La Magia de un Retornado Debe Ser Especial - Capítulo 285 - Novela en Español

Capítulo 285 - Catástrofe (11)

—Y así Kansas y algunas otras ciudades cayeron. 

La apariencia de Desir se oscureció. 

La situación de la que habló Swan fue terrible. 

«Maldita sea. No puedo creer que nunca los sorprendimos construyendo portales de teletransportación...». 

El poder del transporte instantáneo de suministros y soldados era imposible de subestimar. Tanto si se lanzaba un asedio como si se defendía desesperadamente, tener un portal de teletransportación cerca podía marcar una gran diferencia. 

Para evitar abusos, cada país restringía completamente el acceso a los portales de teletransportación, y tenía cuidado de evitar que un ejército enemigo entrara a su capital. 

Sin embargo, la Iglesia de Artemisa había instalado secretamente portales dentro de varias de sus iglesias, repartidas por todo el continente. 

Como regla general, las iglesias operaban fuera del ámbito de las restricciones de cualquier país, así que nadie se había dado cuenta de su construcción. 

La mayoría de las grandes ciudades del Imperio Hebrion tenían más de una iglesia, y la mayoría de las más pequeñas tenían al menos un lugar de culto. Incluso si sabían exactamente qué iglesias tenían portales de teletransportación, habría sido casi imposible responder a varios ataques sorpresa simultáneos. 

No obstante, el Imperio era el país más fuerte del continente. Era difícil de entender cómo estaban siendo decisivamente superados por un grupo religioso. 

—El comando central supone que hay algo más que Artemisa estaba escondiendo. 

Swan leyó la expresión de Desir y comenzó a hablar sin demora. 

—Algunas de nuestras ciudades tenían una milicia lo suficientemente grande como para defenderse de asaltantes de Rango Rey. Incluso si fue un ataque sorpresa, es difícil de creer que una incursión a pequeña escala fuera capaz de derrotarlos. 

Desir preguntó lo que de repente le vino a la mente. 

—¿La capital se encuentra bien? 

—Por el momento. Está custodiada por el escudo más fuerte del Imperio. 

El escudo más fuerte del Imperio. 

Solo entonces se sintió aliviado después de oír que Raphael estaba apostado allí. 

—Ya hemos asegurado nuestras otras ciudades. Cada iglesia de Artemisa que quedaba en el Imperio ha sido destruida, así que no tendremos que preocuparnos por más incursiones internas. El problema radica en lo que ocurra después. 

Swan bajó la mirada y conectó las ciudades caídas marcadas en el mapa holográfico. Las ciudades caídas estaban todas localizadas alrededor de Kansas. 

Después de confirmarlo, Desir pudo decir lo que Artemisa había estado buscando desde el principio. 

—Su objetivo es Dresde, ¿no es así? 

Swan asintió a la pregunta de Desir. 

—Sí. Artemisa está reuniendo su poder alrededor de Kansas. Se están moviendo rápidamente. El comando central predice que comenzarán su marcha en menos de un día. 

Una imagen borrosa se mostró en la parte superior del mapa holográfico. Podía ver una gran variedad de aeronaves en la imagen. 

Desir encontró familiar a una de las aeronaves entre ellas. Era la Brigant. 

Calmó la fluctuación momentánea de su corazón y organizó la información presentada. 

El movimiento de Artemisa era demasiado rápido. Era fácil derribar las ciudades del Imperio con incursiones sorpresa, pero también habían sufrido daños importantes. 

Sin embargo, se preparaban para una gran ofensiva, como si solo tuvieran que tomar Dresde. 

Su enfoque en la capital de Hebrion era extraño. 

A pesar de que ocuparla supondría un duro golpe para el Imperio, no podrían protegerla por mucho tiempo. Habían acumulado muchas bajas en las incursiones, y lo harían aún más cuando atacaran Dresde. A menos que quisieran incendiarla, la ocupación temporal de Dresde no tenía ningún beneficio. 

Siendo así, ¿por qué Priscilla intentaba tomar la capital? 

Desde la instalación de los portales de teletransportación, hasta el rápido despliegue que siguió, era obvio que Priscilla había planeado todo esto durante mucho tiempo. Pero había tantas preguntas sobre sus acciones. 

—El Imperio se extiende increíblemente lejos. No podemos permitirnos dejar todas nuestras fuerzas en la capital, no cuando hay varias ciudades que aún están siendo atacadas, y muchas más que necesitan ser defendidas. No se puede desperdiciar ni un solo mago. Especialmente cuando uno de ellos es el mago más grande del continente. 

Habiendo terminado de hablar, Swan miró directamente a los ojos de Desir, con recriminación. 

—... Todo esto es culpa mía. 

Mientras Desir asentía suavemente, Swan habló inesperadamente. 

—Lo sabes, ¿eh? 

Habiendo recuperado alguna razón, Desir fue claramente consciente de sus errores. 

—Estoy cegado por la ira. 

Por muy urgente que fuese la situación, debería haberla juzgado con calma y haber elegido la mejor opción. Sin embargo, perdió completamente la razón por la ira y persiguió a Priscilla a solas, lo que finalmente lo llevó a su derrota. 

Si hubiera actuado de otra manera, la situación actual podría haber sido diferente. 

No. Si hubiera mantenido su cabeza fría, podría haber sido capaz de eliminar a Priscilla en el acto. 

—Bueno, puedo entender tus sentimientos. Estoy igual de enfadada con esa perra. 

Swan se acercó lentamente a Desir y le dio un golpecito en la frente. 

—Pero, así como te afligiste por la pérdida de Zod, recuerda que si te perdemos, hay gente que estará triste. 

