La Magia de un Retornado Debe Ser Especial - Capítulo 252 - Novela en Español

Capítulo 252 - Divide y Vencerás (2)

Cuando las nubes ocultaron la luz de la luna, las vastas llanuras se sumergieron en la oscuridad. 

En el centro de este paisaje alienígena había una torre que disparaba extrañas luces a los aires. La extraña luz iluminaba las grotescas formas que deambulaban por la torre. 

—Como era de suponer, la seguridad es muy estricta. 

Había gente escondida en la hierba, susurrando en tonos bajos. 

Eran Priscilla y sus Paladines Sagrados, encargados de destruir la torre al sur de Pittsburg. 

Ellos aterrizaron su aeronave a una corta distancia antes de acercarse a la torre 

La composición de su tropa consistía únicamente en caballeros; sin un solo mago, sus estrategias ofensivas eran limitadas. 

Percibiendo un inusual flujo de maná mientras examinaba el área, Priscilla miró hacia el noreste. 

—Parece que el viejo ha comenzado su batalla. 

Cantidades masivas de maná se podían sentir desde el lado este de Pittsburg. La única persona capaz de esgrimir tanto maná era el Gran Sabio Zod Exarion. 

Con el tiempo, las nubes se separaron lentamente y la luz de la luna comenzó a iluminar el área. Priscilla se puso de pie. 

—Nosotros también deberíamos empezar. 

Los Santos Paladines comenzaron a moverse. Sus movimientos eran hábiles y bien practicados. Incluso con numerosas personas moviéndose al mismo tiempo, la zona permaneció en silencio. 

Sin embargo, algo había logrado notarlos. Una quimera con audición mejorada había reaccionado al más mínimo sonido, quizás incluso a su respiración. 

De repente: 

*SLASH* 

La sangre salpicó por todas partes. Su cabeza golpeó el suelo. 

Esto anunció el comienzo de la batalla. 

—¡KRRAAAHHHH! 

Gritos que perforaban los oídos resonaron por toda la llanura mientras el suelo comenzaba a retumbar. Las quimeras que habían estado esparcidas por todo el lugar comenzaron a atacar a los Paladines Sagrados. 

La vista de cientos de quimeras que se dirigían hacia ellos era extremadamente desalentadora, pero los Santos Paladines no mostraron signos de retroceso. Avanzaron con calma con las líneas frontales y laterales sosteniendo grandes escudos. Rodeados por un muro de escudos envueltos en una enorme cantidad de Aura, eran como una fortaleza en movimiento. 

*CRACK* 

*THUD* 

Las quimeras que atacaban vigorosamente no lograban atravesar los escudos y estrellaban sus cabezas en vano. 

Las quimeras que se acercaron por detrás intentaron saltar sobre sus escudos, pero los Paladines Sagrados no lo permitieron. Cada bestia fue recibida con una variedad de armas y golpeada con facilidad. 

*SLASH* 

*CRACK* 

—¡KRAAAAAGH! 

El sonido de los huesos siendo triturados y la carne siendo desgarrada ahogó todo el resto de los ruidos en el área. 

—¡Hrrk! 

Pero, así como cualquier pared resistente se cae inevitablemente, la formación de los Paladines Sagrados comenzó a tambalearse. 

Sus heridas seguían acumulándose a medida que las quimeras se colaban por los huecos para arañarlos. Aunque cada quimera pagó el precio con su vida, su número era interminable. 

Los Santos Paladines eran ampliamente superados en número por las quimeras, y si esto continuaba, entonces ellos colapsarían primero. 

Pero no mostraban ningún indicio de desesperación. 

—¡Segunda fila! 

A la orden del Capitán, los caballeros que estaban detrás de las líneas de escudo se adelantaron para tomar el lugar de sus camaradas. 

En una situación en la que estaban rodeados por enemigos, una estrategia que no resolvía el problema fundamental no era más que una solución temporal para ganar tiempo. Si fuesen una unidad normal, este sería el caso. 

