La Magia de un Retornado Debe Ser Especial - Capítulo 218 - Novela en Español

Capítulo 218 - Divide (7)

—¿Te gustaría un trago? 

Zod Exarion ofreció una copa. 

El vino de color rojizo se arremolinaba en ella. 

—Encantada. 

Adjest lo aceptó. 

Chocaron sus copas suavemente y luego ambos tomaran un sorbo. 

Era muy dulce. El aroma era fuerte pero no podían precisar en qué región se había producido el vino. 

—Este es un vino de primera clase. Es más aromático que los que conozco de las regiones de Bourgogne y Arnen. Pero curiosamente, no puedo saber dónde se produjo este. 

Ella asintió. 

Ellos estaban manteniendo una conversación, sin embargo, ninguno de los dos tenía el corazón puesto en ella. Sus miradas no se encontraban. 

Estaban en un baile, ambos mirando en la misma dirección. 

Entre las muchas personas que se movían con frecuencia, uno de los jóvenes sobresalía en particular. 

Desir Arman. 

—No es nada nuevo, pero Desir es un amigo único. 

Declaró Zod de una manera muy concreta. 

—No se intimida de la gente poderosa aquí presente que está representando a la Unión del Reino Occidental. No tiene miedo, ni se siente presionado al hablar con ellos y ganárselos a todos. 

Era definitivamente fuera de lo común. 

La presión sobre él debería ser enorme en un evento como este, con tanta gente poderosa reunida. 

Una persona normal se vería más como Romantica y Pram. Los dos que estaban horrorizados y sentados lo más lejos posible de la multitud. 

Sin embargo, Desir deambulaba majestuosamente, hablando con muchos de forma muy tranquila y solemne. 

Zod bebió un poco más de su copa. 

—... No importa cuánto lo piense, no puedo averiguar quién es realmente. 

El líquido rojo se derramó como si estuviera agitado. 

Era delicioso, pero imposible determinar los orígenes del mismo. 

—¿Te preguntas por él? 

—Así que usted también. 

Adjest provocó otra ronda de silencio con esa rápida refutación. 

Ella no podía negarlo. 

Era innegable que Desir Arman era una persona de orígenes sospechosos. 

—¿Sabes algo sobre Desir? 

—... Probablemente algo no muy diferente de lo que ya usted sabe, Maestro de la Torre. 

«Así que no ha hablado con nadie». 

Zod murmuró para sí mismo. 

Adjest no pudo evitar indagar más. 

—¿Así que duda de él, Zod? 

—No, de ninguna manera. Confío en su naturaleza y personalidad más que en nadie en el mundo. Nunca creería que es algún tipo de criminal. 

De lo contrario, él no le hubiera hecho a Desir tales favores. 

Desir Arman ya se había instalado en una gran parte del corazón de Zod Exarion. El perder a Desir le ocasionaría un daño significativo a nivel emocional. 

—Pero cuando escuché la noticia de que Desir realizó magia del 7º Círculo, la curiosidad que logré apartar ha resurgido por completo. 

Séptimo Círculo. 

El pináculo del poder humano. 

Desir logró avanzar más después de que se le implantara el 4º Círculo. 

Se impusieron varios límites y condiciones duras para hacerlo, pero Zod se sorprendió de que Desir lograra alcanzar su nivel, aunque fuese temporalmente, y ni siquiera sintió la necesidad de mencionarlo. 

Alcanzó el legendario 7º Círculo con sólo cuatro círculos en su cuerpo. 

Zod estaba feliz con su crecimiento hasta ahora, pero alcanzar el poder de un mago de 7º Círculo era otra historia. 

Era lo más alto que un humano podía llegar, y también era el muro en el que se encontraba él mismo. 

Zod Exarion abrió la boca. 

—Creo que la confianza y la curiosidad son dos cosas diferentes. Aunque prometió que me lo diría un día, y confío en su palabra, sigo siendo muy curioso. Como sabes, no soy alguien que pueda resistir su propia curiosidad. 

Zod continuó. 

—... Además, sabemos que Desir Arman se está movilizando para lograr algo. 

Adjest se estremeció. 

Tenía una idea aproximada de con qué había estado ocupado Desir detrás de escena. Era difícil de creer que hiciera todo lo que había hecho hasta ahora solo por vanidad o reconocimiento. 

