La Magia de un Retornado Debe Ser Especial - Capítulo 147 - Novela en Español

Capítulo 147 - Retorcido (3)

—Keukkk...

Darren dio un paso atrás.

—¡Todos, concéntrense en atacar el pilar de soporte del puente!

Cuando Darren sintió que perdía el control del flujo de la batalla, empezó a dirigir sus hechizos al propio puente, en lugar de a los enemigos que tenía en frente.

El pilar era muy sólido, pero bajo un fuego intenso, pronto comenzó a mostrar indicios de falla.

—Está pensando en simplemente derribar el puente.

Desir leyó la mente de Darren, pero no se atrevió a hacer nada. El puente colapsaría en una fracción de segundo si usaba su inversión de forma negligente.

Kei tampoco estaba en una situación que le permitiera actuar de manera precipitada. Tenía que proteger a sus soldados.

Esto les dejaba una sola opción.

—¡Adjest!

Sólo la llamó por su nombre, pero ella supo de inmediato lo que había que hacer.

Retrocedió del frente de batalla, ocultándose detrás de los soldados antes de clavar su espada en el suelo. Varios hechizos comenzaron a desplegarse delante de ella.

Sin embargo, el hechizo de Darren se completó un paso más rápido.

[La muerte permanece en el río]

Fue un hechizo de 5° Círculo.

Una enorme cantidad de agua apareció repentinamente alrededor del puente. Las olas inundaron el puente, sacudiéndolo indiscriminadamente como un poderoso tsunami.

Un hechizo al nivel de un desastre natural.

Era un hechizo de tal magnitud y poder que podría describirse fácilmente como tal.

Mientras el hechizo de Darren seguía causando estragos, una parte importante de su poder fue dirigido repentinamente a los nueve pilares que sostenían el puente.

*Craaash*

Uno de los pilares que soportaba el puente se derrumbó en un instante.

Sin embargo, el hechizo no terminó allí. Su trayectoria se desvió repentinamente y se dirigió hacia un segundo pilar.

Los gigantescos pilares que soportaban el puente de ocho pisos de altura no pudieron soportar tal fuerza y se desmoronaron instantáneamente ante semejante violencia.

Posteriormente, el tercer pilar fue destruido en una mera fracción de segundo. Este tercer pilar demostró ser el detonante de la destrucción, ya que el puente comenzó a estremecerse intensamente después de su desaparición.

Afortunadamente, el torrente que Darren invocó desapareció después de destruir el tercer pilar.

Sin embargo, habiendo perdido un tercio de sus pilares, el puente ya se encontraba al borde del colapso.

Rocas y polvo comenzaron a caer como lluvia desde el puente tembloroso. Parecía un milagro que el puente no se hubiera derrumbado todavía.

[Winter Crystal]

El hechizo de Adjest finalmente fue invocado.

Un frío extremo se extendió por una gran área. Este enorme frente frío recorrió la parte inferior del puente.

El aire frío rápidamente se acumuló alrededor de los pilares dañados y poco después se cristalizó en forma de enormes pilares de hielo. Al tomar la forma de pilares, sirvieron como refuerzos para el puente que estaba en riesgo de colapso inminente.

El Adjest podría considerarse como una entidad amada por el maná desde su nacimiento. A pesar de que la cantidad real de maná que poseía estaba sólo en el nivel del 4° Círculo, ya se acercando al nivel del 5° Círculo.

Tener ese nivel de talento tan desenfrenado dejaría a cualquier mago, que se esforzase mucho, envidiándola. Después de todo, con dedicación, ¡imaginen lo que podrían lograr!

Sin embargo, Adjest también era alguien muy dedicada.

Al hacer uso de su talento en lugar de dejarlo estancarse, fue capaz de soportar muchas tragedias y grandes batallas en la vida anterior de Desir; sobreviviendo, de esta manera, hasta el último momento. Adjest se había convertido en la más poderosa Gran Maestra Espadachín Mágica.

Sin embargo, incluso considerando la magnitud de su talento, la consecuencia de haber canalizado tanto maná a un solo hechizo no fue nada despreciable. Adjest se tambaleó mientras que su rostro palideció notablemente.

