La Magia de un Retornado Debe Ser Especial - Capítulo 195 - Novela en Español

Capítulo 195 - Iniciando el Plan (4)

Desir llegó al Palacio Leonhardt en un carruaje junto a Ersène-Blanc. Descendió del carruaje, donde había pasado unos segundos observando sus alrededores, antes de seguir a su escolta.

El Palacio Leonhardt no era tan lujoso como el Palacio de Edark, donde se había celebrado el baile de máscaras, pero provocaba una sensación de nobleza difícil de describir.

«Así que este es el palacio real... ...»

El país que ocupaba la mayor parte de las tierras del mundo, el Imperio Hebrion, y su palacio hecho para el uso exclusivo del Emperador.

A pesar de la falta de decoración extravagante, el Palacio Leonhardt abrumaba a cualquiera que se acercara a sus límites, debido a su mera existencia.

*Thump*

Desir y Ersène-Blanc se detuvieron frente a una enorme puerta.

Uno de los caballeros que custodiaban la puerta los cuestionó.

—¿Tú eres Desir Arman?

—Sí, soy yo. Estoy aquí para responder a la citación de Su Majestad.

El caballero asintió con la cabeza y abrió la puerta.

—Solo el Sr. Desir Arman puede pasar por aquí. El Sr. Ersène-Blanc Tistachia debe permanecer aquí y esperar.

Desir echó un vistazo a Ersène-Blanc e ingresó por la puerta. Después de caminar por el pasillo durante un rato, se encontró con otra puerta.

El caballero que custodiaba ese lugar pidió a Desir que dejara las armas que pudiera tener a su cuidado. Señaló una línea roja en el suelo y advirtió:

—Caminar más allá de esta línea mientras se posee un arma será considerado traición. Ni siquiera la magia puede garantizar su supervivencia en ese momento.

Desir tuvo que pasar por un proceso de inspección antes de pasar este punto de control. Le entregó algo al guardia y se preparó mentalmente para la reunión.

En el momento en que cruzó, comprendió lo que el guardia quería decir con que la magia carecía de utilidad.

El maná en la atmósfera no fluía, casi como si se hubiera endurecido en una sustancia similar a una roca. No ser capaz de concentrar el maná significaba que lanzar magia era imposible por medios normales.

«Un artefacto...»

El poder de crear este tipo de fenómeno anormal indudablemente se debía a un artefacto. Era obvio, en este punto, lo fuertemente custodiado que estaba el palacio.

Después de pasar por dos puertas más y llegar al final del pasillo, Desir pudo finalmente conocer al Emperador del Imperio Hebrion, Guiltian Zedgar F. Rogfelas.

—Es un honor conocer al Emperador y Guardián de este gran imperio.

Desir se dirigió correctamente frente al Emperador.

—Siéntete libre de ponerse cómodo.

Se sentaron uno frente al otro.

El Emperador ofreció una taza de té señalando a las tazas de la mesa. El primero en romper el silencio fue Guiltian.

—Las historias acerca de ti me han llegado desde muchas fuentes diferentes. He oído que te estás centrando en la formación de los estudiantes de la Academia Hebrion.

El Emperador añadió poco después.

—Incluso a estudiantes de partys que compiten con la suya.

—Eso es porque todos tienen que progresar juntos. No los excluiría solo porque compiten con mi party.

—Bastante considerado. Y he oído que llegaste al 4° Círculo, ¿mientras los entrenabas? Me gusta tu diligencia.

—Gracias por sus cumplidos, Su Alteza.

Fue un simple intercambio de bromas. Charlas de trivialidades, bromas del día a día.

—Cada persona tiene su propio valor.

La atmósfera se tensó repentinamente cuando el Emperador sacó el tema principal.

—Con toda honestidad, había considerado tu valor como limitado. Un mago sobresaliente procedente de un entorno de plebe. Un médium para ganarse el apoyo de los plebeyos. Eso fue más o menos lo que consideré de lo que eras digno.

Era de esperarse.

La relación entre el Emperador y Desir era exactamente como el Emperador lo describió.

Una relación temporal que solo se construía en base a los beneficios mutuos que proporcionaba.