—Curación. 

Cuando Priscilla, que había estado observando la situación desde la retaguardia, extendió su mano, una luz cegadora envolvió las heridas de los caballeros. 

Momentos después, los caballeros se habían recuperado completamente. No se veían diferentes a cuando habían comenzado. 

—¡Primera fila! 

Los Santos Paladines repitieron el mismo proceso otra vez. 

Con la Santa de la Iglesia de Artemisa sustentando la impecable defensa de los paladines, había nacido una formación invencible. 

*SLASH* 

*CRACK* 

Continuaron avanzando a un ritmo lento, pero en poco tiempo llegaron cerca de la base de la torre. 

Al mirar hacia la torre para medir la distancia que les quedaba, Priscilla hizo contacto visual con alguien. 

A la entrada de la colosal torre, una niña de cabello plateado permanecía allí, mirándolos fijamente. 

Los Santos Paladines, al igual que Priscilla, se dieron cuenta inmediatamente de que era una homúnculo. 

El homúnculo, como si saludara a los recién llegados, rápidamente reunió una asombrosa cantidad de maná. 

Hubo un destello de luz blanca. 

Fue magia de artillería a nivel de un hechizo del 7º Círculo. 

No importaba cuán fuerte fuese la formación de escudo de la División Paladín, sería imposible bloquear un ataque como ese. 

Además, la habilidad de Priscilla era la de curar heridas. Mientras respirasen, ella podría incluso curar heridas graves, pero si uno era golpeado directamente por ese destello blanco, probablemente no escaparía con tan solo una herida grave. 

En otras palabras, la estrategia que habían estado usando para lidiar con las quimeras no funcionaría con el homúnculo. 

Pronto, el destello blanco fue lanzado. 

La energía extremadamente caliente se dirigió hacia la División Paladín mientras destruía todo a su paso. 

Justo entonces, algo inesperado sucedió. 

La trayectoria del destello se desvió repentinamente hacia un lado de forma dramática. Dibujó una curva y explotó en el aire. 

*BANG* 

La oscuridad de la noche fue erradicada, haciéndose sentir tan brillante como el día. Y dentro de esa luz, estaba más que claro que los paladines quedaron ilesos. 

Los ojos del homúnculo parpadearon, asombrado. No podía entender lo que acababa de suceder. 

El ataque, que sin duda había sido disparado en línea recta, había cambiado repentinamente su dirección. Era un fenómeno que no existía en los cuantiosos datos que había recibido, que contenían la historia y la información de las batallas de los últimos cien años. 

Para afirmar la situación, el homúnculo comenzó a prepararse para lanzar otro ataque de artillería. 

En ese momento, uno de los caballeros llamó la atención del homúnculo. 

El caballero estaba concentrando Aura en su arma, la densidad de la misma era tan grande que se podía sentir a cientos de metros de distancia. Pero no había necesidad de ser cauteloso. Estaba claro que el destello de luz se dispararía antes de que el caballero pudiera siquiera acercarse. 

Sin embargo, ese fue el error de cálculo del homúnculo. 

—¡… ! 

*CRACK* 

El cuello del homúnculo se rompió con un sonido horrible. 

Cuando la línea de visión del homúnculo se movió, vio al mismo caballero balanceando su maza. 

Sin duda, todavía estaban muy lejos el uno del otro. Muy lejos del alcance de cualquier arma de combate cuerpo a cuerpo. 

Pero el caballero ignoró eso y golpeó al homúnculo como si estuviera a su lado. 

Como el mismo fenómeno que no estaba registrado en sus datos de batalla ocurrió de nuevo, el homúnculo cayó en un estado de confusión y trató de analizar la situación. Pero por mucho que lo intentara, no era un fenómeno que pudiera entender. 

Eso fue porque, a diferencia del Aura, este era un poder más allá de la lógica de este mundo. 

La Bendición de Luz. 