Tuvo que utilizar una cantidad considerablemente grande de maná para construir los pilares que pudieran soportar a tan gigantesco puente. Como había gastado una enorme cantidad de maná en poco tiempo, parecía que ya no podría participar en la batalla, hasta que se tomase un tiempo para recuperarse.

El Coronel Darren dio un paso atrás inconscientemente.

La unidad dirigida por Kei casi había logrado abrirse paso. Su bloqueo ya no era efectivo.

Kei y Desir se enfrentaron con firmeza a los hechizos lanzados a sus francos mientras los soldados avanzaban con calma. En este punto, sus avances fueron casi sin obstáculos.

El batallón Red Rose fue hecho retroceder gradualmente antes de encontrarse con que no tenían más espacio para retirarse.

—Escuadrón Tres, ¡apunten sus hechizos al Gran Maestro Espadachín!

Después de gritar su orden, Darren comenzó a preparar su propio hechizo. Sentía que su mejor apuesta era terminar todo con un gran hechizo del 5° Círculo. Juzgando que, si podía derribar los pilares de nuevo, el enemigo probablemente sufriría pérdidas significativas en términos de fuerza militar.

Sin embargo, había un punto que Darren pasó por alto.

El batallón Red Rose ya había entrado en el rango de ataque de Kei.

—¡Umph!

Kei desató su característico golpe de espada a distancia sobre el área donde el batallón Red Rose había sido acorralado.

*Bang*

Trozos de rocas volaron en todas direcciones mientras las nubes de polvo se expandían…

Después de un momento, cuando el polvo se asentó, no quedó nadie que se mantuviera en pie.

El suelo se había desplomado como si hubiese sido bombardeado y los magos habían desaparecido sin dejar rastro.

Con un solo golpe, docenas de valiosos magos de 4° Círculo habían muerto.

—Keeeeuuuk.

Darren estaba tendido en el suelo, indefenso; parecía estar colgando de un hilo. Su cuerpo estaba cubierto de rasguños mientras que sus dos brazos ya no estaban.

—¿¡Cómo!?, ¿cómo pudo pasar esto? ¿Cómo puede ser que esto...?

Parecía que Darren no podía entender la situación en la que se encontraba. Mientras permanecía aturdido, el bando de Kei continuó atravesando el puente a un ritmo constante.

—¡A la carga!

Bajo el liderazgo de Kei, todos los soldados que avanzaban detrás de él se precipitaron hacia adelante mientras rugían a todo pulmón.

—¡Waaaaghhhh!

Lo único que les impedía abrirse paso ahora, eran los espadachines del batallón de la Rosa Roja.

(Nota: Los capítulos anteriores se referían a la Brigada de la Rosa y a sus batallones como una unidad compuesta sólo por magos, pero tal parece ser que el autor lo olvidó o cambió de opinión).

Se produjo un combate cuerpo a cuerpo.

*Clang*

El sonido del choque de armas era fuerte.

Los soldados, liderados por el Gran Maestro Espadachín, Kei Hazumaryun, habían alcanzado un determinado nivel con la espada. Con un futuro incierto debido a su falta de habilidades en magia, habían dedicado sus vidas y energía a perfeccionar sus habilidades y a aprender tan mucho como fuese posible de la formación de Kei.

Masacraron a los remanentes del batallón Red Rose, como si desahogaran su ira en ellos por toda la magia que habían padecido para llegar hasta aquí.

—¡Keuuk!

La batalla se desarrolló de manera desigual.

El batallón Red Rose era famoso tanto por sus habilidades en el campo de batalla como por su experiencia en el combate. No importaba si eran atacados por una unidad mucho más grande que la suya o por una unidad más pequeña de soldados de élite, estaban bien equipados para manejar la situación.

Lo que no pudieron manejar, sin embargo, fue el implacable asalto de la unidad del Gran Maestro Espadachín en un combate cuerpo a cuerpo.

—Ma- Maldi...

Lo peor fue que, al perder Darren sus brazos, también había perdido la cabeza y ya no podía continuar en su papel de comandante. Su asistente lo ayudó e intentaron huir para distanciarse lo más posible de Kei.

El flujo de la batalla se había inclinado decididamente hacia el lado de Kei.

—¡Despejen el camino hacia el Coronel Darren!

