La Magia de un Retornado Debe Ser Especial - Capítulo 112 - Novela en Español

Capítulo 112 - Hipócrita (2)

Crow Mask continuó hablando.

—El Reino de Divide enviará un gran número de tropas para ayudar en la eliminación de los Forasteros. Dado que proporcionamos la mayor cantidad de tropas de todas las naciones aliadas, podremos tomar el liderazgo del Imperio Occidental.

Pierrot Mask asintió.

—Hmm, tal vez.

—Partiendo de ahí, dominaremos el Imperio Occidental paso a paso. Si somos capaz de asegurar una oportunidad con el sacrificio de un “aliado”, solo de nombre, debemos aprovechar la oportunidad.

No había una sola pizca de culpa distinguible en sus palabras.

Fue una táctica ideada a través de meticulosos cálculos.

La afición de Pierrot Mask por Crow Mask comenzó a crecer más y más.

A diferencia de sí mismo, que simplemente asesinaba por diversión, la forma en que Crow Mask calculaba todo objetivamente, incluso enviando a aliados a morir si eso se alineaba con sus planes, lo intrigaba enormemente.

—Bien, procederemos con ese plan.

Una vez que Pierrot Mask dio su aprobación, Crow Mask se volteó hacia el espejo.

Y de los muchos marcadores, su mirada se dirigió a uno en particular.

La Academia Hebrion.

Año tras año, Crow Mask contemplaba la mejor manera de derrocar a la Academia Hebrion.

Finalmente se decidió por usar la Competencia Anual de Partys.

A su subordinado, Benquik, le había llevado mucho tiempo acercarse al nivel de magia que le permitiese crear un Mundo de las Sombras virtual.

Fue una oportunidad que no sería capaz de volver a recrear. Por lo tanto, no podían fallar en ese aspecto.

Pero el plan se había derrumbado.

Era justo decir que fue una derrota absoluta.

Como su plan había fracasado, Crow Mask usó el artefacto que había adquirido de Skull Mask en preparación para ese tipo de situación.

Mató a Benquik sin dudarlo.

No tuvo más remedio que matarlo ya que el plan había fallado de todos modos.

Benquik había pasado una cantidad considerable de tiempo como subordinado de Crow Mask.

Sabía demasiado de los Forasteros.

Aunque el plan fracasara, Crow Mask había planeado utilizar el hecho de que Benquik era un plebeyo para intensificar la hostilidad entre nobles y plebeyos.

La relación entre las dos clases sociales ya había alcanzado su punto de inflexión.

El evento debería haber sido el golpe final.

Pero todo quedó en silencio.

Extrañamente silencioso.

El caos previsto no sucedió.

Pero, ¿por qué?

Recordando la última cara que había visto cuando usó el artefacto de control mental, Crow Mask descubrió fácilmente la razón.

Esa persona había ocultado el incidente.

El hecho de que la misma persona hubiera interferido en sus planes, una vez más, hizo que la cara de Crow Mask se retorciera de ira.

La forma en que lo había ocultado era completamente predecible.

«Maldito hipócrita».

Crow Mask recordó la conversación que mantuvo con él en Prilecha.

«¿Cuál es la diferencia entre tú y yo? Tú tampoco, no te detendrás de ninguna manera».

«En efecto… Nuestras actividades son diferentes, pero usted no es diferente de nosotros».

«Seré yo quien acabe contigo, sin falta».

* * * * *

* * * * *

La atmósfera se apagó y el viento penetrante comenzó a asomarse.

La Academia Hebrion estaba envuelta en una atmósfera anormalmente sombría.

Las hojas de otoño que solían abrazar a los árboles se habían dispersado sin remedio, la hierba que iluminaba los prados ya se había marchitado, y todas las flores que habían estado adornando los jardines se habían congelado.

Y estudiantes habían muerto…

Una vez que la situación de la Competencia de Partys se había resuelto, la Academia Hebrion comunicó la noticia a las familias de las víctimas.

