La Magia de un Retornado Debe Ser Especial - Capítulo 277 - Novela en Español

Capítulo 277 - Catástrofe (3)

Artemisa creó los Mundos de las Sombras con el fin de reformar el pasado. Sin embargo, incluso si un Mundo de las Sombras se despejaba, la realidad no cambiaba. Solo mostraba el mejor camino posible para un evento histórico dado. 

Desir había aprendido por qué se seguían creando los Mundos de las Sombras, pero ¿por qué el pasado no cambiaba? 

—Después de la catástrofe, el Sistema Artemisa fue severamente dañado. No todos sus componentes están funcionando como se pretendía. 

Aunque Desir no conocía todos los aspectos del Sistema Artemisa, fue capaz de encontrar la respuesta a su pregunta. 

—Así que, ¿la función de reproducir los eventos históricos pasados permanece, pero se ha perdido el poder de reformar el pasado? 

Lunia asintió. 

Después de un momento de reflexión, Desir habló. 

—Entonces, ¿la erosión que ocurre cuando un Mundo de las Sombras no se despeja con éxito también se debe a esto? 

—Sí, así es. 

«Así que eso fue lo que pasó». 

Artemisa tenía la capacidad de recrear eventos pasados, permitiendo a los humanos alterarlos bajo su guía, y luego implantar el escenario recién creado en la realidad. 

Sin embargo, no importaba lo brillante que fuera la antigua raza humana, era imposible para ellos despejar cada Mundo de las Sombras perfectamente. Debían tener la capacidad de reintentar o lidiar de otra manera con los Mundos de las Sombras en los que fallaban. 

Artemisa era un sistema artificial impulsado por el hombre en toda su extensión y propósitos. Debía haber tenido una función para el inevitable fracaso de un Mundo de las Sombras. Sin embargo, esta función también se debió perder en el momento de la mayor catástrofe, así como la función de actualizar la historia cambiada. 

Desde ese entonces, el fracaso en el despeje de los Mundos de las Sombras causaría la erosión. 

Habría sido mejor si Artemisa hubiera perdido toda la función. Al menos entonces, la humanidad no habría padecido bajo los Mundos de las Sombras. 

El sistema de Artemisa era una herramienta poderosa, pero al final provocó la caída de la humanidad. No tenía una inteligencia mayor, solo capacidad de recrear la historia en un intento de ayudar a la humanidad, sin poder reconocer el impacto negativo que el sistema estaba teniendo en el mundo. 

«Ahora entiendo las acciones de Skull Mask». 

Esta fue la razón por la que Skull Mask no pudo llevar a cabo su plan, a pesar de que poseía un artefacto que podía acceder directamente al Sistema Artemisa. 

No habría sido posible implementar completamente ningún plan sin antes resolver la pérdida de funcionalidad de Artemisa. Y su solución tenía que haber sido usar esas torres gigantes para reponerla de alguna forma. 

—¿Esto fue suficiente para responder a tus preguntas? 

—Fue suficiente. 

*Shwim* 

Cuando Desir respondió asintiendo, el paisaje circundante comenzó a disiparse. Con el tiempo, el paisaje que lo rodeaba volvió al interminable vacío del espacio blanco, como lo visto al llegar aquí por primera vez. 

«He obtenido una considerable información de esto». 

Desir había descubierto los orígenes de los Mundos de las Sombras. Y tenía un nuevo objetivo. 

«Tal vez podamos deshacernos por completo de los Mundos de las Sombras». 

Hasta ahora, toda la raza humana no tenía más remedio que contemplar este desastre con impotencia, porque no tenían ni idea de por qué o cómo ocurrían los Mundos de las Sombras. Pero por fin él descubrió el secreto que había detrás de todo esto. 

Después de todo, los Mundos de las Sombras eran creados por el Sistema Artemisa. Si tan solo pudiera controlar o detener a Artemisa, podría resolver completamente el problema causado por la aparición de los Mundos de las Sombras. 

Y de esos dos métodos, Desir pensó que debía tomar la segunda opción. 

Artemisa fue creada para ayudar y desarrollar a la humanidad, pero con el tiempo terminó amenazando a la humanidad y la condujo a la destrucción. A menos que pudieran determinar cuándo volvería a causar problemas, la opción más segura era destruirla. 

Sobre todo, si se abusaba de tan enorme poder no habría vuelta atrás. 

«Un segundo y un tercer Skull Mask podrían aparecer». 

La idea se solidificó aún más porque ya había visto la existencia que se había destruido usando el sistema. 

Pero no podía poner nada en acción de inmediato. 

«Si pudiese controlar esto...». 

Si el Sistema Artemisa pudiera ser controlado adecuadamente, podría ser utilizado ampliamente para ayudar a la humanidad. Además, también podría ser posible incluso utilizarlo para restaurar el territorio erosionado. 

A pesar de que destruir el sistema era una elección sencilla, era difícil renunciar a todos los posibles beneficios que traería la reconstrucción. 

Si arreglar el sistema fuera siquiera posible. 

«Por ahora, debería discutirlo con Zod». 

No era un asunto que pudiera decidir por sí mismo. Desir decidió hablar con Zod y decidir su curso de acción. 

—Lunia, ¿qué se supone que debo hacer para salir de aquí? 

—Solo tienes que pensar que quieres irte, y luego volverás al lugar donde dejaste el collar. 

Desir asintió, y mientras intentaba salir, se dio cuenta de una cosa. 

—Oh, nunca me presenté. Mi nombre es Desir Arman. Lunia, has sido de gran ayuda. 

Lunia sonrió suavemente y levantó levemente el extremo de su falda. 

—Espero con interés volver a verlo, Sr. Desir. 

—Nos volveremos a ver pronto. 

