Wednesday, April 22, 2020

La Magia de un Retornado Debe Ser Especial - Capítulo 51 - Novela en Español






Capítulo 51 - Evernatten (3)



Incluso en el invierno, muchos residentes vagaban por las calles, tomando el sol.

Adjest caminó hacia una calle llena de vendedores, deteniéndose frente a un puesto particular.

Cuando ella se acercó, la sorprendida propietaria del puesto la saludó calurosamente.

—¡Oh, Dios! ¡Pero si es esa nuestra capitán! ¡Bienvenida!

—Ya te lo he dicho muchas veces. No hay necesidad de que seas tan formal.

—Shh... no necesitas ser tan modesta. Gracias por mantener nuestras calles seguras.

La dueña del puesto le entregó a Adjest algunas galletas de su tienda.

Adjest intentó pagarle por ellas, pero la dueña del puesto declinó cortésmente.

—¿Cómo podría aceptar dinero de nuestra protectora?

Al darse cuenta de que no podía rechazar su buena voluntad, Adjest aceptó con gusto las galletas y le agradeció por las molestias.

La dueña del puesto see giró y llamó a Desir, que estaba parado bastante por detrás de Adjest.

—Y aquí hay algunos para el señor novio.

Desir escupió, antes de que la dueña de la tienda tuviera algunas palabras para decirle:

—No- ¿novio?

—A tu edad, se te nota en la cara —se rio ella—. Por favor cuida bien a nuestra capitán. Ella es una persona de buen corazón.

Desir levantó su mano y estaba listo para negarlo.

—Ah, yo…

—Gracias por cuidar de mi enamorado —rápidamente Adjest interrumpió y le dio a la dueña del puesto un simple agradecimiento.

—¡Ah! ¡Capitán, usted es más hombre que él! —se rio para sí misma cuando la dispareja pareja salió de su puesto.

—Adjest, ¿qué estás diciendo? —la cara de Desir estaba roja de la vergüenza.

—No soy lo suficientemente cruel como para rechazar sus buenas intenciones.

Cuando Desir abrió la boca para hablar de nuevo, fue rápidamente silenciado por Adjest.

—No hay necesidad de perder tiempo explicando cada pequeña cosa.

Ella se alejó; en su mente, era una señal de que la conversación había terminado.

Mordió la galleta y la partió por la mitad, ofreciendo la porción restante a “su media naranja”.

La galleta en sí no era dulce; sabía a harina de hornear.

Lo cual era muy probable, porque era difícil encontrar azúcar. Aun así, no era tan mala en absoluto.

A medida que avanzaban por la calle, atraían la atención dondequiera que iban.

Los regalos de comida se amontonaron y pronto, comenzó a ser difícil llevarlos a todos.

—Vamos a tomar un breve descanso —sugirió Desir.

En la plaza central, una estatua de un semental levantaba su cabeza de una manera majestuosa.

Desir y Adjest se sentaron en un conjunto de bancos para recuperar el aliento.

Los cielos estaban despejados y los dos se miraron entre sí antes de desviar la mirada.

Con un poco de vacilación, Adjest le hizo una pregunta.

—Desir. ¿Cuál es tu impresión de las calles?

—Es un buen lugar. La gente es agradable y está animada.

—Es bueno escucharlo.

Sus mechones dorados enmarcaban sus mejillas color rojo claro mientras dejaba escapar un suspiro de alivio.

Desir pensó para sí mismo que Adjest se estaba volviendo más expresiva.

Ella se volteó para encontrarse con sus ojos y aparecieron arrugas en su frente.

—Me preguntaste cómo estaba progresando la búsqueda, ¿verdad?

Desir asintió en respuesta.

—Me centré principalmente en resolver el problema de la seguridad pública. Como sabes, los vagabundos estaban causando muchos problemas. Debido a la afluencia de vagabundos, la moral estaba baja.

Adjest hizo una breve pausa y luego continuó.

—Dividiendo el territorio en distritos, he separado a los caballeros de cada distrito para mantener el orden. Los delitos graves se castigaron en el acto, mientras que los delincuentes menores se transfirieron a una celda de detención.

Desir se maravilló por lo que Adjest había logrado en tan poco tiempo.

Su estrategia fue excelente.

Con este método, cada distrito podría ser vigilado y administrado adecuadamente.

—Pero, por desgracia, no pude llegar al corazón del problema.