Cada familia expresaba su dolor a su manera.

Algunos lloraban sin palabras mientras aceptaban la noticia, otros no aceptaban la realidad y fueron a buscar a sus hijos, y otros expresaban su enojo hacia la Academia.

Sus métodos de duelo eran diferentes, pero lo que tenían en común era que no había ni una sola persona que no llorara.

La Academia Hebrion hizo todo lo posible para consolarlos y tomó las medidas necesarias.

—Quiero ver la cara de mi hija por última vez.

La esposa de un condesa suplicó, pero era una solicitud imposible de conceder.

Los cadáveres no podían ser vistos.

Si alguien llegaba a su fin en el Mundo de las Sombras, su cadáver se convertiría en parte del Mundo.

Una vez que se despejara el mencionado Mundo de las Sombras, la persona desaparecería con el mismo.

No había cuerpos físicos, pero había una manera de probar sus muertes.

La Competencia de Partys había sido registrada por completo.

Pero ni un solo miembro de la familia quería confirmarlo. No querían presenciar el momento en que su ser querido llegaba a su trágico final.

Incluso después de que las pertenencias de los fallecidos fueron devueltas a sus familiares, la conmoción no se calmó.

Finalmente, lo único que la Academia Hebrion podía hacer era esperar hasta que todos se calmaran.

Hubo un total de quince estudiantes sacrificados.

Nueve de la Clase Alfa.

Seis de la Clase Beta.

...y un profesor.

Benquik Periambos.

Como alguien que había dedicado toda su vida a la educación, él no tenía a nadie que pudiera llamarse familia.

Estaba solo. No tenía padres, ni esposa ni hijos, ya que nunca se había casado. Ni tampoco parientes.

Un profesor que siempre se las arreglaba para encontrarse en desacuerdo con él murmuró.

—No es de extrañar que siempre se quedara en la academia durante los periodos de recesos.

Otro profesor que tuvo una relación ambigua con él habló con un tono seco.

—¿No fue su primer viaje el de estas vacaciones? Quién iba a saber que sería su último...

Alguien más chasqueó la lengua.

—Pobre hombre.

Todos se compadecieron del profesor Benquik.

Compadecerse del asesinato de un hombre como Benquik, que había dedicado toda su vida a la educación, era de esperarse.

La dedicación de Benquik, y sus esfuerzos, fueron reconocidos por la Academia Hebrion, y de esta manera fue sepultado en el Cementerio Nacional, un lugar que solo estaba reservado a personas honorables.

Las hojas de otoño se dispersaron. Los estudiantes se pusieron en fila frente a los ataúdes, mientras la roja lluvia caía sobre ellos.

Aparte de algunos profesores que se ocupaban de la situación, todos los estudiantes y el resto de los profesores estuvieron presentes en la sala.

Poco después, comenzó el conmemorativo discurso de Justin, el Decano de la Academia Hebrion.

Habló acerca de la vida de Benquik, lo duro que había trabajado para los estudiantes de la Academia Hebrion, y de cómo realmente había dedicado todo a esa causa.

El sonido de los gritos de la gente vino de todas las direcciones.

Había muchos estudiantes de la Clase Beta que habían admirado mucho a Benquik.

Derramaban lágrimas mientras lloraban la pérdida de su respetado profesor.

Desir fingió pena al mirar el ataúd de Benquik.

Un asesino de quince jóvenes inocentes que estaba siendo llorado por estudiantes y profesores por igual en el Cementerio Nacional de Hebrion.

¿Podría haber algo más irónico?

Todo esto había sido causado por la mentira de una persona.

Desir se sintió mal del estómago.

Afirmando que lo hacía por los plebeyos, Benquik había apuntado a los nobles, y puso en marcha una cadena de eventos que resultaron en nada más que una tragedia innecesaria.

Si la verdad se hiciera pública, lo que naturalmente seguiría no sería una sorpresa para nadie.

