La Magia de un Retornado Debe Ser Especial - Capítulo 187 - Novela en Español

Capítulo 187 - Florecimiento (3)

Polo de la ingeniería mágica, ciudad-estado de Altea.

Desir podía moverse fácilmente entre Dresde, capital del Imperio Hebrion, y Altea.

Él podía usar libremente las puertas de teletransportación, gracias a la placa dorada que le había sido otorgada por el Emperador.

Desir examinaba el laboratorio que Zod había construido en secreto.

El laboratorio había cambiado enormemente en el lapso de solo unos pocos días. El número de dispositivos conteniendo al homúnculo se había duplicado y además se habían instalado paneles que detallaban varias lecturas realizadas al Homúnculo.

Desir suspiró mientras su vista se deslizaba por el laboratorio.

—El progreso en la investigación no ha sido grande.

Zod dejó de operar el equipamiento cerca del Homúnculo, soltándolo y también suspirando.

—Sí. No hay ningún progreso en lo absoluto.

Continuó, apuntando a la pantalla frente a él.

—Esto es solo la observación de la capa superior del cuerpo del Homúnculo.

Desir observó de más cerca a la pantalla.

—Esto es…

Hasta a primera vista podía verse que era complicado. Incluso Desir, provisto del conocimiento del futuro, encontraba difícil de entender la mayor parte de todo.

—…Ya veo por qué no ha habido un gran progreso.

A medida que Zod manipulaba la pantalla, la información cambiaba de una visión general a detalles de elementos individuales del Homúnculo.

—Cuanto más investigo, menos me veo entendiéndolo. Aquí hay mucho más para comprender de lo que pensaba. Esto va mucho más allá de las capacidades actuales de la tecnología de la Torre de Magia.

Sonrió de forma despectiva.

Desir sintió como la ira se filtraba por la voz de Zod.

Fue una reacción natural.

Zod Exarion era el mago más poderoso de la época, así como el mejor ingeniero de magia. Su orgullo fue significativamente herido, al admitir que había algo mucho más allá de su habilidad de entendimiento.

—A este ritmo, nunca haremos un progreso significativo. Por mucho que lo odie, el mejor método de trabajo sería formar un equipo para trabajar en esto.

—Entiendo tu frustración, pero este proyecto requiere el máximo de secreto. No podemos permitirnos que sus malvadas manos interfieran.

Por “sus malvadas manos”, Desir se refería al misterioso poder que lideraba a los Forasteros, más probablemente Skull Mask y Crow Mask.

Zod entendió lo que Desir quiso decir y sonrió débilmente.

—No te preocupes por eso. Contrataré ayudantes de confianza.

—De todos modos, por lo menos tuvimos éxito en algo.

Desir sonó un poco animado, pero todavía demasiado tranquilo como para que fuese algo importante.

En la pantalla, se mostraron círculos cerca del área del corazón del Homúnculo.

—No puedo creer que mi teoría fuese correcta. Realmente tiene Círculos de maná implantados artificialmente.

Una verdad que nunca había cambiado era que cada mago llevaba un conjunto único de Círculos de maná.

—Me había preparado para esto después de escuchar tu teoría, pero aun así no podía creerlo.

Desir había visto evidencias de que el Alquimista extraía Círculos de maná de los magos y los implantaba en el cuerpo del Homúnculo. Por eso, Desir estaba confiado en que este Homúnculo también tendría Círculos de maná tomado de varios magos.

Estos implantes servían como una importante fuente de poder para el Homúnculo.

—¿Has descubierto cómo los implantó el Alquimista?

—Sí. Aunque tratar de entender cómo el Homúnculo manipula la causalidad parece ser imposible, por lo menos he descubierto cómo se han implantado los Círculos de maná.

Desir lo admiraba sinceramente.

Obtener este tipo de resultados después de solo unos pocos días era algo que solamente Zod Exarion podría lograr.

Desir sintió que su corazón se llenaba de entusiasmo.

—…Finalmente puedo alcanzar el 4° Círculo.

Desir se había estrellado contra un muro. Una barrera infranqueable que se oponía entre él y el 4° Círculo.

«Nunca pensé que podría superar mi pobre compatibilidad con el maná».

Compatibilidad con el maná.

Se trataba de la primera medida del potencial y el talento de un mago. Los que tenían una excelente compatibilidad con el maná podría lograr círculos más altos que los maldecidos como Desir.

Todos los otros aspectos de un mago, como ser la velocidad de cálculo o el juicio situacional, podían mejorarse con entrenamiento y experiencia. Sin embargo, era imposible para uno superar la limitación de su compatibilidad con el maná, que esencialmente determinaba lo dotado que alguien estaba como mago.

En consecuencia, a Desir, quien durante mucho tiempo había desistido de llegar al 4° Círculo, se le presentó esta oportunidad de desafiar al destino. No pudo evitar sentirse completamente maravillado.

—Pero no puedo implantar un Círculo de maná en tu cuerpo descuidadamente.

Con la advertencia de Zod, su corazón se vació en un instante. Desir se cubrió en una fría desesperación.