Kei se destacaba claramente en el campo de batalla. Ni siquiera necesitaba invocar su Aura. Sólo tenía que blandir su espada y sus enemigos se veían abrumados.

Cada vez que su espada era blandida, más de una persona perdía su vida sin fallar.

No era exagerado decir que se trataba de un ejército de un solo hombre. Tenía una presencia tan digna y abrumadora.

—¡No dejen que nadie se acerque al Coronel!

El batallón Red Rose resistía enérgicamente, pero no sirvió de nada.

Kei se acercó a Darren mientras derribaba a todos los que obstruían su camino. La distancia se acortó en un abrir y cerrar de ojos y al final, la cabeza del asistente que ayudaba a Darren también cayó. Ya no hubo nadie que pudiera resistirse a Kei.

—Todo se ha acabado ahora.

Kei apuntó con su espada a Darren, quien yacía caóticamente en el suelo.

—¡Espera! Perdona mi vida. No soy una figura que pueda morir así nada más. Información. ¡Puedo darte información! El Profeta. Podría darte información sobre él. ¿Qué te parece?

—Estoy seguro de que posees mucha información. Puede que sea una decisión precipitada matarte aquí…

Por un momento, la cara de Darren se iluminó.

*Slash*

Y en ese momento, Kei le cortó el cuello.

—…Pero aquellos que sacrifican a sus soldados en vano son indignos de la vida.

Kei agarró y levantó la cabeza ahora decapitada.

—¡La guerra se ha terminado!

La resonante voz de Kei hizo eco. El sonido de las armas chocando gradualmente se redujo y finalmente se detuvo.

El batallón Red Rose estaba en una situación cercana a la aniquilación total.

De casi seiscientos soldados, ahora sólo quedaba un puñado de ellos.

—Cualquier otra resistencia será inútil. Si continuamos luchando aquí, sólo causaría muertes innecesarias.

Comparado con ellos, el bando de Kei no sufrió muchas bajas. Gracias a Pram, Romantica, y Adjest que jugaron activamente papeles decisivos en la batalla.

—Por favor, abran paso al patio interior. Perdonaremos las vidas de los que queden.

Los soldados del batallón Red Rose se movían con cautela intentando no hacer algún movimiento brusco, mientras se miraban unos a otros. Entonces un hombre, posiblemente con el rango más alto entre ellos, se acercó a Kei.

—Apreciamos su preocupación, Mayor. Sin embargo, cualquiera sea la razón, sus acciones son claramente una traición. Y rendirse ante un traidor significa la muerte para nosotros.

Rendición a un ejército rebelde. Se consideraría un crimen extremadamente grave cuya pena era la muerte.

—Nosotros ganaremos.

—... Las posibilidades de que eso ocurra son muy escasas, Mayor.

El hombre vaciló por un momento, y entonces habló mientras suspiraba.

—Muy pronto, el batallón Blue Rose llegará aquí. El Coronel Darren anticipó la ruta que tomaría y se preparó para todas las eventualidades.

Darren era cauteloso con todo y utilizó todo el poder militar disponible para enfrentarse a Kei.

—Ese asunto es cosa mía. ¿Así que todos ustedes no se rendirán y tomarán una posición firme hasta que ellos lleguen?

El hombre que se acercó a hablar se dio la vuelta.

Los supervivientes se miraron entre sí y luego asintieron con la cabeza.

—Sabemos que resistirse a usted es en vano. Pero queremos morir como súbditos leales que cumplieron sus juramentos, en lugar de ser ejecutados como cobardes deshonrosos.

—Es una verdadera pena...

Sus palabras fueron sinceras. Realmente admiraba a la unidad por su habilidad y su lealtad inquebrantable al Rey.

Kei frunció el ceño.

Sin embargo, muy pronto, se volvió decidido e hizo un gesto a sus soldados.

Entonces, todos los subordinados de Kei desenvainaron sus espadas.

—¿Algunas últimas palabras?

—No.

El batallón Red Rose no se resistió más y los subordinados de Kei acabaron con ellos de la manera menos dolorosa posible.

Momentos después, no quedaron sobrevivientes entre ellos.

Fue la aniquilación total del batallón Red Rose.

Kei se dio la vuelta y abrió la puerta del patio interior.