzaron a salir.

Desir no fue la excepción.

Vang trató de acercarse a Desir rápidamente, pero fue demasiado lento. Desir ya estaba rodeado de un montón de admiradores y otros periodistas.

—Señor Desir, ¿podría darnos una breve entrevista?

—No, ¡hágalo con nosotros…!

Múltiples reporteros pedían a gritos entrevistas, algunos incluso llegaron a impedir físicamente que se fuera.

A pesar de que causar tal alboroto por un simple muchacho en su adolescencia era demasiado, asegurarse una entrevista con Desir valía la pena.

Vang se metió habilidosamente entre la multitud y se acercó a Desir.

—… ¿¡…!?

Sin embargo, todo fue innecesario. Fue Desir quien se le acercó a él a través de la multitud.

Desir le habló a Vang.

—¿Es usted el reportero Vang Zar, de Ayuls News?

—… ¿Me conoces?

—Estoy muy interesado en sus artículos. El último artículo que escribió sobre mí fue bastante impresionante también.

Vang estaba avergonzado, pero no sería un profesional si perdiera una oportunidad que cayera sobre su regazo de esta manera.

—Me siento honrado, pero todavía hay margen de mejora. Me gustaría tener una entrevista para rectificar esto.

—Ya veo. Seguro. Venga por aquí.

Desir lo condujo a una habitación privada.

Vang se alegró internamente cuando las cosas parecían ir tan bien para él.

Ambos se fueron, dejando al resto de los periodistas profundamente decepcionados.

—¿Qué le gustaría beber?

Vang abrió su cuaderno y sacó su bolígrafo.

—Ah, estoy bien, gracias. Preferiría realizar la entrevista lo antes posible.

Llevó su mano hacia el pecho y sacó una grabadora.

—¿Está bien si grabo nuestra entrevista?

—No. Todavía no. Me gustaría decir algo antes de empezar la entrevista.

Desir, sentado frente a Vang, juntó sus manos y sonrió.

Vang se encogió de hombros.

—Está bien.

Era un periodista experimentado. No iba a hacer algo que pusiera de mal humor al entrevistado, y estropear así su oportunidad tan duramente ganada.

Desir comenzó a hablar primero.

—Sabía que estaría aquí.

—Fue como si estuvieses esperando a que me acercara a ti.

—Sí, así es.

La respuesta de Desir puso nervioso a Vang.

—Hay numerosos periodistas que quieren entrevistarte. ¿Por qué yo…?

—Sí, los hay. Pero no tengo tiempo de sentarme a entrevistarme con cada uno de ellos. Tengo mucho que hacer. Así que, decidí tener una entrevista con una corporación de noticias. Y pensé que deberían ser los medios de un reportero que me conozca muy bien.

Lo que Desir había dicho, en pocas palabras, era que estaba ofreciendo una entrevista exclusiva.

Era una oportunidad increíble para Vang.

«Será una primicia».

Entrevistar al Héroe Tímido, Desir Arman, ya sería un gran impulso para su carrera, pero ahora no solo le haría una entrevista, sino que lo haría en exclusiva.

Una sonrisa brotó de sus labios.

—Bien. Lo entiendo perfectamente.

—En ese caso, espero que entienda lo que estoy a punto de hacer.

—¿Qué? ¡Gah!

El bolígrafo de Vang se le cayó de sus manos. Repentinamente aumentó su temperatura, quemándose levemente.

*Thud*

*Bang*

Hubo una pequeña explosión en el bolígrafo caído. Una pequeña cantidad de maná escapó del mismo y se dispersó antes de desaparecer.

La cara de Vang se endureció. Sus pupilas dilatadas miraban fijamente a Desir.

Desir le devolvió la mirada de la misma manera que lo había hecho antes. La cara de un muchacho ingenuo.

El sudor corrió por la espalda de Vang.

«¿Cómo lo supo?».

Ese bolígrafo era un pieza de equipamiento mágico que poseía un encanto de magia de grabación en él. Vang había estado intentando usarlo de forma encubierta para realizar una grabación.

Antes de que Vang tuviese la oportunidad de procesar su recién adquirida alegría, el aparentemente inocente muchacho, sentado cómodamente frente a él, lo había detectado y luego destruido con facilidad.

—…

Vang finalmente se dio cuenta de con quién estaba tratando.

«Un héroe».

Un individuo astuto y lo suficientemente fuerte como para identificar el plan del enemigo y desvirtuar su intento de sabotaje en una ruta de abastecimientos crítico.

La persona que logró dominar al comandante enemigo en la Sangrienta Batalla de Mahayu.

El héroe que aplastó al Homúnculo, el arma secreta de los Forasteros, y destruyó su organización en una asalto final a la Ciudadela de Jormungand.

Todos estos fueron los logros de un solo individuo. El muchacho sentado frente a los ojos de Vang.

Su ingenua expresión podía hacerte sentir una falsa sensación de seguridad, pero no se trataba de alguien a quien pudieras permitirte subestimar.

Vang preguntó a Desir con calma.

—¿Qué es lo que quieres?

Una entrevista exclusiva con Desir Arman, la celebridad más popular del momento.

A Vang le habían ofrecido la fruta más dulce para los periodistas, por lo que estaba seguro de que quería algo a cambio.

—De acuerdo con sus artículos, su opinión sobre la relación entre el Imperio y la Unión del Reino Occidental es muy positiva.

Vang asintió.

—Bueno, eso es obvio. La guerra con la Unión del Reino Occidental es algo que ocurrió hace mucho tiempo. Creo que ahora es tiempo de normalizar las relaciones pacíficas con ellos.

—Sin embargo, todavía hay mucha gente que permanece antagónica con la Unión del Reino Occidental.

El Imperio Hebrion y la Unión del Reino Occidental habían sido enemigos durante tanto tiempo, que la gente naturalmente albergaba sentimientos negativos hacia ellos.

Cuando la alianza contra los Forasteros fue formada, hubo un buen número de descontentos.

Desir habló con una sonrisa amarga.

—No es sencillo cambiar rápidamente el punto de vista de alguien acerca de un situación. Es como romper un viejo hábito. Las personas que habían caído en el extremismo del Imperio se oponían a enviar tropas, sin darse cuenta de la gravedad de la guerra. Insistieron en aprovechar esta oportunidad para atacar a su “enemigo jurado” mientras sus militares estaban ocupados en otra parte.

—Ellos no pueden prever la verdadera amenaza. Por ejemplo, si en esta oportunidad no ayudásemos a la Unión del Reino Occidental, el continente entero ya se habría envuelto en llamas.

Desir asintió a la opinión de Vang. Una sonrisa se dibujó en sus labios.

—Estoy de acuerdo con usted. A  a través de esta entrevista, voy a exponer un punto de vista que apoye la alianza entre el Imperio Hebrion y la Unión del Reino Occidental. Por lo tanto, me gustaría que la dirección de su edición fuese en la misma que mi idea.

Vang abrió bien los ojos.

Con un tono muy emocionado, y sin ocultar sus sentimientos, dijo:

—Por supuesto. Haré todo lo que pueda por escribir un buen artículo.

Desir extendió su mano.

—Espero contar con su ayuda de ahora en adelante.

“De ahora en adelante”.

Vang no se dio cuenta de todo el peso que esta frase implicaba.

Tomó la mano del joven sin ningún tipo de vacilación.