Wednesday, April 22, 2020

La Magia de un Retornado Debe Ser Especial - Capítulo 57 - Novela en Español





Capítulo 57 - Por el Pueblo (1)



Lord Wilhelm Evernatten sintió un aumento sustancial en el número de vagabundos que llegaban a sus murallas. El aumento repentino le hizo creer que algo andaba mal.

En los últimos años, nunca ha habido tantos vagabundos a la vez.

Suponiendo que algo iba a pasar, mandó a investigar a los vagabundos en toda Evernatten.

Como resultado, descubrió que todos ellos provenían de la Ciudad Santa de Gottheim, y al mismo tiempo pudo escuchar el rumor que flotaba entre los vagabundos.

“Un espíritu maligno se lleva a las personas vivas y los despelleja...”

Una historia verdaderamente grotesca.

Pero Wilhelm Evernatten, quien determinó que podría no ser un simple rumor, recopiló información enviando personal a Gottheim y los territorios circundantes para confirmar la autenticidad del rumor.

El que estaba frente a él ahora era uno de los que fueron enviados a la investigación. 

La persona arrodillada frente a Wilhelm Evernatten era uno de sus hombres de confianza.

—Los resultados de la investigación indican que la condición de la Ciudad Santa de Gottheim es grave. Para evitar el Juicio en nombre de la Diosa, están imponiendo un impuesto excesivo a los ciudadanos. Como resultado de esto, los bienes están siendo confiscados en masa y el número de refugiados solo está creciendo cada vez más.

—¿En cuanto al rumor?

—Resulta ser cierto, y parece que también ha habido una gran cantidad de casos faltantes más allá de lo que se ha revelado. Lo extraño era que el Santo Emperador no parecía estar tratando de resolverlo".

Wilhelm hizo una pausa.

—¿...para los sacrificios?

Su voz era apenas audible.

—Sí. Según los relatos de múltiples testigos, es probable que sea un acto de sacrificio en nombre de Artemisa, todo para evitar el Juicio de la Diosa.

El Juicio de la Diosa.

En el pasado, el espacio llamado Juicio (Mundo de las Sombras), se consideraba un lugar de castigo para los hombres pecadores. Simplemente había que entrar en él y corregir la historia en la dirección correcta y el Juicio finalizaba.

Sin embargo, el Imperio Santo se negó a tomar medidas para detener el Juicio.

Creían que la Diosa revelaría sus pecados en el espacio llamado Juicio, y tomaría de nuevo al mundo bajo su protección.

La forma en que eligieron fue la de los sacrificios.

La sangre y la carne de la humanidad que había cometido pecado eran ofrendas. Intentaban calmar la ira de la Diosa pagando el precio de su pecado. Por supuesto, no podía funcionar.

—¿Realmente creen que puede detener al Juicio de esta manera?

Las manos de Wilhelm Evernatten, apretadas con fuerza, temblaban.

—Hace unos días, una gran cantidad de niños desaparecieron.

Coincidía con el momento en que vagabundos a gran escala habían emigrado y se apresuraban a llegar a Evernatten.

Los ojos del Lord se arrugaron, —¿Ha aparecido otro Juicio?

—He detectado una gran cantidad del Juicio. La mayoría de los otros Lords también han hecho la misma predicción... Y ahora, con el estado actual del Santo Imperio, será difícil detener el gran próximo Juicio.

Como para adivinar la intención del comentario, Wilhelm cerró los ojos por un momento y luego los abrió.

—El conde de Mittelfer ha pedido el avance hacia Gottheim...

—Fingiré que la petición no fue recibida. Puedes retirarte.

—¡Milord! —el informante exclamó levantándose, antes de darse cuenta de su posición y se arrodilló una vez más.

Wilhelm negó con la cabeza firmemente.

—Juré bajo mi nombre que viviría para el Santo Imperio, a pesar de que he sido expulsado. No mancharé mi honor. Déjelo así, Sir Carlos.



* * * * * 



* * * * * 



Las pisadas resonaban mientras Desir serpenteaba por el exuberante jardín. Él estaba absorto en sus pensamientos.

Gracias a Romantica, se solucionó el problema de la comida casi inmediatamente. Pero aún quedaban cosas por hacer, ya que esta no era la solución perfecta.

La comida se agotaría después de un corto período, y había una necesidad de contramedidas sobre qué hacer después de eso.

«Ahora solo queda un día».

No había tiempo adicional para resolver la cuestión generales, a pesar del alivio del problema más apremiante.

Sin soluciones perfectas para los problemas causados por vagabundos, entonces no había motivos para tratar con la Guild Mercante de Romantica en Evernatten.