Los nobles verían a Benquik no como un Forastero, sino como un plebeyo, lo que causaría más discriminación en contra ellos, llevando todo a otra revuelta.

Otra muro entre las dos clases sería inevitable.

Fue el atajo a un colapso irreversible. Desir no podía permitir que eso sucediera.

«Esto debe ser detenido».

Desir fue la única persona que presenció el final de Benquik.

Lo único que los demás sabían era el hecho de que el artefacto que estaba usando tenía la habilidad del control mental.

Solo Desir sabía cómo y cuándo se habían activado esos poderes.

Benquik había muerto a causa del artefacto de control mental.

Alguien entre los Forasteros hizo esa llamada para evitar que Desir consiguiera información sobre ellos.

Sin embargo, “gracias” a su muerte, Desir pudo mentir.

Mentir que la mente de Benquik había estado controlada durante mucho tiempo, que simplemente había sido utilizado por los Forasteros.

A pesar de sus intenciones, al final Desir no había hecho otra cosa más que encubrir a un asesino.

Desir tuvo que deliberar sobre sus acciones.

Había visto paralelismos entre él y los Forasteros en el hecho de que ninguno se detendría ante nada para lograr sus objetivos.

No importaba lo que pasara, tenía que asegurarse de no convertirse en un peón para ellos.

No podía darse el lujo de perder el tiempo.

*Crujido*

Desir fue arrancado de sus pensamientos cuando algo frío golpeó la palma de su mano.

Era una hoja congelada.

Desir apretó su puño y aplastó a la hoja.

Y en el momento en que abrió la mano, la hoja aplastada finalmente se alejó con el viento.

Desir sintió que todas sus fuerza abandonaba su cuerpo.

De repente, la voz del decano sonó en sus oídos.

—No olvidaremos a los estudiantes que cruelmente fueron víctimas y a nuestro querido profesor Benquik. Estarán siempre a nuestro lado...

«¿Me estoy sintiendo culpable por mentir?».

«…Tal vez».

«Si me dieran otra oportunidad, ¿tomaría una decisión diferente?».

«No, ¡nunca!».

Desir negó con la cabeza.

Incluso si le dieran miles, millones de oportunidades, siempre tomaría la misma decisión.

«No debo olvidar mi propósito».

Desir determinó por sí mismo.

Era muy consciente de lo que realmente importaba y de lo que tenía que hacer para lograr su objetivo.

«Para prevenir el futuro, para salvar a la humanidad...».

«...tomaré las decisiones difíciles cada vez que sea necesario».

«Haré todo lo que pueda».

Podrían criticarlo y llamarlo hipócrita tanto como quisieran. Eso no importaba.

En primer lugar, su objetivo nunca fue hacer cumplir algo como la justicia.

No quería crear confianza y respeto entre nobles y plebeyos porque eso fuese una causa digna.

Debía alcanzar un solo objetivo, incluso si eso significaba que tenía que asumir toda la culpa, la vergüenza y el odio.

Todo eso era para salvar a todos, a la humanidad, del desastre que se avecinaba.

«Si es por eso, me etiquetaré felizmente como hipócrita».

Eso era todo.

Fortaleciendo su nueva determinación, Desir miró fijamente hacia el frente.

Los numerosos estudiantes y profesores que estaban alineados junto al ataúd de Benquik se pusieron de pie solemnemente.

Ardían de odio y en el deseo de derrocar a los Forasteros.

Desir vio al Profesor Pugman entregarle un pañuelo a la profesor Bridget, quien derramaba lágrimas.

En este momento, el muro que separaba a los plebeyos y los nobles no existía.

— ...eso es todo. —El discurso de Justin, el Decano, finalizó.

Enterraron ceremoniosamente el ataúd de Benquik.

El viento quejumbroso abofeteó las caras de todos.

Así como así, el funeral en un día de otoño terminó.