Quienes recibían la Bendición tenían poderes que, fundamentalmente, iban en contra del orden natural. Como Priscilla, podían ser bendecidos con habilidades curativas extremas, o con un efecto completamente diferente. 

Refractar la trayectoria del destello de luz y efectuar un ataque sin importar la distancia era solo otra manifestación de esta bendición. 

Los Paladines Sagrados de los que la Iglesia de Artemisa estaba tan orgullosa estaban compuestos por caballeros que recibían la Bendición de Luz. 

Mientras el homúnculo se recuperaba, los Santos Paladines se las arreglaron para cerrar la distancia. 

El caballero que había estado liderando las primeras líneas una vez más lanzó su maza hacia el homúnculo. 

*BANG* 

En ese momento, el homúnculo no tuvo más remedio que caer de rodillas por el inesperado shock. 

Este Paladín había sido bendecido con el poder de la concentración. 

Cualquier ataque que realizase tendría el impacto de un arma más de cien veces más pesada, resultando en ataques tan poderosos que ni siquiera un homúnculo podría soportarlo. 

Como el homúnculo estaba incapacitado, los otros caballeros atacaron. 

Hubo una ola interminable de ataques. 

Repetidos ataques sincronizados, con cada manifestación de su Bendición de Luz trabajando juntos para amplificarse unos a otros, golpearon al homúnculo. 

Los continuos ataques en grupo que hacían los paladines de Rango Alfil, apoyándose unos a otros a través de variadas aplicaciones de sus Bendiciones de Luz, eran extremadamente amenazadores. En el extremo receptor de estos interminables ataques, se encontraba el homúnculo acorralado a la defensiva. 

Pero su habilidad para manipular la causalidad estaba un paso por encima de ellos. 

El homúnculo se acercó a uno de los caballeros mientras recibía los continuos ataques de frente. Y en un instante, recuperó su brazo cortado y perforó el pecho del caballero. 

—¡Hrrrk...! 

El caballero vomitó sangre al retroceder, pero la herida no tuvo profundidad; aún no había dejado de respirar. 

Mientras el homúnculo se preparaba para otro ataque para acabar con el caballero, el arma de otro paladín se precipitó hacia la cabeza del homúnculo. 

El homúnculo trató de evitar el ataque, pero fue retenido por una fuerza invisible. 

*CRACK* 

La sangre salpicó por todas partes. 

El homúnculo necesitó desesperadamente recuperarse, y el caballero herido aprovechó este hueco para dar un paso atrás. 

Una luz radiante comenzó a envolver al caballero. 

Incluso una herida fatal no significaba nada frente a la habilidad de Priscilla, siempre y cuando no hubieran tomado su último aliento. 

El homúnculo se dio cuenta de que había quedado atrapado en medio de una guerra de desgaste sin sentido. 

Romper la interminable ola de ataques de los Paladines Sagrados para infligir un golpe mortal era extremadamente difícil, y su magia de artillería, más que capaz de aniquilar a los Paladines, fue fácilmente neutralizada por una desconocida Bendición de Luz de uno de los Paladines. El homúnculo se estaba quedando sin opciones. 

Los Paladines Sagrados, firmes en su resolución, continuaron presionando al homúnculo, infligiendo golpes fatales una y otra vez. 

Como resultado, el maná del homúnculo se drenó gradualmente mientras los Paladines sagrados mantenían su fuerza. 

*SLAM* 

Cuando la cabeza del homúnculo se rompió por quinta vez, decidió que ya era suficiente. Cuanto más tiempo durara la batalla, peor sería la situación. 

Incluso si se necesitara una enorme cantidad de maná, utilizar ahora su carta de triunfo era la decisión correcta. 

El homúnculo comenzó a predecirr el futuro, calculando rápidamente cada situación posible, y comenzó a seguir los pasos necesarios para crear la mejor situación posible. 

*Whip* 

El homúnculo esquivaba y detenía, cada ataque contra él era inútil o se debilitaba mucho. 

