Sunday, April 19, 2020

La Magia de un Retornado Debe Ser Especial - Capítulo 15 - Novela en Español



Capítulo 15 - Pequeño Pajarito (4)



El golpe feroz aterrizó sobre el cuerpo de Pram…

…Pero no pasó nada en absoluto.

El bárbaro no sintió resistencia alguna cuando la guja completó el descenso de su arco. Lo único que había golpeado fue el aire.

"¿Gruuh ...?".

El bárbaro miró interrogativamente a Pram.

No se había cortado ni un solo cabello de la cabeza.

Un destello de plata ahora sobresalía de la pared de madera detrás de Pram. 

Algo afilado con la silueta de una curva en forma de luna creciente.

El bárbaro bajó su cuello para mirar la guja en sus manos.

Excepto que ya no era una guja, la cuchilla había sido cortada limpiamente. Se quedó con una vara de madera.

Pram levantó su estoque.

"¿Vamos de nuevo?".

El bárbaro arrojó el mango de madera a un lado y cerró la distancia con un movimiento de su puño.

En un instante, sus nudillos estaban lo suficientemente cerca para cubrir la vista de toda la cabeza de Pram.

Pram se hizo a un lado, dejando que el puñetazo pasara como un látigo, y se lanzó al aire con un salto hacia atrás.

Con toda la gracia de un acróbata experimentado, aterrizó detrás del gigante desconcertado, y siguió con un movimiento de su estoque.

El gigante giró y levantó un brazo para bloquear el golpe con su guante, pero el estoque de Pram dibujó un arco perfecto alrededor de su guardia y se clavó en la boca del estómago.

El ahora desafortunado gigante intentó retirarse, pero Pram fue más rápido:

El estoque se hundió en el plexo solar del bárbaro, detrás del estómago.

Por duro que haya sido su cuerpo, fue un golpe decisivo para un punto débil vulnerable.

El cuerpo del gigante tembló, sus piernas cedieron bajo de él, y colapsó como un montículo desmoronado.

Desir asintió en silencio, como si confirmara algo que ya sabía.

"Parece que se acabó".

"Tonterías," exclamó Ujukun.

"Esa puerta está hecha de acero Kichlean. Aquí hay solo una persona que puede abrirlo, y estoy bastante seguro de que no está en condiciones de hacerlo”.

El acero Kichlean era famoso por su resistencia a la tracción inquebrantable. También era proporcionalmente pesado.

Una puerta de este tamaño probablemente requeriría el esfuerzo de media docena de hombres para lograr moverla.

"Lo que significa que están atrapados aquí hasta que lleguen mis guardias", soltó Ujukun.

"Oh, no sé nada de eso".

El estoque de Blankšum atravesó el aire, haciendo que las bisagras de la puerta cedieran rápidamente.

La puerta se aplastó con un estruendoso golpe. 

Aparentemente, incluso el acero de Kichlean no era rival para el Blankšum.

Mientras la pareja saía, Desir se volteó hacia el aturdido Ujukun.

"Parece que definitivamente se ha terminó, ¿no?".


* * * * *


Solo llevaban corriendo unos minutos, pero Desir ya estaba sin aliento.

"Muy bien, creo que los hemos perdido. Realmente necesito ejercitarme un poco más. No puedo creer que esté tan débil...".

Desir murmuró entre respiraciones forzadas.

Sin embargo, su falta de aliento hizo poco para amortiguar su alegre voz.

"Menos mal que hemos recuperado el estoque, ¿verdad?".

Mientras asentía, Pram movió su mano hacia el estoque de su cintura sin siquiera darse cuenta.

El pálido estoque brillaba como la luz de las estrellas, o incluso como la luz de la luna.

Pram desenvainó la espada, y no pudo sentir el menor peso. Una sensación realmente increíble.

"¿Así que has decidido usar el estoque?", dijo Desir, recordando cómo Pram había luchado con el estoque unos minutos antes.

Había sostenido el estoque y sometido al bárbaro gigante con una habilidad abrumadora.

El hecho de que Pram haya retomado el estoque de nuevo fue especialmente significativo para Desir.

"La situación fue demasiado urgente, así que no tuve otra opción, pero...", Pram todavía dudaba.

Eventualmente dejó escapar un suspiro.

"¿Por qué mi padre escondería algo como esto en ese viejo y desgastado Kemubin?".

Esa fue la causa de todo este incidente ridículo. Si hubiera dejado claro desde el principio que en realidad era un Kemubin, Pram nunca habría tenido ningún motivo para estar resentido con su padre.

"Tu padre hizo una sabia elección, Pram".