Después de todo, tendría que volver a acceder a Artemisa, ya sea para destruirla o repararla. 

Desir cerró sus ojos al final de la despedida, y después de un momento su cuerpo fue envuelto en una luz deslumbrante y desapareció. 

Lunia se quedó mirando durante un largo rato hacia el lugar donde Desir había desaparecido. 

* * * * * 

—Zod, necesito hablar cont... 

Las palabras de Desir murieron en su boca. 

La escena delante de él... 

Él había utilizado el artefacto mientras estaba en su laboratorio dentro de la torre, así que esperaba reaparecer allí. Pero el lugar donde abrió los ojos traicionó sus expectativas: estaba parado frente a un portal de teletransportación. 

—¿Qué demonios está pasando? 

Un murmullo llegó a oídos de Desir. Cuando volteó la mirada, vio a numerosos magos a su alrededor. 

Desir, que reconoció a muchos de los presentes, se dio cuenta rápidamente de que algo andaba mal. 

Los magos de la torre estaban todos aterrorizados, y la mayoría de ellos estaban heridos. 

Lo más notable era la sensación distintiva en el aire, o, mejor dicho, la falta de ella. 

Con esta cantidad de poderosos magos reunidos, debería haber sido capaz de sentir un fuerte flujo de mana, pero el entorno no era diferente al de la gente común. 

«¿Hubo una batalla en la torre mientras yo no estaba?». 

Desir, que pudo ver las innumerables heridas y el agotamiento de los magos, había llegado fácilmente a la conclusión más lógica, pero no parecía verosímil. 

Tras la desaparición de Skull Mask, los Forasteros habían sido finalmente eliminados, y no había ninguna otra fuerza digna de comenzar una guerra. 

La Torre de Magia era el lugar donde se reunían los más grandes magos del continente. Aunque pudieran ser derrotados en combate directo, la Torre de Magia era extremadamente segura y albergaba poderosas armas. 

Asediarla de frente era un acto que únicamente un loco consideraría. 

Pero Desir no pudo pensar en ninguna otra posibilidad cuando se enfrentó a los lamentos y las heridas de sus colegas magos. 

—¡Finalmente estás afuera! 

Un hombre se acercó a Desir. Era el Vice Maestro de la Torre de Magia, Hefesto. 

Él también estaba cubierto de heridas. Había una mezcla de miseria en sus ojos profundamente hundidos. 

Desir preguntó con urgencia. 

—¿¡Qué demonios ha ocurrido!? 

A la pregunta, Hefesto le entregó algo a Desir. 

Era el collar en forma de globo ocular. 

—¿Por qué tienes...? 

—La torre ha sido atacada. 

La expresión de Hefesto era muy seria. 

En primer lugar, no había razón para que le dijera tal mentira a Desir. Como él adivinó, la torre realmente había sido atacada. 

Desir miró a su alrededor. 

—¿La torre principal ha caído? 

Hefesto movió su cabeza de lado a lado con una mirada miserable. 

Imposible. 

Ya era difícil creer que alguien había atacado la torre de Altea, pero, ¿ellos fueron derrotados? 

La confusión de Desir comenzó a tomar una forma siniestra. 

—¿Quién demonios...? No, más importante, ¿¡por qué razón!? 

Su expresión fue distorsionada. 

—¿¡Por qué no me llamaron!? 

Desir había estado en el artefacto por menos de una hora. 

Una simple hora. 

La cordura de Desir se estaba desmoronando, sus pensamientos racionales fueron reemplazados por una incontrolable ráfaga de emoción. 

Desconcierto, por el completo fracaso de sus defensas; confusión, porque no debería haber nadie capaz de atacarlos; ira, porque había estado felizmente perdiendo el tiempo, perplejo como una colegiala, al descubrir la historia perdida hace mucho tiempo. Todo mientras el infierno se desataba. 

Estaba dentro del artefacto, a pocos segundos de distancia. Podría haberlo detenido todo. 

—Para cuando nos dimos cuenta de lo que había pasado, ya habíamos perdido el control. Por eso el Maestro de la Torre dijo... 

Hefesto dejó de hablar mientras su rostro se retorcía en un fulgor, rastros de vergüenza y angustia brillando justo debajo de la superficie. 

La expresión era tan desconcertante que sacó a Desir de su espiral descendente. 

Después de un breve momento, Desir se dio cuenta de la causa. 

No lo había visto en ninguna parte. 

No había señales de que Zod se encontrara aquí. 

Eso sólo significaba una cosa. 

La mirada de Desir se dirigió al portal de teletransportación, caminando hacia él sin dudarlo. 

—¡No, Sir Desir! ¿Va a volver a la Torre ahora? 

Hefesto se apresuró a bloquear el camino de Desir. 

Desir lo empujó a un lado, con los ojos llenos de vacío y las pupilas totalmente desprovistas de luz. Ojos profundos como un abismo, ojos que amenazaban con succionar el alma de cualquiera lo suficientemente tonto como para mirarlos. 

—Quítate de en medio. 

Aun así, Hefesto no se rendiría. 

Se recuperó y comenzó a moverse hacia Desir, pero no pudo hacer nada. Desir reunió una increíble cantidad de maná en una formación delante de él. 

*Kiiii-ying* 

Los portales de teletransportación contaban con los más complicados hechizos de seguridad jamás concebidos, varios de ellos organizados por el propio Gran Sabio. La magia de teletransportación de gran alcance era extremadamente poderosa y peligrosa en las manos equivocadas, por lo que el acceso estaba muy restringido y los poderosos hechizos protegían su uso de cualquier persona que no fuera autorizada. 

Desir los analizó en un segundo. 

Controlando el portal en mano, Desir cambió inmediatamente las coordenadas hacia la sucursal principal de la Torre de Magia.