La Magia de un Retornado Debe Ser Especial - Capítulo 296 - Novela en Español

Capítulo 296 - Rapsodia (11)

Priscilla miró hacia arriba. 

Había una línea roja en el oscuro cielo nocturno, un rastro dejado por la magia draconiana que Desir había invocado. 

Las secuelas de dos hechizos draconianos seguidos fueron enormes. 

La Mirada del Padre, haciendo alarde de una defensa absoluta, había sido completamente aplastada, y una buena parte de la fuerza militar de la Iglesia de Artemisa también había sido aniquilada por el ataque. 

No fue difícil predecir que esto acabaría con el equilibrio de la guerra. 

La Iglesia de Artemisa tendría dificultades para seguir luchando después de perder a la Mirada del Padre y a un número significativo de sus soldados, mientras que los militares Imperiales serían capaces de encontrar finales contundentes a sus batallas defensivas y eventualmente converger hacia Priscila. 

—Ciertamente. Nunca me decepcionan. 

Aunque estaban claramente en desventaja, Priscilla no había dejado de sonreír. De hecho, su sonrisa parecía más brillante que nunca. 

—Pero apuntar a eso fue un error. 

Priscilla, que hace un tiempo había sido testigo de cómo se invocaba la magia draconiana con sus propios ojos, y que posteriormente intentó revertir el daño que había provocado a Desir, sabía mejor que nadie cuál era el coste de su uso. 

La magia draconiana tenía un poder absoluto, pero era un poder peligroso que carcomía al cuerpo del hechicero. 

Desir lo había usado no solo una vez, sino dos veces seguidas: la primera para debilitar la cruz, y la segunda para destruirla. 

Sin alguien como Priscilla para preservar su cuerpo, Desir tendría que estar extremadamente herido, o incluso muerto. 

A cambio de su sacrificio, el Ejercito Imperial llegaría en poco tiempo, pero eso no era un problema; de hecho, eran buenas noticias. 

«No importa cuándo lleguen, será demasiado tarde. Para entonces ya habré tomado el control del sistema». 

Priscilla cambió su mirada del cielo cuando terminó de pensar. Sus ojos se fijaron en su objetivo final, la Academia Hebrion. 

Dar los últimos pasos hacia ella traería el fin a esta batalla. 

*Bam* 

*Boom* 

Los estudiantes y profesores continuaron desatando hechizos mágicos, haciendo todo lo posible para evitar su avance. 

Pero la fuerza detrás de estos ataques se estaba debilitando significativamente. 

Durante su breve respiro, los magos tuvieron tiempo de acumular maná, pero no fue mucho. Solamente los prodigios, como Ronde, fueron capaces de desempeñarse bien durante un breve período. 

La mayoría de los magos aún parecían estar completamente exhaustos. 

—¡Utilicen su cuerpo para bloquearlos...! 

Los espadachines saltaron para bloquearlos de cualquier manera posible. 

Sin embargo, nada detuvo su paso. 

Ni un solo paso vaciló. 

La batalla era completamente unilateral. 

A pesar de que la guerra en general estaba a su favor, nada había cambiado para aliviar la abrumadora brecha de poder presente en la Academia Hebrion. Obligados a enfrentar su impotencia, varios de los estudiantes perdieron la voluntad de seguir luchando. 

*BAAM* 

Priscilla dio varios pasos sin echarles un vistazo ni una vez. Ningún hechizo podía romper las defensas de sus cardenales, así que, ¿por qué debería importarle? 

Solo había una variable que podía detenerla: Desir Arman. 

Pero ahora, su poder se había agotado. 

Él había demostrado ser extremadamente peligroso, pero al final la Iglesia había ganado. 

No quedaba nada que la detuviera. 

[Fear of Wind] 

*BOOOM* 

El suelo donde estaba Priscilla explotó y se formó una enorme nube polvorienta. 

Bridget recogió su último maná y lanzó un hechizo mágico del 5º Círculo que fue lo suficientemente poderoso como para dividir un edificio. 

—… 

La Santa permaneció intacta dentro del bombardeo de hechizos sin parar. Era imposible herirla incluso con un hechizo de 5º Círculo. 