Pram levantó la cabeza ante las palabras de Desir.

“Una espada de Blankšum es algo increíble. Imagína si se corriera la voz de que eras el dueño. Más de cien personas como Ujukun habrían venido a buscarte”, explicó Desir.

"Pero todavía había una posibilidad de que nunca me hubiese enterado", dijo Pram.

"Lo dejó oculto porque pensó que eventualmente lo descubrirías", dijo Desir con seguridad.

El padre de Pram siempre creyó que Pram se daría cuenta, mientras siguiera llevando el estoque.

"¿Cómo puedes estar tan seguro?", Preguntó Pram.

Desir agarró el estoque, y señaló la empuñadura.

Pram lo miró. 

En el Kemubin que tenía la forma de una espada vieja y desgastada, había escritas algunas palabras ilegibles. La razón por la que eran ilegibles era porque estaban incompletas.

Cuando el Blankšum fue revelado y el estoque mostró su verdadera forma, las palabras en de la empuñadura tomaron forma.

Parecía que había un mecanismo oculto en el agarre como en la hoja.

Pram leyó las palabras lentamente.

"NO PIERDAS DE VISTA TU CAMINO,
MI PEQUEÑO PAJARITO"



* * * * *


* * * * *


El restaurante privado de la Clase Alfa estaba en un piso alto, con vista a la Academia Hebrion.

Una brisa fría soplaba desde la ventana abierta. Una vista nocturna incolora yacía fuera. Las estrellas brillaban solemnemente en la oscuridad profunda.

Romantica se estremeció de frío.

"Aquí está su orden, señorita", dijo el camarero.

Las luces brillaban de color amarillo y los camareros se movían entre las mesas como pájaros que entran y salen de sus nidos.

El menú era de mariscos: un pescado a la sal y un gratinado de cangrejo se colocaron frente a Romantica, y ella agradeció al camarero con una sonrisa.

"Las comidas de la Clase Alpha son mucho mejores, ¿verdad?", Dijo Doneta Hadun, sentada frente a ella.

Ella no se supo que él había llegado. Lo adivinó mientras miraba por la ventana.

No había nada extraño en el hecho de que él estuviese allí. De hecho, lo que era extraño era el hecho de que ella estuviese allí.

Sin el joven sentado frente a ella, ella nunca podría haber puesto un pie en este lugar.

"Por fin. He querido verte todo este tiempo", dijo Doneta con gusto.

"Ya veo", respondió Romantica con delicadeza.

Romantica esperó a que la comida de Doneta llegara.

Un momento después, la comida de Doneta se colocó frente a él, y ambos levantaron sus tenedores.

El pescado a la parrilla sabía bien, y el gratinado era ligeramente grasiento, pero su sabor era exquisito.

Los dos no dijeron nada durante un rato, saboreando la comida.

"Entonces, ¿de qué querías hablar?", Preguntó Doneta.

No había razón para dudar. 

Romantica colocó una daga de madera sobre la mesa. Estaba decorado con todo tipo de adornos.

Romantica se explicó a sí misma: "Vine a devolver esto".

Doneta se levantó las gafas y miró al Kemubin como si fuese la primera vez que lo veía.

Romantica arrimó el Kemubin hacia él.

Doneta no mostró reacción por un momento. Sin rabia, sin molestias.

Simplemente contuvo el aliento y pensó por qué había sido rechazado.

Sólo un noble de tercera categoría mostraría sus emociones en su rostro.

"Pensé que no había razón para que te negaras...".

"Pensaste...". Romantica miró a Doneta con sus ojos verdes tocados por el viento.

El corazón de Doneta comenzó a acelerarse cuando volvió a mirar su mirada.

"Si tal vez te sientes incomoda por salir conmigo, no tienes que preocuparte por eso".

“Al principio dudé por esa razón. Pero no es por eso", dijo Romantica.

"¿Quieres decir que hay otra razón?", preguntó Doneta.

Romantica asintió. "Me uní a una party sin denominación en la Clase Beta".

"Clase Beta...". Doneta la miró con incredulidad.

Murmuró para sí mismo, como si ni siquiera pudiera entender lo que acababa de escuchar.

"Clase Beta, tú dices...".

"Sí. Un grupo de plebeyos. La gente que tú consideras basura", dijo Romantica.

Doneta golpeó su tenedor sobre la mesa.

Todo se había enfriado. El aire que entraba por la ventana, la sopa en la mesa, la atmósfera entre ellos.

"No entiendo. ¿Te chantajearon?”.

"Tal vez...".

Romantica negó con la cabeza.