El Emperador ofreció su mano a Desir para ganarse el apoyo de los plebeyos, y Desir aceptó la oferta para obtener algunos privilegios por tener una conexión con el Emperador.

Ese era el alcance de todo esto.

—Pero en esta guerra he descubierto tu verdadero valor. Y es por eso que he solicitado reunirme contigo en privado.

En la mesa tallada con madera de sándalo había una imagen de un león gigante, en una postura rugiente. El símbolo del Imperio Hebrion.

—La Guardia Real. Probablemente has oído hablar de ellos.

Sentado debajo del león rugiente había cuatro armas, que soportaban su peso y le permitían mantenerse erguido y orgulloso.

Una espada, un arco, un escudo y un bastón. El Emperador identificó cada arma en orden.

—Por lo que sé, es la organización más poderosa de este imperio.

—Debe permanecer en el pináculo.

El Emperador continuó ensalzando su virtud.

—Son la cúspide de los millones de guerreros que trabajan para defender a esta nación. La Guardia Real solo tiene posiciones para aquellos que han dominado su arte.

Tradicionalmente, la Guardia Real tenía solamente cuatro miembros. Él hizo un gesto hacia la espada.

—La espada, Jean Euremrin. El arco, Swan Katerina. El escudo, Raphael Cheringer. Todos ellos han alcanzado tal estatus.

El juicio fue acertado.

Ellos habían sobrevivido hasta la última fase del Laberinto de las Sombras. Mataron más enemigos que nadie y mantuvieron la línea hasta el final. Raphael Cheringer, que era el actual “escudo”, por ejemplo, sobrevivió hasta el final y sirvió como líder del grupo de la expedición.

—Pero no ha habido un mago en el Imperio que haya logrado tal maestría en su oficio.

Guiltian señaló la pintura del báculo.

—Como tal, este puesto ha quedado vacante desde la revolución. No ha habido ni un solo mago que haya podido llegar al 7° Círculo.

La única persona que había alcanzado e 7° Círculo vivía actualmente en Altea, bien y verdaderamente fuera del alcance del Imperio.

—Me estoy refiriendo a Zod Exarion.

El estándar del Emperador para un mago de alto nivel era Zod Exarion. Era lógico que entonces el báculo hubiera quedado vacío.

Una entidad que simplemente estaba más allá del nivel de cualquier mago de 6° Círculo, de los cuales había menos de diez en todo el mundo.

¿Quién se atrevería a compararse con Zod Exarion?

El Emperador levantó la mano.

El dedo que había estado apuntando al báculo ahora apuntaba a Desir.

—Pero tú derrotaste al homúnculo, una hazaña que ni siquiera Zod pudo lograr.

Desir negó con la cabeza.

—Eso se debió a que hubo muchas variables involucradas. Simplemente no tiene sentido afirmar que estoy a un nivel más alto que Zod.

—Pero ciertamente no estás a un nivel por debajo de él.

Respondió Guiltian.

—He oído que incluso derrotaste a una maga de 6° Círculo, que utilizaba Magia de atributo Sangre, en la batalla del puerto.

—Eso fue...

Dracul Labutte Elkaera, la última practicante de Magia de atributo Sangre.

Fácilmente sería capaz de abrumar a cualquier otro mago de 6° Círculo en términos de poder puro.

—Un mago de la familia real me dijo que puede haber magos que van por delante en términos de círculos, pero que no hay ni uno solo que pueda mantenerse firme contra ti. Si hubiera un solo mago que pudiera hacerlo, sería Zod Exarion.

Esto significaba que Desir cumplía con el estándar del Emperador.

—¿Significa eso que Su Alteza me está ofreciendo el puesto de Guardia Real?

—En efecto.

No había otra explicación de lo que Guiltian había dicho. ¿Qué significaba ser un Guardia Real?

No era una simple organización militar. Era una honorable posición que tenía una larga y distinguida historia de servicio al lado del Emperador. Y el Emperador pretendía que un plebeyo tomara tan honorable papel.

—Desir Arman. Tengo algunas misiones de gran importancia que me gustaría que asumieras en mi nombre. Y para ello, necesito que seas uno de los Guardias Reales.

Viendo el titubeo de Desir, Guiltian dio el golpe crítico.

—Hay tres privilegios principales de pertenecer a la Guardia Real.

