Capítulo 109 - Comandante (3)
[Has asegurado el legado de Arwinbetz.
Arwinbetz fue un mago que trabajó arduamente durante mucho tiempo.
Dejó atrás toda su magia en el laboratorio donde realizaba su investigación.
Has despejado eficazmente la mazmorra creada por Arwinbetz]
El ataque a la mazmorra finalmente había terminado.
Tan pronto como el panel de información que había aparecido dentro de la mazmorra comenzó a desvanecerse, el Portal de las Sombras comenzó a funcionar de nuevo.
Aquellos estudiantes que participaron en la Competencia de Partys salieron por el portal.
El número de personas se mantuvo igual a cuando las partys unieron sus fuerzas para formar la redada.
Habían logrado despejar la mazmorra sin más víctimas.
Después de que la redada ingresó a la tercera etapa, no ocurrió una sola muerte.
Algunos resultaron heridos, pero la mayoría no fueron heridos de gravedad.
Los profesores se sorprendieron de que tal cosa pudiera realmente suceder.
La dificultad de la tercera etapa era cercana a la de un Mundo de las Sombras de Clase 4.
Los que participaron en la Competencia de Partys fueron lo suficientemente excelentes como para haber limpiado previamente los Mundo de las Sombras de Clase 3.
Para ellos, un típico Mundo de las Sombras del Clase 4 no era gran cosa.
Sin embargo, incluso en el caso de los Mundos de las Sombras de Clase 4, se dice que la dificultad es por lo menos tres o más niveles de dificultad más alto si no se obtiene la información relevante antes de abordar el Mundo de las Sombras.
Una party nunca puede ser demasiado cautelosa cuando se trata de despejar los Mundos de las Sombras, independientemente de su supuesto nivel de dificultad.
—…Realmente ha salvado a todos.
—Eso es imposible. ¿Cómo pudieron despejar la mazmorra a tal velocidad sin que hubiera víctima?
Muchos profesores quedaron perplejos, incluso después de presenciar el milagro con sus propios ojos.
¡Después de todo, la dificultad de la tercera etapa era directamente comparable a un Mundo de las Sombras de Clase 3!
—Me alegra tener un alumno de este calibre.
Los profesores que supervisaban la fila de las personas que salían del portal tomaron medidas inmediatas.
El personal médico estaba esperando a que llegaran, e inmediatamente comenzaron a evacuar a los estudiantes heridos.
—¡Todos los estudiantes heridos deberían moverse hacia aquí!
—¿Dónde estás herido?
—¡Hay una lesión grave allí!
—¡Es un milagro que esta persona esté de pie! ¡Médico, un paciente de emergencia! ¡Primero movamos a este chico!
Una vez atendidos los heridos, los profesores y estudiantes que habían observado la situación a través de los paneles de jueces procedieron a acudir en masa para felicitar a los supervivientes.
—¡Eh!
—¿Estás bien?
Cuando Radoria salió de la puerta de las sombras, los miembros de la party Red Dragon se acercaron a ella en un intento de animarla.
—Estoy bien. Pero Patrick...
—Me alegro de que el resto esté a salvo. Patrick seguramente estaría feliz de saber que están a salvo.
La party Blue Moon siguió a la party Red Dragon fuera del portal.
Al principio eran seis, pero solo cuatro salieron por el portal.
Alguien irrumpió bruscamente entre la multitud para acercarse a ellos.
—¡Hermanooo!
Fue Pugman Nifleka.
A Pugman no se le importó quién lo viera, el simplemente decidió abrazar a Kelt.
—Kelt, mi muchacho...
—...
Muchos se sorprendieron por esta acción que era muy diferente a la del profesor Pugman que conocían.
Sin embargo, después de considerar las circunstancias, no parecía tan extraño después de todo.
Excepto por el Duque de Nifleka, Kelt era el único pariente de sangre que quedaba de Pugman.
No importaba lo mal que parecía tratarlo, realmente se preocupaba mucho por su hermano.
Pugman liberó a Kelt de su abrazo y luego alentó a los demás miembros de la party a descansar.
Al último, Desir y su party salieron por el portal.
La atención de todos se concentró de inmediato en la party de Desir.
Los ojos de aquellos que habían sido testigos de la capacidad de Desir, a través del panel, habían cambiado completamente a cómo eran al principio.
No solo su habilidad individual, sino también su magistral liderazgo.
Era claramente la persona más capacitada de todos los grados de la Academia Hebrion.
Desir Arman, el joven que dirigió la redada y permitió que todos regresaran con sanos y salvos.
Sin embargo, Desir no fue arrastrado por la conmoción y no se descuidó de comprobar el daño que había registrado dentro de la mazmorra, contra lo que la profesora Bridget había visto fuera de la mazmorra
Quería asegurarse de que los datos que tenía eran correctos.
—¿Cuántas víctimas hubo, profesora?
Estas fueron las primeras palabras que Desir le dirigió a Bridget.
Bridget suspiró y respondió firmemente.
—Quince.
Él solo sabía de nueve víctimas.
Como el número de víctimas era mayor que las que había registrado, los ojos de Desir se agudizaron de inmediato.
Bridget se dio cuenta de la actitud de Desir y explicó con más detalle.
—Hubo una party de la Clase Beta que consiguió entrar a la segunda etapa.
Era difícil llegar a la segunda etapa con las habilidades promedio de los estudiantes de la clase beta.
Habría sido completamente seguro para ellos retirarse o abandonar en la primera etapa, pero la combinación de circunstancias anormales terminó haciéndolo imposible.