—¿Extraer uno de los círculos de maná obstaculizará la otra investigación?

—No. Los círculos de maná solamente le permiten desplegar su poder. Tiene muchos otros círculos de maná igualmente. Si extraigo uno de ellos, no debería se run problema para seguir investigando.

—Entonces, ¿cuál es el problema?

Desir entendía por qué Zod estaba dudando.

—Implantar un círculo no es lo difícil. Lo que sucede después, eso se convierte en un problema.

Zod se reclinó en su silla.

—El círculo de maná implantado será fundamentalmente de otra persona.

Desir se dio cuenta de lo que le intentaba expresar.

—Por supuesto. Los círculos de maná tendrán una diferente frecuencia de resonancia.

Cada sistema de círculos de maná tenía su propia y única armonía, construida a partir de los círculos de maná dentro del cuerpo.

Cuando Desir extraía el maná de los cristales de maná de su Runegear, como así también del Sistema Aurora, los utilizaba como fuentes de energía, permitiéndole utilizar más maná de que teóricamente era capaz de aprovechar.

Todo ese maná, que no era producido directamente por Desir, tenía que tener la misma frecuencia única de los círculos de él si quería utilizarlo.

La única manera en que podía utilizar los cristales de maná era armonizándolos a la misma frecuencia única de los círculos de su cuerpo.

—A diferencia de un cristal de maná, será increíblemente difícil para ti sincronizar tus círculos de maná existentes con un círculo de maná ajeno.

Los círculos de maná de un mago eran increíblemente importantes para su habilidad de hechizar. Estos eran creados por el cuerpo de un mago con el propósito de recolectar y almacenar maná.

A medida que un mago agotaba lentamente sus reservas internas de maná, eran los círculos los encargados de atraer el maná del área circundante para restaurar esas reservas.

Como se trataba de un sistema fantástico, planteaba un gran problema para alguien que quisiera aumentar artificialmente su suministro de maná.

Cada Círculo de maná individual, dentro del sistema de un mago, atraía al maná a una frecuencia diferente. Pero los círculos de maná generados dentro del cuerpo de un mago se estabilizaban entre sí de manera natural. Era imposible que no estén en armonía.

La tarea de asegurarse que los círculos de maná se mantuviesen en armonía era algo verdaderamente meticuloso. La frecuencia de resonancia de un círculo de maná reaccionaría de forma natural a los cambios en el maná circundante, como así también al que se absorbía.

Cuando todos los círculos de maná procedían de la misma fuente, estos funcionaban como una máquina perfectamente calibrada y aceitada, ya sea que hubiese pocos círculos, como los de Desir, o muchos, como los de Zod.

Si un mago quisiera introducir un Círculo de maná ajeno, tendría que ajustar continuamente la frecuencia del círculo de maná para asegurarse de que estuviese en armonía con el resto.

Como este procedimiento nunca antes se había completado con éxito, era imposible saber si los círculos mágicos permanecerían eventualmente sincronizados sin el esfuerzo consciente del mago, o si esto sería una lucha de por vida para ellos.

—Teóricamente, controlar un Círculo de maná no sería imposible.

—Así es. Creo que tal vez puedes hacerlo, con el tiempo suficiente.

—… ¿…?

Una mirada de perplejidad absoluta se deslizó por el rostro de Desir. ¿Por qué Zod le daba tanta importancia a esto, si se trataba de algo que creía que Desir podía manejar?

—Si fallas, el Círculo de maná explotará.

La respuesta que estaba esperando provino de una fuente inesperada.

El Homúnculo había abierto sus ojos. Su cara estaba consumía en una absoluta malicia. Mientras se estremecía de rabia, se las había arreglado para pronunciar algunas palabras.

Como si todo fuese un sueño, una especia de ánimo para el par que se encontraba realizando unas crónicas de su vida, Desir volvió a la realidad…

Los ojos del Homúnculo se abrieron de par en par, observando a Desir y a Zod.

Llamar “vivo” al Homúnculo era solamente una verdad a medias. Partes de su carne y órganos estaban interconectados con tubos para el flujo sanguíneo y con cables para los estímulos nerviosos. El pitido y el bombeo de las máquinas era lo más cercano a las señales de vida.

La vista era espantosa, inhumana; si fuera realmente humano, Desir y Zod probablemente serían acusados de crímenes de guerra.

—¿No estás inconsciente?

—Permanecí callado porque no había necesidad de que hablara, pero acabo de escuchar lago interesante. ¿Planeas implantar uno de mis círculos?

*Clang*

Las cadenas se rompieron.

—Si implantas un Círculo de maná que excede a la producción natural de tu cuerpo, tu compatibilidad con el maná se incrementará forzadamente para adaptarse a él. Te haría muy feliz, si ese fuese el único efecto secundario.

El Homúnculo soltó una pequeña sonrisa.

—Pero no va a terminar de manera tan simple. Cuando tu compatibilidad con el maná aumente forzosamente, debido al Círculo de maná implantado, no pasará mucho tiempo hasta que se desintegre e inunde por completo tu cuerpo con maná…

—Pero tú lo conseguiste.