—Algún día... nos lo dirá él mismo. 

—Algún día lo hará. Pero no sabemos cuándo será eso. 

Zod continuó después de otra breve pausa. 

—Es un hecho que confiamos en Desir Arman más que en nadie. Sin embargo, tampoco sabemos mucho sobre su identidad o su propósito, lo que lo mantiene a una extraña distancia de nosotros. Eso nunca es algo bueno o sensato. Incluso para Desir, esta distancia no puede ser placentera. 

Desir se había convertido en una existencia que impactó al mundo entero, reformando las alianzas nacionales y el desarrollo tecnológico.

Era demasiado poderoso para ignorar el hecho de que estaba ocultando su identidad y persiguiendo una meta desconocida, ya fuese esto algo personal o no. 

—A pesar de lo que dice, no sería malo descubrirlo primero. 

—¿Por qué ha sacado el tema? 

—Porque eres la más cercana a Desir. 

Zod dejó su copa ya vacía. 

—Lo que estoy intentando decir es, compartamos lo que tenemos sobre él. 

—… 

Adjest no dijo nada en respuesta. 

No sabía cómo responder a eso. 

—Bueno, no esperaba recibir una respuesta esta noche. 

El Maestro de la Torre miró hacia otro lado. 

Al final, sus ojos se fijaron una vez más en Desir, que acababa de regresar de una conversación. 

—¿De qué estás hablando? 

—No mucho. Es sólo que el vino sabe bien. 

Zod le pasó una copa. 

—Entonces, ¿te fue bien? 

Desir asintió con la cabeza, agarrando la copa. 

—Sí, me fue bien. Tuve algunos resultados gratificantes. 

Había logrado su propósito. 

Cuando Desir habló de cómo había persuadido al Presidente Anous, Zod se mostró encantado, como si fuera él mismo quien se beneficiase personalmente de esta mejora en las relaciones. 

Ese resultado por sí solo hizo que la asistencia a este banquete valiera la pena. 

—Pero es una pena que no haya podido hacer una de las cosas que había planeado hacer. No logré contactar con el Rey de Divide. 

Desir había querido conversar con el Rey de Divide para tratar de averiguar si era de confianza o no. 

Era obvio que Divide y los Forasteros tenían algún tipo de relación, ya sea que el Rey estuviese involucrado o no. Desir imaginó que podría haber averiguado algo de todas formas, si hubiera logrado contactar con él. 

—¿Por qué no? ¿Pasó algo? 

—Ya se ha ido. 

Después de escuchar estas palabras, Zod miró fijamente los asientos donde el Rey y la Reina de Divide normalmente se sentarían. 

No había nadie allí. 

Seguramente fue una coincidencia. 

—Aparentemente se fueron inmediatamente después de la ceremonia de apertura. 

—Eso es extraño. Normalmente el anfitrión del banquete se quedaría hasta el final. 

—Es difícil decir si es una simple coincidencia, pero no puedo agregar mucho más por ahora. 

De hecho, Desir hizo todo lo que pudo en el banquete. 

No se pudo evitar. 

Tuvieron que pasar por alto la situación de esa manera y seguir adelante. 

—¿Así que ya hemos terminado? 

—Supongo que sí. 

—Entonces sólo tenemos que disfrutar de este banquete. 

—Bueno, dices disfrutar, pero no hay mucho que pueda hacer aquí. 

—Hay una cosa que no puede faltar en un gran banquete. 

Zod echó un vistazo al centro del salón de baile. 

Con el estado de ánimo aumentando a cada minuto, la gente bailaba en parejas. 

—Tienes razón. 

Zod tenía razón. 

Dejarse llevar y disfrutar de este evento libremente no sería una mala idea. 

—¿Adjest? 

Desir extendió su mano, y Adjest la tomó. 

No había razón para rechazarlo. 

Adjest y Desir se deslizaron hasta el escenario. 

La canción actual era un vals muy lento. 

Comenzaron a caminar con la música con suavidad, dejando que sus cuerpos siguieran la corriente. 

El movimiento de Desir era bastante suave. Adjest debió que hacer un comentario al respecto. 

—Has mejorado mucho, Desir. 

Desir respondió sin vergüenza. 

—Es todo gracias a tu enseñanza. 

Aunque su baile no era excepcional, tenía una calidad encantadora que hacía sonreír al público. 