Sin embargo, Romantica había hecho que sea posible considerar una solución a más largo plazo.

Por ejemplo, una forma de capacitar y contratar vagabundos con talentos individuales.

«Esta es, francamente, la forma más fácil de pensar en ello».

Sin embargo, tan pronto como pudo pensarlo mejor, Desir concluyó con más calma que este método sería demasiado difícil.

«Wilhelm Evernatten es una persona astuta. No podría no haber pensado en esto ya con anterioridad».

De hecho, este método no era suficiente para resolver todo. Las finanzas de Evernatten no eran abundantes.

Era un poco irrazonable educar a esos vagabundos y proporcionarles mucho trabajo.

De repente, el andar de Desir se detuvo.

Alguien estaba haciendo un muñeco de nieve mientras cantaba alegremente.

Era Lílica.

Después de que el problema de la comida mejoró, Lílica pudo volver a trabajar en el castillo.

Mirando a su alrededor, Desir vio muchos muñecos de nieve por todo el jardín.

Desir se acercó a Lílica, palpando la nieve y agarrando una zanahoria de la más reciente creación.

—Te resfriarás si estás haciendo un muñeco de nieve.

—¡Ah, hermano Desir!

Desir volvió su mirada hacia el muñeco de nieve que estaba haciendo.

—Lílica, pareces hacer un muñeco de nieve cada vez que te veo.

—Sí, los muñecos de nieve son mis amigos ¿Quieres construir uno? —sus ojos brillaban con anticipación.

"..."

"¿¡Qué!?, no me veas con tanta lástima! Son amigos de verdad, somos amigos desde antes de venir aquí. —Eran los niños que habían venido desde su ciudad natal antes de llegar a Evernatten.

—¿Entonces los muñecos de nieve no son tus amigos en tu imaginación? ¡Perdóname!

Lílica parecía desolada mientras hacía un gesto hacia los muñecos de nieve.

—¿Recuerdas la última vez que te pedí que cuidaras a mi muñeco de nieve?

—Sí, dijiste Carlos, ¿verdad?

—Sí, él era mi mejor amigo. Habría sido muy triste para mi si se hubiera roto. —Lílica lo dijo de una manera un tanto solitaria—. Ni siquiera se despidió cuando él se fue.

—¿Está muy ocupado?

—No, se fue. Un día de repente. Algunas personas dijeron que algún fantasma se lo llevó.

En ese momento, una voz de repente vino desde atrás.

—¿Estás hablando de los espíritus malignos que recogen a las personas errantes y las despellejan?

Una suave brisa sopló. Mirando hacia atrás, Romantica estaba allí. Ella se acercó a los dos y los ojos de Lílica florecieron de curiosidad.

—Wow, hermana rica.

Romantica se acercó, y Lílica preguntó emocionada.

—¿Cómo lo sabes, gran señorita?

—El rumor no parece extenderse a las afueras del Santo Imperio, pero muchas noticias se han difundido en ciudades que conducen a aquí desde Gottheim. Lílica, ¿tú también eres de Gottheim?

—Sí, lo soy. Todas las personas que viven en el pueblo de los vagabundos vienen de la Ciudad Santa.

Los ojos de Desir se abrieron de par en par ante el repentino descubrimiento.

—¿No te lo mencioné, hermano Desir?

Romantica dejó escapar un suspiro.

—¿Enserio no sabias lo que pasaba en la Ciudad Santa, Desir?

Ella tenía razón. Desir no sabía nada de Gottheim, exceptuando lo revelado por Jefran.

Ni siquiera tuvo tiempo para pensar fuera de Evernatten por el exceso de trabajo que se había asignado al convertirse en estratega.

«¿Por qué Fui tan estúpido que no se me ocurrió pensar en eso?».

Ni siquiera había pensado de dónde vinieron los vagabundos. Estaba tratando de resolver demasiados problemas.

«Es natural resolver la causa más fundamental para resolver el problema».

En ese momento, Desir solo pudo ver que el Mundo de las Sombras había juzgado que Wilhelm Evernatten había hecho de los vagabundos una elección equivocada, al expulsarlos. Pero incluso no exiliarlos solo era una forma de aplazar los problemas inmediatos, no resolvería el problema fundamental: La Ciudad de Gottheim.

Si los problemas que estaban ocurriendo en la Ciudad Santa no se resolvían, la situación en el resto del Santo Imperio se deterioraría y algún día llegaría al territorio de Evernatten.

—Romantica, dime todos los detalles que sepas.