Recién entonces Desir pensó en la gente que se preocupaba por él, y en su promesa a ellos. Casi perdió los estribos y rompió su promesa. 

Apretó el puño. 

—Seré clara. 

Desir respiró profundamente una sola vez. 

—En primer lugar, necesito hacer lo mejor que pueda... 

Tenía que recuperar la compostura. Se dio cuenta en ese momento que la venganza por sí sola no sería suficiente. 

—En primer lugar, tienes que recuperarte. 

Swan habló como si hubiera notado los sentimientos de Desir. 

—La situación no es buena, pero Hebrion no es tan patético como para colapsar en unos pocos días. Deberías concentrarte en recuperarte primero, y volver a nosotros lo antes posible. 

—Pero llevará un tiempo recuperarse lo suficiente para luchar. 

Desir tenía una comprensión exacta de sus heridas. Aunque no había invocado el hechizo, y se perdió la peor de las lesiones, todavía estaba muy golpeado. Swan no bromeaba cuando dijo que tendría que haber muerto. 

Sus huesos se habían destrozado y sus órganos estaban gravemente dañados. Lo más notable era que Desir había puesto una tensión extrema en sus círculos de maná, y necesitaban tiempo para recuperarse antes de que pudiera usarlos adecuadamente. 

Probablemente le llevaría meses a Desir poder moverse por sí mismo, y ni hablar de luchar en el frente. 

—Por eso estoy aquí. 

Swan sonrió y extendió la mano al cuello de Desir. 

*Ring* 

El claro sonido del hierro resonó. 

—Es un regalo de Su Majestad. 

Desir sintió la energía que fluía del collar que Swan le había colgado. Su respiración se había vuelto mucho más fácil. Podía sentir que su condición mejoraba poco a poco. 

«Él permitió que este artefacto fuera retirado...». 

Desir sabía qué era el collar alrededor de su cuello. La cuerda estaba adornada con varias perlas rojas, que se unían a una cruz azul que estaba en su pecho. De todos los artefactos presentes en el continente, era el único capaz de curar a su usuario: el Rosario Inmortal. 

El Rosario Inmortal estaba muy lejos de las habilidades restauradoras de las que Priscilla presumía, pero, aun así, tenía el poder de imbuir a su portador de un continuo efecto regenerativo más allá de lo que la tecnología médica moderna podía lograr. 

A pesar de su valor, era raramente usado. Se había mantenido oculto, transmitido de Emperador a Emperador. El Rosario Inmortal nunca había salido del Palacio Leonhardt porque era imposible saber cuándo sería necesario. 

Para que tal artefacto no solo fuera retirado del palacio, sino que estuviera en un país extranjero, siendo entregado a Desir... 

Sorpresa era un eufemismo. 

—Te pondrás bien en dos días. Y una cosa más. 

Swan sacó algo de su bolsillo dimensional. En el momento en que lo vio, Desir sintió que la boca se le secaba. Era el báculo de Zod, que había enviado a Desir en sus últimos momentos. 

—Hefesto descubrió que el bastón tenía una contraseña especial. 

Desir tomó el báculo que Swan le entregó. A diferencia de la última vez que lo sostuvo, las manchas de sangre habían sido borradas. 

La superficie del mismo estaba fría al tacto. De alguna manera, el bastón era más pesado de lo que recordaba. 

—Estoy seguro de que el Maestro de la Torre dejó esto para entregarte algo importante". 

* * * * * 

* * * * * 

«Ahora lo sé con seguridad». 

Después de que Swan se marchara, en la habitación oscura, Desir se perdió en sus pensamientos por un momento. 

«Ella ha estado trabajando en esto durante mucho tiempo». 

En primer lugar, los portales de teletransportación no eran un simple dispositivo que pudiera ser instalado en cualquier lugar. Eran algo que no podía ser construido sin una planificación meticulosa, y ocultar su existencia era sustancialmente difícil. 

«Y estaba ocultando su fuerza en mi vida anterior». 

En su vida anterior, la habilidad de Priscilla mientras despejaba el Laberinto de las Sombras era inestimable, pero era completamente incomparable con el poder que demostró durante su batalla. 

El poder que ella había demostrado al restaurar a la Brigant en Altea estaba en un nivel completamente diferente. 

Su velocidad de recuperación, lo completa que era, e incluso la capacidad de restaurar objetos inanimados... nada de eso fue visible en la vida anterior de Desir. 

¿Por qué había escondido su poder? 

«Tal vez la línea de tiempo no cambió. Ella podría haber estado planeando lo que sea que esté haciendo ahora en el anterior mundo, pero se vio obligada a esperar hasta que el Laberinto de las Sombras fuera despejado». 

Estaba claro que había malinterpretado su carácter. El personaje de la engañosa Priscilla Heisilgard. Fue obvio que ella había estado llevando una máscara, todo para este momento, desde el principio. 

Pero quedaba la cuestión más crucial que seguía sin resolverse. 

Desir simplemente no podía entender qué demonios estaba tratando de ganar invadiendo el Imperio Hebrion. 

Aunque tuvieran éxito en la ocupación de Dresde, no significaba que controlarían el Imperio con éxito. Sería solo una victoria momentánea, y era algo que pronto se le arrebataría de nuevo. 

Además, la Iglesia de Artemisa se enemistó con todas las demás naciones al invadir a Altea y al Imperio. 

«Tal y como van las cosas, la Iglesia de Artemisa perderá rápidamente todo lo que ha ganado». 

Priscilla estaba segura de que la Iglesia de Artemisa se derrumbaría sin importar el resultado de este incidente. 

«Sólo hay una respuesta. Esta no es una guerra de conquista».