*CRAASH* 

Justo cuando el homúnculo se disponía a disparar un destello blanco, después de lograr escapar a duras penas del asedio de los Paladines Sagrados, fue golpeado una vez más por una fuerza invisible. 

No terminó ahí. 

Poniéndose de pie, el homúnculo vio a un paladín blandiendo un Aura en su maza ante sus ojos. 

Dándose cuenta de que era el mismo caballero que había ignorado la distancia entre ellos y lo había golpeado, el homúnculo se apresuró a evadir el ataque. En un instante, ella incrementó enormemente la distancia entre ellos, esperando escapar de su línea de visión. 

Aunque se lanzase un ataque sin tener en cuenta la distancia, si se evitase el mismo, sería el final del asunto. 

*CRASH* 

Pero el ataque acabó en la nada. 

Al igual que eso, el homúnculo cayó al suelo: sus piernas fueron arrancadas. 

—¿Realmente pensaste que podrías evitarlo, simplemente esquivándolo? 

Otro caballero se acercó al homúnculo. 

Ese Paladín tenía el poder de la decisión. Cualquier ataque que apuntara con su habilidad sería capaz de conectar con su enemigo, sin importar la distancia o los obstáculos. 

—¡…! 

El homúnculo dejó salir un aliento ligero. Ya había consumido una cantidad excesiva de maná regenerándose de los innumerables ataques y había soplado una cantidad igual al intentar manipular la causalidad para ver el futuro, lo cual había fallado completamente. 

El objetivo de estos ataques había sido reducir su maná, ya que carecían de la fuerza decisiva para eliminarlo de un solo golpe, y lo lograron con éxito. El homúnculo estaba ahora en el punto en que solo podía recuperarse unas pocas veces más. 

Los animales suelen ser más peligrosos cuando son presionados hasta el límite, cuando su vida está amenazada. Mostrando su rabia, el homúnculo dirigió su mirada hacia Priscilla. 

Si la persona que tenía el poder de hacer que esta guerra de desgaste ocurriera fuese eliminada, todavía había una oportunidad de victoria. 

Poco después de tomar su decisión, el homúnculo se puso en marcha, impulsándose contra el suelo. 

Un homúnculo recién regenerado salió disparado como bala de cañón. 

Justo cuando su puño estuvo a punto de perforar la cabeza de Priscilla... 

—¡… ! 

*CRAAACK* 

El homúnculo que se había estado moviendo rápidamente de repente se hizo pedazos y se dispersó por todo el suelo. 

—Fufu, no sabía que Desir sería tan preciso en su predicción de cómo se desarrollaría la situación. 

Fue una voz suave, pero no agradable de ninguna manera. 

Priscilla miró al homúnculo en regeneración sin emoción. 

Solo entonces el homúnculo entendió lo que le había sucedido. 

La habilidad de afligir el daño sin importar la distancia. 

La habilidad de golpear directamente un objetivo. 

La habilidad de atacar a velocidades más allá del reconocimiento. 

La habilidad de maximizar el impacto. 

Docenas de aplicaciones de las Bendiciones de la Luz de los paladines se habían combinado en una sola para crear un ataque ineludible de puro poder. 

Y para lanzar este golpe, Priscilla se había utilizado a sí misma como cebo. 

Había hecho bailar al homúnculo como una marioneta en su mano, forzándolo a moverse por un camino previamente acordado. 

Una sonrisa cruzó los labios de Priscilla. 

El homúnculo, apenas recuperado, intentó levantarse del suelo, listo para atacar a Priscilla una vez más. 

*BABABABAMMM* 

Espadas, lanzas y armas contundentes atravesaron, cortaron y aplastaron el cuerpo del homúnculo. En algún momento, los Paladines Sagrados habían rodeado al homúnculo. 

Mirando al homúnculo, que se había convertido en un embrollo de sangre, Priscilla abrió la boca. 

—Oh, ¡vamos! Continúa esforzándote. 

De todas formas, no era como si fuese a marcar una diferencia.