Adjest miró a la gente en las calles. Residentes de Evernatten paseando por el centro de la ciudad.

Los niños que tenían una bola de nieve peleaban en los bancos de nieve.

El ambiente era cálido, y había un torrente de vida llenando el aire.

—Si bien los delitos moderados disminuyeron bruscamente, ha sido difícil prevenir numerosos delitos menores, como el robo y el hurto.

Adjest dirigió sus ojos hacia un callejón, había vagabundos merodeando.

—El progreso general se ha estancado en un 30%. Incluso si el orden público mejorara, la misión no avanzará más de aquí en adelante.

En el callejón de atrás, un hombre vagabundo tenía sus ojos enfocados intensamente en una mujer, marcándola con sus ojos.

Aguantando la respiración y mezclándose con el callejón, la tendió una emboscada y trató de robarle el bolso.

La mujer gritó de pánico, pero no pudo perseguir al joven que ya estaba a varios pasos de distancia.

Adjest, percatándose del robo, apuntó al pie del joven y lanzó magia.

[Ice]

Una capa de hielo se formó instantáneamente, y el joven perdió el equilibrio.

Moviendo sus brazos para mantener el equilibrio, encontró que todo era inútil ya que se resbaló y dejó caer la bolsa de la mujer.

Momentos después, los caballeros llegaron a la escena del crimen para evitar que se huyera.

Adjest, viendo que el criminal había sido tratado adecuadamente, se volteó para irse.

—Si encuentro algunas pistas, volveré a visitarte —dijo Desir.

—Estaré esperando.

Cuando lo dejó con sus palabras de despedida, descendió al callejón oscuro y se dirigió directamente hacia el vagabundo que estaba siendo golpeado en el suelo.

Después de confirmar su arresto, Desir se dirigió hacia el castillo.

¿Qué es el Mundo de las Sombras?

El mundo de las sombras es un fragmento de la historia.

Es decir, repetirá una vez más lo que ha sucedido en el pasado.

Había múltiples maneras de despejar una misión en el Mundo de las Sombras.

Una era corregir las decisiones erróneas tomadas por las figuras claves de la historia.

Podrían despejar la misión guiando la historia por su camino correcto.

La figura clave en este Mundo de las Sombras era Wilhelm Evernatten.

Debe haber pasado años buscando una solución a los problemas actuales en su territorio, pero la historia demostró que los resultados finales habían dejado algo que desear.

Decir necesitaba obtener más información, y el primer paso era obtener una mejor comprensión del propio Wilhelm.

No los rasgos superficiales, sino los asuntos privados que lo impulsaban a actuar.

Afortunadamente para él, conocía a una persona que estaba bastante familiarizada con Wilhelm.

Esa noche, Desir llamó a la puerta de la cocina.

Entró a hurtadillas y se puso en contacto con su antiguo maestro, Jefran.

—¿Quieres que te cuente sobre el señor? ¿Por qué me preguntas eso?

Un estruendoso corte cayó sobre la tabla de cortar mientras el chef cortaba limpiamente grandes trozos de carne.

Los ojos de Desir se abrieron de par en par con la fascinación por las habilidades con el cuchillo de Jefran.

Eran rápidas y precisas, cortando las piezas al tamaño perfecto.

—Quiero saber más sobre el señor desde otra perspectiva. Por favor, no te hagas el tonto conmigo, Jefran.

El jefe de cocina trató de desquitarse, pero el momento en que irrumpió Enel salón del lord resonó en su mente.

—Tú, pequeño bribón. Realmente deberías olvidarte de cosas tan insignificantes como esa.

Jefran maldijo en voz baja ante la persistencia de su protegido.

—¡Señor Jefran, las cebollas están listas! —Lílica se quedó con los brazos cruzados triunfalmente y esperó más instrucciones de Jefran.

Jefran sonrió descaradamente ante la alegre personalidad de Lílica.

—Está bien, puedes dejarlas allí. ¡Buen trabajo!

—Hermano Desir, ayúdame a mover esta olla allí", preguntó Lílica.

Desir movió la olla, llena hasta el borde con salsa, hacia donde Lílica dirigía.

—Eugh... no es realmente algo de lo que quiera hablar, pero creo que está bien... —Jefran murmuró en voz baja.

—Lílica! Desir se hará cargo de la cocina por esta noche. Ve a descansar bien esta noche.

—¡Sí, Chef!

Lílica saludó a Jefran y le dio las gracias a Desir, antes de salir de la cocina con una sonrisa alegre en su rostro.

