La Magia de un Retornado Debe Ser Especial - Capítulo 300 - Novela en Español

Capítulo 300 - Génesis (3)

—Ese fue un mal chiste.

Adjest respondió con nerviosismo. 

Ser tratada como los que invadieron su ciudad natal y masacraron a su gente fue desagradable, por decir poco. 

—¿Crees que estoy jugando contigo? 

Adjest, que miró fijamente a Rhea, se estremeció involuntariamente; los ojos de Rhea estaban llenos de un profundo odio. 

*Crujido* 

Las llamas salieron de las venas de sus brazos y piernas, antes de abarcar lentamente todo su cuerpo. 

A pesar de la espantosa vista, Rhea parecía inmune al dolor. De hecho, tenía una sonrisa espeluznante y siniestra. 

—¡Eso es...! 

Adjest tenía una mirada incrédula en su rostro. El cuerpo de Rhea había comenzado a convertirse en una llama. Habiéndose medio convertido ya en llamas, el área circundante estalló en un gran incendio. 

Rhea lanzó su mano hacia Adjest, y la energía surgió a través del suelo debajo de las dos. 

*Buuurst* 

Inmediatamente después, una corriente de lava atravesó el suelo y se dirigió hacia Adjest. El calor radiante se vertió en la atmósfera y engulló a los soldados de los alrededores. 

—¿¡Qué es eso...!? 

—¡Corran, corran! 

Cuando la incesante lava fluyó por todas partes como una ola de marea, los edificios se derritieron sin dejar rastro. Los soldados imperiales comenzaron a huir en medio del caos. 

—Mi Herencia se llama la Freynoble, y fue el último esfuerzo de la humanidad de la era de la desaparición para luchar contra su inminente colapso. 

La voz de Rhea venía de los 360° alrededor de Adjest. Ella buscó sin descanso la fuente del sonido, pero todo lo que pudo encontrar fue fuego y lava. 

—Descubrieron cómo tomar la impronta de un poderoso enemigo e impregnarlo dentro de un individuo. Este odioso poder está directamente inscrito en los genes de uno, y se transmite a través de su descendencia. 

Justo antes de su colapso, la antigua civilización hizo un último invento para preservar su especie. Crearon lo que llamaron Herencia, una técnica genética que les permitió extraer los poderes de los demonios que asolaban a su sociedad e inyectarlos a los humanos. 

Finalmente, la brillante civilización se desmoronó, pero los que poseían la Herencia sobrevivieron y transmitieron su poder a las generaciones futuras. 

—Debido a que la activación de este poder requiere de un enfoque mental, se conoció como Magia de Imaginería por aquellos que olvidaron su verdadera naturaleza, y la Iglesia lo rebautizó como la Bendición de la Luz para enmascarar su origen. En otras palabras, eres de nuestra clase. 

—... Tonterías. 

La reacción de Adjest fue perfectamente normal. 

Magia de Imaginería y Herencia. Pensándolo mejor, las dos fuerzas tenían algo en común en que era imposible identificar los principios que las sustentaban. 

Pero si se dijera que eran habilidades derivadas de los demonios, por supuesto nadie las creería. 

—Jaja. Sí, es difícil de digerir, ¿verdad? El poder por el que has sido alabada toda tu vida no es más que el poder de esos malditos demonios. 

*Pasos* 

*Pasos* 

Rhea salió de la creciente lava luciendo indiferente. 

Las pupilas de Adjest, ahora concentradas en Rhea, se agitaron violentamente. Debido a que su apariencia era claramente diferente a la de antes. 

Detrás de su espalda había dos enormes pares de alas escarlatas, y la piel de todo su cuerpo se había vuelto roja como la lava. La figura era medio demoníaca en lugar de humana. 

Adjest había experimentado una presencia que se veía igual en el pasado. 

—Dadeneuf... 

El demonio de la destrucción, Dadeneuf. Rhea se parecía al demonio que apareció en Deltaheim, la capital del Reino de Prilecha. 

—Mientras que yo fui criada como un perro de pelea en un campo de batalla subterráneo debido a esta habilidad, tú debes haber sido amada por tu habilidad y ese noble linaje. 

Aunque eran estrictamente ilegales, el continente albergaba algunas arenas de batalla clandestinas. Los humanos se agrupaban por placer mientras sus esclavos, obligados a luchar como perros, arriesgaban sus vidas. 

—Mientras yo comía comida que sabía peor que el vómito, forzándola a bajar por mi garganta con mis manos desnudas, tú debías haber estado comiendo alimentos espléndidos y deliciosos, y llenándote con buen vino y sidra, ¿eh? 