Aunque Desir habló con confianza, por dentro no estaba muy seguro.

—Oh, sí. Tuve éxito. Después de usar mi habilidad noventa y ocho veces, para ser exactos.

Cuando mencionó su “habilidad”, probablemente se refería a su capacidad para controlar el principio de causalidad.

Y por “noventa y ocho veces”, debe haber significado que estuvo al borde de la muerte noventa y ocho veces.

Zod suspiró.

—Está en lo cierto. El riesgo de implantar un Círculo de maná es demasiado grande. El Homúnculo solo tuvo éxito debido a sus ridícula habilidad.

Se trataba de una oportunidad increíblemente pequeña.

Estaba en juego su propia vida. Si fallara… moriría.

—Vivirás el resto de tu vida como lo haces ahora. —El Homúnculo gruñó, pero Zod no se movió para cuestionar lo que decía.

No hay nada más preciado que la vida. Arriesgar la vida por una posibilidad tan remota era una tontería hasta el extremo. Renunciar a ello sería la elección que diez de cada diez magos elegirían.

Sin embargo, Desir elegiría de una manera diferente.

—Si se trata de mí, será posible. Mi habilidad para controlar el maná es mucho mejor que la del Homúnculo.

—Soy muy consciente de tus habilidades, pero no voy a cambiar mi opinión de que el riesgo es demasiado grande.

Para poder controlar el maná antes de que la explosión destruyera el cuerpo, se debería completar todo en un tiempo extremadamente corto. Tanto el análisis, como el cálculo y la manipulación del maná.

La preocupación de Zod era natural. Esto estaba en una dimensión completamente diferente a la de interferir en el hechizo de otra persona.

Incluso así, Desir no se echó atrás.

Por fin había encontrado un camino para llegar al 4° Círculo. Un reino que él pensaba que permanecería fuera de su alcance también en esta vida.

—No puedo renunciar a esta oportunidad tan arduamente ganada.

Zod inhaló profundamente.

Modificó su postura como si se preparara para una larga conversación.

—Ya eres lo suficientemente fuerte Desir.

Zod lucía genuinamente preocupado por él.

—Tu fuerza de combate es comparable a la de un 6° Círculo. ¿Cuánta gente crees que puede enfrentarse a ti en un duelo mágico?

Desir negó con la cabeza.

—Pero ya estoy enfrentando barreras. Sentí mis límites cuando me enfrenté contra Feather Mask. No puedo detenerme aquí.

La voz de Zod era más seria que nunca.

—Todos los humanos tienen limitaciones. Por eso es que formamos partys. Tienes a los miembros de tu party, el Imperio Hebrion, la Unión del Reino Occidental, los bárbaros de Harrowind, la Santa de la Iglesia de Artemisa, y al Maestro de la torre de Magia, yo. Ante cualquier situación, tendrás el apoyo material y emocional de todos.

Esto podría considerarse como una lista de los logros más importantes de Desir.

Armonía.

Todos los grupos de poder en todo el continente habían empezado a unirse como resultado de su esfuerzo.

Desir, mejor que nadie, sabía de la importancia de los logros.

«Todavía no es suficiente para detener al Laberinto de las Sombras».

Zod continuó:

—Si tu preocupación son los demás Forasteros, no deberías inquietarte por ellos.

Nada de lo que decía afectaba a Desir.

—Con el panorama actual, podemos fácilmente enfrentar cualquier cosa. Incluso un Mundo de las Sombras de Clase 1 no significaría nada ante nosotros.

«Piensas que ese es el caso. Sin embargo, no sabes nada acerca del Laberinto de las Sombras».

—…No es eso. Debo volverme más fuerte por otras razones.

Desir vaciló, escogiendo no revelar su verdadero motivo.

—Encontremos un método diferente.

—¿Un método diferente? No puedo permitirme el lujo de ser tan despreocupado y esperar por años.

Fue en ese momento que él sintió que algo muy profundo dentro de él se derrumbaba.

Sus pensamientos fueron interrumpidos.

*Tush*

Se escuchó como si algo hubiese caído.

—¿¡Desir!?

Fue la voz de Zod.

En algún momento u otro, Zod se encontraba tirado en el suelo mirando a Desir.

La mente de Desir volvió a la claridad.

La silla de Zod se había caído.

Desir se dio cuenta tarde de que él fue la causa de esto, de que había empujado la silla.

—Uhm…

Desir no podía creer su comportamiento.

«Por qué estoy tan enojado?».

Zod simplemente estaba preocupado por él. Estaba tratando de ayudarlo.

—Lo siento. Yo… No… no sé qué me pasó.

—Lo sé, está bien.

Zod se sacudió el polvo y ayudó a Desir a enderezar la silla.

—No es algo que podamos decidir ahora mismo de manera apresurada. Hablemos de nuevo en una semana. Espero que lo medites.

Zod se anduvo con rodeos, pero Desir supo lo que él quiso expresar.

Él había aplazado la decisión a una fecha posterior.

Desir no podía rechazar esta oferta.