«¡Privilegios como Guardia Real!»

Desir había escuchado un poco de esto y lo otro sobre los espléndidos privilegios que conllevaba el título de Guardia Real. Pero como no había oído mucho formalmente sobre ello, ahora escuchaba atentamente lo que Guiltian le confirmaría.

—En primer lugar, está el privilegio de usar los artefactos de la Familia Real. Se te permite tomar prestado cualquier artefacto que necesites. Si hay algo que quieras en particular, te lo concederé.

Era una oferta asombrosa.

El Imperio Hebrion, que se enorgullecía de su larga historia, poseía más artefactos poderosos que cualquier otro país.

Pero todavía quedaban dos privilegios.

—En segundo lugar, serás considerado como mi representante en este país. Recibirás un trato comparable al de un Duque. Este privilegio será aplicable en cualquier país que tenga relaciones diplomáticas con el Imperio. Por supuesto, tampoco necesitarás un emblema dorado, ya que tu propio ser será prueba suficiente de tu identidad.

Esto significaba autoridad y poder en el Imperio.

—En tercer lugar, se te concederá todo lo que desees. Si quieres dinero, te concederé el equivalente al presupuesto anual de toda una ciudad. Si quieres tierra, toma un mapa y apunta.

—Hmm...

Desir dejó escapar un sonido de profunda consideración.

Realmente era una oferta increíblemente persuasiva. Significaba que se le concedía una autoridad y un poder que un plebeyo ni siquiera se atrevería a imaginar.

Inmediatamente se le ocurrieron docenas de formas de aprovechar estos privilegios.

«Pero significa estar oficialmente bajo el mando del Emperador».

No estaba en la misma escala de la simple relación de cooperación que habían mantenido hasta ahora. Este era un título oficial otorgado por el Emperador. Significaba ser reconocido oficialmente como un fiel servidor del Emperador.

«El hecho de que tenga que asumir misiones es un poco preocupante, pero los privilegios son abrumadoramente persuasivos».

No era solamente eso.

«Finalmente... ...una oportunidad de conocer al único que no he conocido hasta ahora... Raphael Cheringer».

Desir tomó una decisión.

—Aunque todavía tengo carencia en muchos aspectos, pondré mi mejor esfuerzo en servir a Su Alteza.

El Emperador sonrió con gracia.

—Bien. Así que aceptaste la oferta.

—Entonces, ¿ahora soy una Guardia Real? Supongo que no es tan sencillo.

—Considerando la importancia del puesto, quedan algunos procedimientos oficiales para el nombramiento de un Guardia Real. Por ejemplo, más de la mitad de los miembros de la Guardia Real necesitan estar de acuerdo con tal nombramiento.

—Hmm... ...

Esto significaba que la noticia del reclutamiento de Desir ya era conocida por la Guardia Real. Tenía sentido que Swan Katerina le hubiera hecho una visita. Ella quería ver la cara de un posible nuevo miembro.

—Con todos los extraños y aburridos procedimientos dejados de lado, todavía queda un procedimiento ceremonial.

«¿Ceremonial?».

Por alguna razón, Desir sintió cierta incomodidad por esa palabra.

—Si es meramente ceremonial... ¿no podríamos simplemente omitirla?

—Es una antigua tradición. Sería difícil omitirla.

Dijo el Emperador.

—Todos los nuevos miembros de la Guardia Real, después de obtener la aprobación del Emperador, deben ser nuevamente aprobados directamente por el líder de la Guardia Real. Desir Arman, tendrás que enfrentarte al capitán de la Guardia Real, Raphael Cheringer, en batalla.

—… …

—Por favor, prepárate para la batalla. Probablemente ya esté esperando.

Raphael Cheringer.

El hombre alabado como el Gran Maestro de la Espada (Great Sword Master) de la era actual, y compañero de Desir en el pasado.

Desir planeaba acercarse a él gradualmente después de unirse a la Guardia Real.

Pero ahora Desir se encontraría con él de inmediato. En forma de batalla, por cierto.

«No pensé que me encontraría con él tan rápido».

Raphael Cheringer. Great Sword Master de la era actual.
Miembro de la Guardia Real, y líder de la fuerza de defensa del Imperio Hebrion.