* * * * *



* * * * *



La mañana en que la niebla del alba no se levantaba, el aire dentro de la oficina era lo suficientemente frío como para no sentir el calor de la chimenea encendida.

Había una reunión de personas que estaban a punto de decidir el destino de Evernatten.

—Todos estamos aquí.

Dos días.

El tiempo que Desir solicitó había pasado. El éxito y el fracaso están en juego aquí.

Wilhelm abrió la boca.

—Antes de comenzar nuestra conversación, me gustaría expresar mi gratitud a la Master Romántica. Gracias a la Guild Mercantil que diriges, la situación alimentaria en la tierra ha mejorado sin problemas. Expreso mis agradecimientos.

Romantica levantó brevemente el dobladillo de su falda en una reverencia y presentó sus respetos.

—Es todo un honor, milord.

Fue una respuesta elegante.

La conversación parecía comenzar sin problemas con la gratitud del señor.

—Todavía hay un gran inconveniente del problema de seguridad. Mi señor. —Eyulan roció un balde de agua fría en el ambiente que parecía relajado.

Wilhelm le habló a Desir en voz baja.

—Así que Desir, el tiempo ha pasado ¿pensaste en una solución?

Desir dio un paso adelante y se inclinó ante el Lord.

—Hay algunos problemas que aún no se han resuelto, incluso si la situación ha mejorado, el problema de la seguridad, por ejemplo, como ha señalado Sir Eyulan. No podemos resolverlo en nuestra situación actual.

Los que escucharon a Desir asintieron con la cabeza.

—Incluso si los problemas se resuelven, será solo una medida a corto plazo, y los vagabundos continuarán surgiendo en el futuro. Y no podremos recibirlos todo el tiempo. La comida se agotará algún día. La guild de mercaderes solo puede ofrecer apoyo por un tiempo limitado. Si el problema en Gottheim persiste, los vagabundos aparecerán años tras años.

Luego de una breve pausa, Desir continuó:

—La única solución lógica es desterrar a los vagabundos. Si ya no los aceptamos, no tenemos que responsabilizarnos por ellos. Resolveríamos el problema de inmediato. De hecho, así es como otros estados resuelven este tipo de problemas.

Fue lo que le dijo Romantica. Debido a que la mayoría se negó a aceptar vagabundos, todos los vagabundos de Gottheim vinieron a Evernatten.

—Pero los vagabundos continúan aumentando. Todos esos hombres, mujeres y niños que no tienen a donde ir, morirán. Eso no es una solución. Sacar a los vagabundos es apartar nuestros ojos de sus muertes.

Desir extendió una intensa mirada por la habitación, descansando sobre Eyulan un momento. Ella sostenía sus nudillos, sin embargo, no se atrevía a hablar frente al lord.

—Quiero presentar una solución de raíz al problema de los vagabundos.

Wilhelm Evernatten era alguien que se preocupaba por todo el pueblo del Santo Imperio en lugar de la doctrina de la capital.

Desir no pasó mucho tiempo con él, pero en pocos días pudo saber más que suficiente.

—¿Sabe cuál es la causa de fondo, milord?

—Sí, es por lo que sucede en la Ciudad de Gottheim.

—Sí, la gran mayoría de los vagabundos provienen de Gottheim, están sufriendo tanto, sin ninguna opción más que huir. En consecuencia, los vagabundos aumentarán en número, agravando el problema. No, mejor dicho, la tiranía que los expulsó de la Ciudad Santa se expandirá, y algún día afectará este lugar.

La capital del Santo Imperio se dirigía a la ruina, también quedándose amenazado por el Mundo de las Sombras. Por motivos religiosos, no se hacía nada.

«El resultado es uno solo: la ruina».

Desir sabía sobre el fin del Santo Imperio.

El Mundo de las Sombras Clase 1 finalmente había aniquilado al Santo Imperio por la invasión.

Al final, solo unos pocos sobrevivientes mantuvieron la religión de Artemisa, viviendo el resto de sus días en el Imperio Occidental y propagando piadosamente su religión.

Una compañera de la vida anterior de Desir, Priscilla, también era miembro del Culto de Artemisa. Ella estaba muy amargada, recordando el colapso de unas de las más grandes naciones.

Fue debido a esto que Desir pudo hablar con confianza.

Para que el Santo Imperio volviese a establecerse se necesitaban reformas radicales.

Con esto en mente, Desir presentó su solución definitiva.

—El Santo Imperio está actualmente en camino a la ruina. Las interminables olas de vagabundos son un resultado de eso. Para resolver los problemas fundamentales de base y así poder ayudar a estos refugiados, se deben cambiar los ideales retorcidos de la Ciudad Santa.



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