La Magia de un Retornado Debe Ser Especial - Capítulo 198 - Novela en Español

Capítulo 198 - Iniciando el Plan (7)

Desir dejó escapar un suspiro.

—Haaah...

Desir había modificado algunos hechizos mágicos para mantener su nivel normal de consumo de maná mientras aumentaba el poder de ataque y rango a su más alta eficiencia, pero los arreglos de hechizos resultantes se habían vuelto complicados y masivos.

Por ello, la magia modificada supuso una carga mayor que la magia normal, y después de realizar múltiples hechizos de este tipo, no fue una sorpresa que como resultado acabara agotado.

Mientras Desir estaba abrumado por el agotamiento, la voz de una mujer excitada lo alcanzó.

—¡Parece que esta vez los gastos de renovación serán bastante altos!

Al escuchar las palabras de Swan, Desir examinó su entorno. Sólo entonces se dio cuenta del terrible estado en que se encontraba la sala de entrenamiento.

«¿Fuimos demasiado lejos?».

El suelo estaba completamente destrozado y las secuelas de la batalla incluso habían atravesado el sistema defensivo del salón hasta el punto de que se sentirse en el exterior. Lo que quedaba ya no podía ser referido como una “sala de entrenamiento”.

Swan comenzó a palmear la espalda del angustiado Desir.

—No hay necesidad de que te preocupes por eso. Tener que reparar la sala de entrenamiento después de haber sido destruida es algo común. ¿Verdad, Raphael?

Raphael sonrió ligeramente al mirar sus alrededores.

—Bueno, estoy seguro de que Su Majestad tolerará todo esto. Debería aprovechar esta oportunidad para renovarlo adecuadamente para batallas que involucren magia.

En el pasado, este reducto de la Guardia Real nunca había incluido a los magos como un elemento en su planificación.

Después de todo, hasta el momento en que Desir ingresó a la sala, sólo tenían que concentrarse en mitigar el daño de los ataques físicos y el Aura. El hecho de que hubieran cambiado su tono y reconocido la necesidad de acomodar el poder destructivo de los magos hablaba mucho del resultado de la batalla.

Raphael extendió la mano.

—Bienvenido a la Guardia Real, Sir Desir Arman.

—Gracias, Sir Raphael.

Como el capitán de la Guardia Real, Raphael Cheringer había reconocido las habilidades de Desir, el procedimiento para unirse ya se había completado. 

—¿Eso es todo? ¿Por qué no das un discurso o algo después de vencer al Gran Maestro de la Espada?

Desir negó con la cabeza.

—No creo que haya ganado. Estuviste luchando en clara desventaja durante la batalla.

Tal vez si estuvieran luchando en las mismas condiciones él se habría sentido de manera diferente, pero la batalla estaba estructurada de manera que el atacante tuviese una ventaja mayor.

Si hubiera sido una simple batalla consistente en derribar al otro, Desir podría haber estado ya esparcido por el suelo de la sala de entrenamiento.

Eso no era todo.

Desir miró la espada que Raphael tenía en sus manos. La espada estaba tan destrozada que fue una sorpresa que aún no se hubiera roto del todo. Una simple espada de hierro no era suficiente para contener el Aura de un Gran Maestro de la Espada.

«Si él hubiese usado sus armas habituales...»

Raphael normalmente empuñaba un arma tal que podría soportar todo el poder de Desir sin problemas. Si la hubiera usado hoy, el resultado podría haber sido diferente.

En realidad, Desir ya se sentía recompensado.

Los resultados de su duro entrenamiento habían llegado a su fin; fue capaz de igualar a Raphael.

«¿Realmente he llegado tan lejos?»

Desir estaba abrumado por haber progresado tanto. Ya era capaz de darlo todo y luchar contra el más grande espadachín de su generación.

Pero no tenía la intención de detenerse aquí.

Todavía sentía que tenía más espacio para hacerse incluso más fuerte.

—Espero que algún día podamos competir en igualdad de condiciones.

—Eres bienvenido en cualquier momento. Si se trata de ti, debería ser capaz de divertirme un poco.

Swan tiró del brazo de Desir mientras ella hablaba.

—Entonces, ¿hay algo que quieras comer?

—¿Perdón?

—Prometí que te trataría grandiosamente, ¿recuerdas?

Justo antes de que empezara la batalla entre Desir y Raphael, Swan dijo algo así.

Desir lo había tomado como una broma, pero aparentemente, ella estaba hablando en serio.

Pero él no quería comer nada en este momento.

Desir sacudió la cabeza.

—No, está bien. Tampoco tengo nada en particular que quiera comer.

—Si no quieres comer nada, algo más también está bien. Piensa en ello como una recompensa por mostrarme una buena pelea.

—Realmente estoy bien... ...

Justo cuando estaba a punto de declinar, Desir cortó abruptamente sus palabras.

Swan Katerina.

Con frecuencia él lo olvidaba debido a su tono ligero y sus acciones despreocupadas, pero ella también era una persona talentosa que había alcanzado el Rango Rey.

Desir determinó que sería una buena oportunidad para resolver los problemas que hasta entonces él había mantenido en secreto.

—En ese caso, tengo una petición.

* * * * *

Después de que Swan y Desir se fueron, Raphael se quedó solo en el salón.