—Maldición.
Desir suspiró.
«Si tan solo me hubiese dado cuenta un poco antes...»
No se había producido ninguna anormalidad en la primera fase, donde se produjeron la mayoría de los abandonos.
Además, era difícil sospechar que algo andaba mal después de haber presenciado a las partys derrotadas abandonando de manera segura en el primer nivel.
Las anomalías que ocurrieron a partir del segundo nivel hicieron que el propósito del criminal fuera claro como el agua.
Estas tenían como objetivo la muerte de los estudiantes de la Clase Alfa.
Estaba claro que el único propósito del criminal era justamente eso.
Esta vez hubo una excepción, pero generalmente las únicas partys que logran ingresar a la segunda etapa son las de la Clase Alfa.
Entonces, ¿por qué el criminal apuntó a las Clases Alfa?
«El propósito del criminal solo pueden ser esas dos cosas».
Primero sería la eliminación de todos los talentos que formarían la fuerza central del Imperio Hebrion en un futuro próximo.
Los estudiantes de la Clase Alfa que participaron en esta competencia fueron la mejor cosecha de la Academia Hebrion.
Si todos hubieran muerto, el Imperio Hebrion habría estado en grave peligro.
Y el otro propósito era la única posibilidad por la que Desir estaba más preocupado.
Es decir…
—¿Cómo van las cosas?
Cuando este mal presentimiento comenzó a crecer en Desir, se volteó hacia la profesora Bridget.
—Estamos haciendo todo lo posible para encontrar al culpable.
La profesora Bridget nunca mentía.
La Academia Hebrion estaba investigando la piedra manipulada e intentaba descubrir quién era el culpable basándose en los rastros de magia que habían encontrado.
Todos los magos de más alto nivel se movilizaron y, como consecuencia, los resultados no tardarían mucho en materializarse.
—Lo hiciste muy bien, Desir. Tus esfuerzos serán recordados por siempre.
Era Justin, el decano de la Academia Hebrion.
Él tenía una postura neutral que no favorecía ni aborrecía a los plebeyos, pero después de ver a Desir en acción, su impresión había cambiado favorablemente con respecto a los plebeyos.
Justin conversó con Bridget y Desir, en un intento de poner fin a las cosas.
—Pasaste varias largas horas despejando esta mazmorra. Debes estar muy cansado. ¿Por qué no vas a descansar y dejas todo lo demás para otro momento?
Las palabras de Justin entraron por un oído y salieron por el otro.
Desir continuó pivotando mientras miraba alrededor de la habitación.
Muchos funcionarios y espectadores, incluidos varios estudiantes y profesores, abarrotaron el área.
El área estaba tan llena de gente que incluso las salidas estaban bloqueadas.
—Sí, lo haré.
Durante este pandemónium, Desir logró echar un vistazo a un profesor que se escabulló de la sala.
* * * * *
El hombre barrió sus pertenencias del escritorio a un baúl que llevaba.
El baúl se tragó los artículos que sumados eran ser decenas de veces más grandes que lo que un baúl normal de ese tamaño podía almacenar.
No había tiempo para que separar y empacar ordenadamente las cosas una por una. Tenía que darse prisa.
De alguna manera, tenía que abandonar la academia antes de que se intensificara la vigilancia.
«Maldición».
Finalmente, levantó el marco que colgaba junto a la ventana, sacando el papel del espacio oculto detrás de él y metiéndolo en el baúl.
A través del hueco en su abrigo desabrochado, se aflojó una corbata hasta la mitad.
Se veía cansado y desalineado.
Pero no tenía el lujo de disponer de tiempo para arreglar su apariencia.
Su fuga era urgente.
Los magos de la Academia Hebrion que estaban investigando la piedra eran definitivamente excelentes.
Era obvio que pronto descubrirían que él era el culpable.
No podía permitirse el lujo de ser atrapado.
Su objetivo aún no se había logrado.
El hombre estrujó su sombrero y agarró el picaporte de la puerta con la mano que también sostenía el baúl.
La puerta se abrió rápidamente incluso antes de que él pudiera girar la manija de la puerta.
Se avergonzó momentáneamente cuando la puerta se abrió y la manija del baúl se resbaló de su mano.
La carga de objetos que se había metido apresuradamente a la maleta voló por todas partes, cubriendo el piso.
El intruso miró el desorden que cubría el piso antes de girar para observar al joven que miraba en silencio a su alrededor.
—¿A dónde va tan apresuradamente, profesor?
La voz era tan familiar como odiosa.
—Me alegra que hayas escapado a salvo, Desir.
—Lamento la preocupación que pueda haberle causado.
—Estoy tan feliz de ver que no te has hecho daño. Estaba muy preocupado por ti.
El hombre al que Desir se refirió como profesor comenzó a recoger apresuradamente los objetos que cubrían el suelo.
—Gracias por su preocupación. Pero como puedo ver, tienes muchos objetos empacados en tu maletero. Parece que tiene la intención de irse a algún lugar por mucho tiempo.
—Oh, así es. Tengo algo urgente que hacer... un viaje de negocios.
El profesor regresó a la puerta después de cerrar la maleta.
Colocó su mano sobre el hombro de Desir. Le indicaba claramente a Desir que se apartara del camino.
Pero Desir se mantuvo firme y se negó a moverse.
—¿Por qué hizo esto, Profesor Benquik?
Después de que Desir dijera esto, la cara de Benquik, que siempre tenía una sonrisa impresa, rápidamente se endureció.
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