La lava burbujeante se disparó de nuevo hacia todas partes. 

—Tú... no serías capaz de imaginar cómo fue mi vida, siendo una dama de la nobleza, ¿verdad? Imagina que te obliguen a quemar vivo a tu mejor amigo, con sus gritos llenos de lágrimas persiguiéndote cada vez que tratas de dormir... ¿¡Cómo es que solo tú...!? Ambas tenemos el mismo maldito poder, pero ¿por qué tú...? 

La voz cada vez más exuberante pronto se mezcló con la locura y se convirtió en un grito. Justo entonces, Adjest abrió la boca. 

—Lo siento. 

—¡Cállate! No te atrevas a ser condescendiente conmigo, yo sólo... 

Mientras continuaba, Rhea notó algo extraño y su cara se endureció más. La boca de Adjest estaba dibujando una línea curva. 

Estaba sonriendo a Rhea. 

—Tu historia se volvió aburrida, así que mi mente divagó. Estaba pensando en otras cosas, ¿te importaría empezar de nuevo desde el principio? 

«Si te derroto aquí, ahora, ¿puedo decir que he alcanzado al Desir de aquel entonces?». 

Adjest murmuró para sí misma y apuntó su espada a Rhea. Miró fijamente la lava en expansión con una expresión de indiferencia. 

En ese momento, no importaba la identidad de su poder o la sincera historia que Rhea compartía, nada más era tan importante para ella. No podía ocultar su entusiasmo por el hecho de que podría ser capaz de confirmar que había alcanzado a Desir, aunque fuese un poco. 

Su actitud extremadamente grosera claramente golpeó el ego de Rhea. 

*Boom* 

Un momentáneo brote de calor se acumuló en los capullos que aparecieron a su alrededor. Anteriormente, el calor era causado por las llamas, pero esta vez, fue originado por la recolección de la lava hirviente. 

En un instante, la ola de calor completa fue disparada contra Adjest. Ella desarrolló un palacio de hielo e hizo docenas de escudos. 

*Boom* 

Adjest tenía una mirada de consternación. A pesar de que realizó muchos hechizos de protección y centró todo su esfuerzo en defender un flanco, usando al Frozen Palace como soporte, únicamente pudo desviar su trayectoria. 

La -más allá de los límites- ola de calor atravesó Dresde y quemó todo a su paso. 

Los informes de daños saturaron la línea de comunicación a la que estaba conectada Adjest. 

Juzgando que Rhea no debía tener la oportunidad de repetir tal ataque, Adjest rápidamente esparció su aire frío por todas partes. Fue compensado por el calor emitido por la lava y comenzó a cambiar el flujo de la atmósfera circundante. 

[Pray of Ice Bust] 

Miles de balas de hielo fueron lanzadas a Rhea al unísono, trazando diferentes trayectorias. El poder de cada bala alcanzaba un nivel de poder equivalente a la magia de 4º Círculo. 

En ese momento las alas rojas de Rhea se extendieron ampliamente. Poco después de impulsarse en el suelo, se acercó a Adjest con gran velocidad. 

Con todas las balas provenientes de diferentes ángulos, si Rhea rompía las que se acercaban a ella de frente, sería capaz de minimizar el daño que recibía. 

*Clank* 

Cuando el martillo y la espada chocaron, Adjest fue rechazada un poco. Su deslumbrante cabello plateado estaba perdiendo gradualmente su luz; se acercaba rápidamente a su límite. 

La cantidad de maná que podía controlar disminuyó y la cantidad de aire frío bajo su control comenzó a bajar bruscamente. Rhea se aprovechó del estado de deterioro de su oponente, contorsionando su cuerpo y atacando de nuevo. 

*Boom* 

Adjest sintió el calor abrasador en su mano a pesar de agarrar su espada congelada. Si este calor la hubiera tocado directamente habría sido imposible de soportar. 

A pesar de su situación, Adjest se adentró más en el ataque de su oponente. 

Sintiendo que su propio poder llegaba a su límite, sabía que debía apresurarse si quería forzar una victoria. El peligroso acto sorprendió a Rhea, la cual esperaba que su oponente retrocediera e intentase recuperarse. 

Una veloz espada fue blandida cuatro veces seguidas, cada una de ellas apuntando a un punto diferente. 

Cuando Rhea se apartó rápidamente, Adjest se sumergió de nuevo y golpeó su espada en diagonal. El intenso frío desgarró el ala izquierda de Rhea. Al mismo tiempo, una llama de intenso calor rozó las mejillas de Adjest. 