En la sala de entrenamiento que había sido devastada por una magia aterradoramente poderosa.

Mirando el daño, Raphael se perdió en sus pensamientos.

«Me las arreglé para detenerlo esta vez...».

Al final, Raphael se las había arreglado para detener lo que probablemente fue el hechizo más fuerte de Desir.

Si esta hubiera sido una batalla a muerte, Raphael seguramente habría sido el vencedor.

Pero, aun así, él sintió que algo le faltaba.

«Si se vuelve aún más fuerte de lo que es ahora, ¿seré capaz de detenerlo de nuevo?».

Raphael había participado en la batalla sin ninguna de sus armas habituales.

Pero una pregunta permanecía rondando en su mente.

Si empuñaba sus armas habituales y mostraba todo su poder, si competía sin restricciones, ¿sería capaz de vencer a un Desir que haya tenido más tiempo para crecer?

Raphael agitó la cabeza.

Él imaginó que, en un futuro próximo, Desir lo superaría, poniéndolo de rodillas por no haber podido detener su magia.

«Hasta ahora, pensaba que no había razón para ser más fuerte».

A Raphael se le había concedido el título de Gran Maestro de la Espada. Un título que sólo se otorgaba a los mejores espadachines de una generación, y también había sido reconocido por el Emperador como el escudo más fuerte del Imperio.

Nadie podía superarlo en un “uno a uno”.

No había escudo que no pudiese atravesar, y no había lanza que pudiera atravesar el suyo.

A un nivel de fuerza tan ridículo, sin nadie que pudiera enfrentarlo en igualdad de condiciones, su vida se había vuelto algo tediosa.

Los años habían pasado volando.

Hoy, finalmente conoció a alguien que tenía el potencial para superarlo.

Y ese encuentro había generado una tremenda transformación en su interior.

«No debo permanecer ocioso».

Raphael cerró el puño.

Se propuso ir más lejos que nunca y alcanzar lo que había sido imposible.

* * * * *

* * * * *

—El último hombre en ocupar el puesto de miembro de la Guardia Real fue asesinado durante la revolución.

El guía de Desir, Alfred, era un hombre mayor. Pertenecía a la Guardia Lateral; un grupo formado como apoyo a la Guardia Real.

—Desde entonces, el puesto ha estado vacante. Han pasado trece años desde que apareció alguien nuevo... Estoy profundamente conmovido de que todos los puestos de la Guardia Real hayan sido ocupados.

La Guardia Lateral respaldaba las misiones de la Guardia Real y sus actividades en general.

La reparación de la sala de ejercicios también estuvo a cargo de los magos de la Guardia Lateral.

—Felicitaciones por unirse a la Guardia Real, Sir Desir Arman.

—Muchas Gracias.

—Sir Desir, le daré una breve explicación acerca de la Guardia Real.

Alfred sentó a Desir y comenzó su explicación.

La historia de la Guardia Real.

El comportamiento de la misma.

Todo era un conocimiento básico.

Aparte del hecho de que era un título elegante y con mucho honor, era seguro decir que había muy pocas restricciones que se le impondrían después de unirse a la Guardia Real.

Esto se debía a que, mientras la Guardia Real continuara cumpliendo sus misiones, tenía el derecho de actuar como quisiera.

Aunque Raphael era una excepción a esto.

Como escudo, su principal deber era escoltar al Emperador. Tenía que permanecer siempre en el palacio imperial.

—La parte más importante de su papel es permanecer leal a Su Majestad. La Guardia Real debe obedecer únicamente las órdenes del Emperador y ocuparse de todo lo que él ordene. Su Majestad espera con interés su lealtad, Sir Desir.

De la explicación de Alfred, se podía sentir su fuerte sentido de lealtad al Emperador.

—Sir Desir, una cosa a la que debe prestar especial atención es su conducta.

—Debido a los nobles.

—Eso es correcto. Muchos nobles le prestarán atención, Sir Desir. Como el primer plebeyo en unirse a la Guardia Real, por favor, tenga en cuenta que incluso una pequeña acción podría socavar la dignidad de Su Majestad.

Esto podría haber sonado ofensivo, pero como Desir ya era consciente de este tema, no se vio afectado porque Alfred declarara lo que simplemente era un hecho.

En respuesta, asintió con la cabeza.

—Está bien. Ahora déjame explicarte los privilegios de la Guardia Real. Primero, te guiaré al Depósito Imperial donde resguardamos los artefactos. Terminaré de explicarlo por el camino.

Alfred guio a Desir al Almacén Imperial.

Mientras caminaban por el pasillo, Alfred enumeró y explicó todos y cada uno de los privilegios de los Guardias Reales. Desir ya había obtenido una visión general del Emperador, así que lo que estaba escuchando ahora era sólo información complementaria.

Les llevó bastante tiempo llegar al Almacén Imperial. Esto se debió a la estricta seguridad que tuvieron que atravesar en su camino.

La constante cadena de seguridad casi parecía demasiado excesiva.

—Hemos llegado, Sir Desir.

Sin embargo, en el momento en que Desir puso un pie en el almacén, instantáneamente cambió de opinión.

En el momento en que alguien viese la gran cantidad de artefactos resguardados en esta habitación, no tendría más remedio que reconocer la necesidad de tal seguridad.