Pero no todo fue en vano. Ella había logrado detener su movimiento por un breve momento. 

Priscilla le dio a Bridget una mirada fría y apagada. 

La profesora era incapaz de hacer nada más después de consumir todo su maná, y había sido empujada hasta su límite. Apenas se mantenía en pie. 

Sin embargo, se las arregló para exprimir un hechizo más. 

Era un hechizo del 1° Círculo, Fire Ball. 

Su cálculo para este simple hechizo se rompía cada vez que su concentración fallaba, incapaz de enfocarse por el dolor que le producían sus desgastados círculos de maná. Aun así, no podía rendirse y continuó intentando invocarlo. 

Su actitud resistente no estaba sola. Todos los miembros del profesorado de la Academia Hebrion, y una gran mayoría de la base de estudiantes, se negaron a rendirse. Aun sabiendo que probablemente no la detendrían ni por un momento, desecharon la idea de retirarse, dando alegremente sus vidas por sus amigos, familia y el mundo. 

—… 

Priscilla mostró una sonrisa triste, pero la refutó con un suspiro. No quería una matanza innecesaria, cada acción hasta ahora había sido obligatoria o próximo a ello. Quería hacerles entender, hacerles apartarse por un bien mayor, pero sus esfuerzos habían sido en vano. 

«Esta también es la carga que debo llevar». 

Priscilla abrió un bolsillo dimensional y sacó una rama seca que la arrojó al suelo. Una luz brillante comenzó a enrollarse a su alrededor, y su poder comenzó a revitalizar a la rama. 

*Silbido* 

La solitaria rama seca se convirtió en un arbusto que echó raíces en lo profundo de la tierra. Luego creció rápidamente y extendió miles de ramas. 

Pronto, del ahora masivo árbol adulto, brotaron espinas que parecían largas lanzas en lugar de hojas. 

Un árbol espinoso gigante envolvió a la masa de estudiantes y profesores de Hebrion, restringiendo sus movimientos con fuerza. Innumerables espinas penetraron en sus pieles y les succionaron el maná. 

El árbol espinoso, que crecía absorbiendo el maná, no era más que un enemigo natural para los magos presentes. 

*Boom* 

*BOOOOM* 

Los pocos estudiantes libres hicieron lo posible por cortar las espinas, invocando los pocos hechizos que podían reunir o empleando su aura. Sin embargo, nada de lo que intentaban funcionaba. 

—¡No se rompe! 

—¿Por qué no se puede quemar un simple árbol...? 

Las espinas eran tan sólidas como el acero, no permitiendo que ningún ataque lo dañara, y el árbol creció más y más hasta que pronto cubrió el cielo. 

La Academia Hebrion tenía dos opciones. 

Podían seguir esforzándose, y morir a causa de las espinas desgarrando sus cuerpos en pedazos, o podían simplemente relajarse y permitir que la creciente presión los aplastara hasta la muerte. 

—Tómense un descanso antes de que comience la salvación. 

Este fue el final. 

La profesora Bridget lo sabía intuitivamente. Este era el final. 

No podían detener algo tan escandaloso después de alcanzar el límite de su resistencia y maná. 

«¡No tengo... ningún arrepentimiento!». 

*Crack* 

Un rayo de fuego se elevó en la oscuridad e iluminó el área. 

El Fire Ball que no lograba invocar fue finalmente completado. 

Bridget sintió el calor de la llama por un momento antes de lanzarlo. Fue un hechizo mágico que debía haber sido más fácil de realizar que respirar para cualquier mago. 

Pero había un niño que no podía ni siquiera invocar algo así… 

No era el caso de que no lo intentase lo suficiente, ni era el caso de que le faltara el conocimiento. Desafortunadamente, nació sin el talento para manipular el maná. La cantidad de maná que podía manipular en su cuerpo era pequeña e inigualable, e incluso así el maná que acumulaba era tan impuro que apenas tenía más talento que cualquier persona común. 

Parecía tener un don para el cálculo de hechizos, pero sin maná para utilizarlo, era un talento desperdiciado. 

No importaba lo mucho que lo intentara, estaba destinado a ser solo un mago de cuarta categoría. 