Continuaron bailando mientras se sostenían mutuamente. 

—Ah, ¡la juventud! 

—¿Te gustaría bailar conmigo? 

Observándolos, muchos otros compañeros se envalentonaron para salir al escenario también. 

Adjest Kingscrown miró hacia atrás en sus recuerdos. 

Hubo un tiempo en el que ella llevó a Desir al escenario y le enseñó a bailar. 

Adjest recordó sus movimientos inexpertos. 

Era bastante malo bailando en ese entonces. Debe haber practicado mucho para poder bailar así. 

Sin embargo, su charla con Zod continuaba en primer plano, desplazando los pensamientos más agradables. 

«...Realmente no sé nada de él». 

Desir Arman. 

Cada vez que ella pensaba en él, Adjest se mostraba llena de sentimientos encontrados. 

Para Adjest, él era una figura tan compleja. 

Era un competidor, un mentor y un líder. 

«Tan misteriosa persona». 

Adjest recordó cuando lo conoció por primera vez. 

Era un simple mago de 1º Círculo. 

Aunque se habían encontraron por primera vez, Adjest recordó la suave mirada que Desir le dio. 

«Él era diferente desde el principio». 

Como dijo Zod, su existencia no tenía ningún sentido. 

Diseñó un sistema de hechizos que podría cambiar al mundo drásticamente y había hecho grandes contribuciones a la paz mundial. 

Estos pensamientos continuaron revolviéndose en su cabeza. 

—Desir. 

Adjest abrió su boca en un raro momento de temeridad. 

Sus miradas se encontraron. 

Estaban tan cerca que sus alientos hacían cosquillas en la cara del otro. 

—... ¿Qué sucede? 

El suave vals continuó. 

Se movían con pasos ligeros. 

Desir preguntó de nuevo. 

Los ojos de Adjest se encontraron con sus profundas y negras pupilas. 

Ojos tan profundos que era como si uno estuviera mirando al vacío. 

Los labios de Adjest se agitaron, pero eso fue todo. 

La conversación que tuvo con Zod se repitió una vez más en su mente. 

Quería preguntarle de inmediato. 

Quería exigirle que le permitiera saber todo sobre él. 

Pero no pudo. 

De repente, se dio cuenta de algo. 

«No es el único que tiene secretos». 

Una vez que se dio cuenta, sus labios se endurecieron como una piedra. 

Desir no era el único que tenía secretos. Adjest también ocultaba los suyos, y probablemente no eran más pequeños que los de él. 

Que ella era miembro de la noble familia Rogfelas. 

Era la hija del Emperador que gobernaba el Imperio Hebrion. 

«Yo tampoco le he contado los míos». 

Ella nunca había compartido este secreto con nadie. 

No, ella nunca podría compartirlo. 

La razón era simple. 

«...Si le dijera... Si les dijera la verdad, nunca más sería capaz de tener la misma relación que tengo con ellos ahora». 

Sentía que las relaciones por las que había trabajado tanto para construir y mantener estaban en peligro de colapso inminente. 

«Tengo miedo». 

Por eso se mantuvo callada. Quería mantener esas relaciones existentes. 

Con su mente llegando a esta conclusión, Adjest cambió de opinión. 

«Tal vez Desir es igual». 

Esta era la posibilidad más probable. 

Adjest no pudo soñar con pedirle más a Desir. 

Alejó su mirada. 

Actuando deliberadamente como siempre lo hizo, pretendiendo como si nada hubiera pasado, abrió la boca para poner fin a esta tensión. 

—En realidad, no es nada… 

—Eres muy graciosa. 

La conversación terminó en vano. 

Pronto, el ritmo de la música se aceleró. 

Adjest se adaptó rápidamente al ritmo, pero Desir no pudo. 

Se tambaleó y tropezó. Adjest lo sostuvo, viendo que casi se caía por completo. 

—...Tienes que aprender desde el principio otra vez. 

Una explosión de risas ligeras estalló y desapareció. 

—Sí. 

«Desir es simplemente Desir». 

Incluso si se aferrara a algunos secretos, nada cambiaría. 

«Un día nos conoceremos los secretos el uno al otro. Pero ese momento no es ahora». 

Adjest no estaba lista, y tampoco lo estaba Desir. 

«Pero espero que ese momento llegue pronto».