"No, esta fue mi decisión".

"Entonces no estabas pensando racionalmente", dijo Doneta.

Abrió el Kemubin.

Un collar de oro se deslizó en la palma de Doneta como una serpiente.

"No me arrepiento", dijo Romantica. Miró a Doneta con renovado vigor.

"No te precipites, todavía hay tiempo”, sonrió Doneta.

Romantica respiró hondo.

"No voy a retractarme de mi decisión".

Los labios de Doneta se volvieron hacia arriba, pero no estaba sonriendo. Romantica hizo lo mismo.

"Honestamente, creo que tomé la decisión correcta. No quería unirme a esa party al principio, pero cambié de opinión con el tiempo. Esa party es divertido. El líder nos entrena diligentemente. Mis habilidades están mejorando rápidamente gracias a él".

Con cada palabra, Romantica se sentía más segura de haber tomado la decisión correcta.

"Si está mejorando tus habilidades, nuestra party también puede hacer eso", refutó Doneta.

"Por supuesto, esa es sólo una de las razones. Doneta, ¿recuerdas cómo me dijiste que todos los de la Clase Beta eran plebeyos sin valor, nada más que basura?", preguntó Romantica.

Doneta hizo una pausa. "No veo por qué sacas eso a relucir".

"La razón…", explicó Romantica.

Respiró profundamente llenando sus pulmones. Brillantes ojos rojos de serpiente la miraron fijamente. Exhaló y dijo las palabras que sellaron su destino.

"...es que soy una plebeya".

Doneta golpeó su tenedor contra la mesa. Un fuerte sonido chocó contra los tímpanos de Doneta.

Toda la preocupación y el afecto desaparecieron de su rostro. Una leve mirada de desprecio se podía ver en su rostro.

Romantica ya no podía encontrar el más mínimo afecto en sus ojos.

"¡Cof!"

Doneta dejó escapar una leve tos.

En una fracción de segundo, recuperó su cara inexpresiva después de darse cuenta de su error, pero ya era demasiado tarde.

Sus sentimientos hacia los plebeyos estaban cerca de la repulsión física, y no podía contenerlos de inmediato.

Así como alguien no necesitaría una razón para odiar a las cucarachas, tampoco necesitaba una razón para odiar a los plebeyos.

Una expresión de pánico se reflejó en su rostro, parecía desesperado.

"Eso es mentira".

“¿Tu razón para pensar eso?” Preguntó Romántica.

“Si realmente fueras una plebeya, habrías mantenido la boca cerrada y te habrías unido a mi party. Esa sería la única forma en la que un plebeyo como tú podría haber ingresado en la Clase Alfa", explicó Doneta.

"Así es", lo admitió Romantica.

"Pero cuando ellos descubrieron que yo era una plebeya, al menos no me miraron como tú".

Doneta tenía razón: si se unía a la party Blue Moon, a Romantica le sería fácil ingresar a la Clase Alfa.

En cambio, Desir la invitó a su grupo a pesar de que sabía que ella era una plebeya. No hubo discriminación. Ella no tuvo que mentir, o temer que la excluyeran por ser una plebeya.

"Ya veo". Doneta abrió la boca.

"Por supuesto. Después de todo, todos ustedes son la misma basura". Su tono amargo se reflejó en su actitud.

"Basura... tienes razón", dijo Romantica.

Su voz tenía la misma amargura que la de Doneta, mientras le contestaba. Su voz se llenó de remordimiento.

“Los nobles siempre odiarán a los plebeyos. Los odian y los desprecian como si fueran enemigos biológicos. Sé muy bien por qué nobles no pueden soportar los plebeyos.

“Es la misma razón por la que la Academia Hebrion es una aristocracia en lugar de una meritocracia, la misma razón por la que Alfa y Beta no se dividen según el rango, sino por el estatus. La razón es que ustedes, los nobles, temen el nacimiento de una nueva República”.

"...Cuida tu boca". Doneta le susurró inmediatamente.

Sus ojos se movieron de lado a lado y miró a su alrededor para asegurarse de que nadie prestara atención.

Romantica lo ignoró y puso el último clavo en el ataúd.

"Los tiempos han cambiado. Los Mundos de las Sombras han derribado el equilibrio. Cualquiera que sea lo suficientemente fuerte puede adquirir cristales mágicos. Todos ustedes viven en un castillo de arena y se está desmoronando".

Con su voz ahora revitalizada, Romantica dijo:

"Vives en un miedo constante, sin saber cuándo todo se derrumbará".



1 comment:

  1. Jajaja en tu cara hijo de perra! Deja de joder "noble".

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