Pero el niño se negó a ceder. 

Siguió intentándolo con frustración sin darse por vencido. Trabajó incansablemente para superar lo que parecía ser un destino cruel, sus esfuerzos sin igual probablemente no tenían sentido. 

Bridget vio a ese chico esforzándose incansablemente, y pudo vivir lo suficiente para ver en qué se convertía, así que no se rindió ante la muerte. 

—Incluso… si ahora caigo... Tú detendrás esto... 

La bola de fuego fue disparada hacia la espina que la asfixiaba, pero el impacto no dio resultado; la espina siguió apretando. 

—… ¿Verdad, Desir? 

Bridget cerró sus ojos. 

… 

—Por supuesto, Profesora. 

Una voz muy familiar acarició sus oídos. 

Cuando abrió los ojos, un joven de cabello tan negro como la obsidiana estaba parado frente a ella, como si hubiera estado allí desde el principio. 

—Me ocuparé de ello a partir de ahora. 

Golpeó ligeramente el suelo con el báculo que llevaba. En ese instante, todos los profesores y estudiantes de la Academia Hebrion que sufrían por la asfixia del espinoso árbol se desvanecieron en el aire. 

—No puede ser... 

El rostro de Priscilla palideció y se puso rígido al ver este inesperado giro de los acontecimientos. 

Tantas personas, atrapadas por el árbol espinoso, habían desaparecido en un abrir y cerrar de ojos. Solo existía un medio que podía hacer posible algo así. 

La teletransportación. 

La magia de la manipulación espacial era increíblemente difícil de calcular, y extremadamente intensiva en maná, por lo que solamente había un puñado de personas que podían usarla, y mucho menos emplearla en batalla. 

Salvo excepciones como Crow Mask, estas personas a menudo se limitaban a acciones simples, como la teletransportación. 

Sin embargo, la teletransportación que acababa de presenciar había movido a cientos de personas al mismo tiempo. Incluso el Gran Sabio, Zod Exarion, habría sido incapaz de tal hazaña. 

—Bueno, entonces... 

Después de que la gente desapareciera, el supuestamente inferior estudiante se quedó solo y contempló al árbol espinoso que se retorcía delante de él. 

Para ser exactos, miraba a Priscila que estaba en la cima de su copa. 

—Comencemos. 

*Snap* 

El árbol espinoso se ramificó, cubriendo los pocos rincones que quedaban en el cielo. 

El cuerpo del árbol gigante comenzó a volverse gris antes de detenerse y finalmente se solidificó en una gigantesca escultura de hielo completamente congelada. 

—¡…! 

Priscilla tenía una mirada confusa en su rostro, incapaz de comprender lo que acababa de suceder. 

El árbol espinoso, que había sido alimentado por el maná, tenía una enorme cantidad de resistencia mágica. No era nada menos que el enemigo natural de los magos y era lo suficientemente fuerte para resistir e incluso consumir el aluvión mágico de cualquier cuerpo mágico. 

*Thuud* 

La superficie del árbol congelado comenzó a agrietarse antes de que la planta entera se rompiera en millones de pedazos y se dispersara. Los fragmentos rotos llovieron como copos de nieve, y en medio de ellos, un niño caminó hacia adelante. 

—Se acabó, Priscilla. 

Las pupilas de Priscilla temblaron violentamente al escuchar su voz. 

—... ¿Cómo? 

El aire de sus pulmones salió a la fuerza de su cuerpo. 

La situación actual tenía tantas cosas que no tenían sentido. Sus defensas eran inútiles, sus ataques dejaron ileso a Desir, y él debería haber quedado devastado después de usar dos hechizos draconianos. 

Pero lucía bien, no había ni un rastro de cansancio en su rostro. Más bien, exudaba una poderosa presión, mucho más allá de la última vez que ella lo había visto. Sus profundos y tranquilos ojos eran imposibles de leer. No había ni un rastro de ira u odio en ellos. 

Sus ojos parecían demasiado lejanos, como si ni siquiera mirara a Priscilla, como si ella estuviera por debajo de él. La distancia entre ellos aterrorizó a Priscilla mucho más de lo que cualquier furia manifiesta podría hacerlo.