Adjest se las había arreglado para mejorar su técnica con la espada, lanzando a Rhea al cielo. 

Antes de que Adjest pudiera seguir, cinco capullos erupcionaron en el aire sobre ella, ya completamente florecidos. 

Una enorme ola de calor trató de quemar a Adjest sin dejar rastro de su existencia. 

Adjest inclinó su espada para proteger su cabeza, su cara estaba completamente en calma. 

[Magic Sword: Eternal Slumber] (Espada Mágica: Sueño Eterno) 

Magia de atributo hielo del 6º Círculo, que detiene toda la actividad molecular dentro del rango de temperaturas bajo cero. La fuerza, expresada a través de la espada mágica, congeló todo a lo largo de su trayectoria. 

*Whoong* 

Las secuelas de la masiva colisión de las dos fuerzas despejaron toda la zona circundante donde estaban ambas. 

Adjest se tambaleó, tosiendo varios bocados de sangre. Sus heridas internas eran graves, y su brazo derecho, que empuñaba la espada, estaba completamente roto. 

—Ufff... Ufff... 

Rhea tampoco estaba en buenas condiciones. 

Una de sus alas estaba casi cortada, quedando completamente inutilizada, y su cuerpo se negaba a moverse adecuadamente debido a toda la fuerza que ejerció de una sola vez. 

Debido a esto, el par se encontró en una pausa durante esta batalla de vida o muerte. 

Aun así, el dominio de Rhea era demasiado obvio. El suelo estaba lleno de lava y cilindros de fuego se movían en espiral a su alrededor, mientras que Adjest luchaba por mantener tan solo una pequeña área de hielo. 

—En unos momentos, te prometo que... 

De repente, Adjest abrió la boca. 

—¿Fue Priscilla quien te salvó del campo de batalla subterráneo? 

—¿Eh? ¿Acaso quieres interrogarme? 

Adjest levantó la cabeza sin decir una palabra, su cabello plateado se apartó con gracia para revelar un par de ojos intensos. 

Por alguna razón, Rhea se sintió obligada a responder a su pregunta. 

«Voy a morir de todas formas. Podría saber por qué ella es así». 

—Sí, lo has adivinado. 

—¿Es por eso que la sigues en detrimento de decenas de miles de vidas? 

—... Reconozco que es un pecado imperdonable. 

Su vida entera había sido distorsionada por la desesperación. Había renunciado durante mucho tiempo a cualquier cosa ingenua como la esperanza. Su único deseo era vivir una vida normal, así que pasó cada momento de vigilia maldiciendo la habilidad que había sido forzada a recibir. 

Un día Priscilla lideró a un grupo de soldados hacia la arena donde Rhea estaba cautiva, salvándola de su maldito destino. Después de pasar años en la iglesia, encontrando un propósito genuino en su vida, la devoción de Rhea fue recompensada cuando se convirtió en la inquisidora líder, y finalmente descubrió el origen de su Herencia. 

—Pero la Sagrada Santa lo prometió. 

Finalmente, se le permitió sentir esperanza de nuevo; mostró compasión a pesar de creer que no valía nada. Este fue el punto en el que Rhea fue puesta en el camino de la redención. 

Ella voluntariamente prometió su lealtad eterna a Priscilla. 

—Una vez que todo esto termine, los humanos nunca más volverán a sufrir. Pasado, presente y futuro, nunca habrá nadie como yo nunca más. 

El mal superficial, los Forasteros, se había acabado, pero el puesto sería ocupado algún día por otro grupo. Víctimas como ella seguirían existiendo en el futuro, y obviamente ya habrán existido en el pasado. 

Rhea no podía tolerar tal pensamiento. 

El mundo debería existir sin pecado, y Priscilla iba a crear precisamente eso. Todos los que la seguían tenían sus propios traumas, sus propios vicios, a los que Priscilla pondría fin, como si sus sufrimientos no hubieran sido más que una plaga en la tierra curada por una simple sanación. 

—Haría cualquier cosa por eso. 

Priscilla le dio la misión de erradicar la herejía, y la cumpliría por el bien del mundo entero. Es por eso que Adjest moriría aquí y ahora. 

—Ya veo. 

Los ojos de Adjest Kingscrown se sumergieron en el desorden. Rhea fue misteriosamente irritada por la repentina muestra de simpatía. 

—Nunca lo entenderás. 

*Apretón* 

Rhea se aferró a su martillo, sus ojos se entrecerraron sobre el rostro vacío de Adjest. 

Se impulsó con fuerza, corriendo hacia su oponente para dar el golpe final.