Desir había dejado caer su mandíbula durante todo el intercambio.

—Je. ¿Pensaste que sería gratis? Ahora, chico, empieza a revolver esa sopa.

—Maldita sea.

Con un profundo suspiro, Desir comenzó a seguir las órdenes de Jefran.

Como de costumbre, fue agotador.

Jefran comenzó a condimentar la carne, y poco a poco se fue adentrando en su historia.

—Conozco a Wilhelm desde hace años; nos conocimos en la Ciudad Santa. Durante ese tiempo, él era un cardenal.

Los ojos de Desir se hincharon. —¿¡Un cardenal!?

El jefe de cocina recordó y sus ojos se pusieron vidriosos.

—Bueno, en ese entonces, yo dirigía una pequeña taberna. Después de probar mi plato, Wilhelm me preguntó si quería ser su Chef exclusivo. Con el poco dinero que tenía de sobra, acepté de inmediato su oferta. No me imaginé que tendría la misma mirada que tú cara cuando finalmente también me enteré. Oye, ¿puedes ir a revolver la sopa?

—Sí, Chef.

Desir se arremangó y comenzó a revolver la sopa.

—¿Siempre fue tan frío y distante?

—No. Wilhelm tenía una personalidad brillante. Para cuando la noche avanzaba, él iba al bar y bebía a gusto. La mayoría de la gente apenas podía creer que era un cardenal.

Jefran tomó un sorbo de su té.

—Puedo ver la mirada en tu cara. Tú tampoco lo crees, ¿verdad? Pero estoy diciendo la verdad. Era una persona muy animada que amaba beber y jugar. En los días más agradables, se lo podía ver practicando la esgrima con sus caballeros.

Con cada palabra que salía de la boca de Jefran, se podía escuchar el arrepentimiento y la tristeza llenar su voz.

—Los talentos de Wilhelm se extendieron más allá de su título de caballero, siendo un gran líder para sus hombres. Liderando a sus caballeros, luchó activamente contra el Juicio.

Juicio. En ese momento, la Nación Sagrada se refería a los Mundos de la Sombra como “Juicio”.

—Esos eran los días dorados. Él nunca perdió una sola batalla, y gracias a él, la Nación Sagrada pudo evitar el Juicio de la Diosa Artemisa.

A diferencia de la era moderna, que tenía años de historia para construir las bases para luchar contra los Mundos de las Sombras, esta era se vio obligada a construir sus bases desde cero.

Despejar con éxito un Mundo de las Sombras era una hazaña increíble.

Un individuo único cuyas hazañas heroicas evitaron la erosión por parte del Mundo de las Sombras.

—Para que conste, más de la mitad de los caballeros en el territorio lo siguieron aquí desde la Ciudad Santa. Incluso después de que fue exiliado, su lealtad los llevó a seguirlo aquí.

—No me sorprende que los caballeros tengan tanto talento... pero ¿por qué fue exiliado, teniendo tanto reconocimiento?

—Se encontró en desacuerdo con la recién nombrada realeza.

Desir pudo decir, por el temblor en la voz de Jefran, que fue alrededor de ese hecho cuando todo comenzó a cambiar. 

—Su Majestad quería aceptar el Juicio. Si lees el texto original de la Iglesia de Artemisa, dice que el Juicio existe debido a nuestras malas acciones. La Diosa está en su derecho de castigarnos por nuestros pecados.

—Entonces... aceptarlo... ¿significaba destruir completamente la Nación Santa?

—Si eso es lo que la Diosa desea —lamentó Jefran.

Desir se puso tenso.

No podía entender cómo podían resignarse a tal destino.

—Por supuesto, Wilhelm se opuso a la idea. Él siempre, siempre, antepuso al pueblo, antes que nada. Se puede decir por la forma en la que acepta a los vagabundos. Hasta el final, Wilhelm argumentó que le debíamos al pueblo el luchar contra el Juicio, y créeme, eso terminó mal. Fue despojado de sus logros y expulsado de su título. Su unidad se disolvió y fue desterrado de la capital. ¿No es un destino extraño?

Jefran dejó escapar una risa superficial.

—Cuida bien del Lord, Desir.



2 comments:

  1. La iglesia haciendo de las suyas como siempre...

    ReplyDelete
    Replies
    1. Siempre arruinando todo. Como en Castelvania 👀 😒

      Delete