La Magia de un Retornado Debe Ser Especial - Capítulo 148 - Novela en Español

Capítulo 148 - Retorcido (4)

Magos.

El número de magos nacidos cada año siempre era bajo. Para ser mago, uno tenía que nacer con una habilidad extremadamente rara conocida como las Bendiciones de Maná.

Eran de número muy escaso, pero tenían el poder de lograr resultados imposibles de alcanzar únicamente a través del poder humano.

No era una sorpresa que se convirtieran en existencias preciadas y se consideraran una fuerza militar valiosa para un país.

El Reino Mágico se convirtió rápidamente en un punto de referencia para los magos que querían innovar y mejorar su poder mágico. El encuentro de magos de ideas afines había permitido un gran avance en términos de tecnología mágica e investigación de hechizos.

No pasó mucho tiempo hasta que el Reino Mágico se enorgulleciera de sus magos. Con el tiempo, esto había dado lugar a la confianza nacional en que la magia era el principio y el fin de cualquier nación civilizada.

Esta confianza inevitablemente terminó por convertirse en una creencia en la supremacía mágica que se estableció rápidamente y echó raíces en todos los niveles del Reino Mágico.

—Adelante.

Sin embargo, hoy, esa confianza se hizo añicos.

Había pasado un tiempo desde que Kei había prevalecido contra la unidad de soldados y magos en el puente. Se habían enfrentado y triunfado contra competentes caballeros que protegían a los magos desde su posición en el frente, mientras eran apoyados por hechizos lanzados desde la retaguardia.

La unidad que Kei lideraba continuó avanzando hacia adelante mientras sometía rápidamente a cualquier enemigo que se encontrara.

Las espadas y lanzas que habían sido despreciadas por tantos, marchaban en gran medida sin cesar hacia el corazón mismo del Reino Mágico.

—La importancia de la defensa del patio interior se perdió en el momento en que el batallón Red Rose fue destruido.

Finalmente pudieron llegar a la alcoba real donde normalmente el Rey se alojaba.

—Soy Kei Hazumaryun, leal sirviente de Su Majestad. ¿Me permitiría entrar en su alcoba?

Kei solicitó cortésmente entrar a la recámara, pero no hubo respuesta, ni siquiera después de esperar un tiempo.

Como no podían permitirse perder más tiempo, Kei abrió la puerta.

—¡…!

Fue recibido con la imagen del Rey desplomado en el suelo, con la boca abierta como si estuviera gritando.

Su cuerpo estaba manchado con sangre roja brillante que continuaba fluyendo de su herida y hasta se filtraba en la funda de la cama.

El Rey estaba muerto.

Kei giró hacia Desir.

—¿Acaso es un hechizo de ilusión para confundirnos y engañarnos?

Desir negó con la cabeza.

—Actualmente no hay hechizos operando en esta habitación.

—Entonces… esto es real.

—... Eso es correcto.

Desir respondió con calma, pero no pudo ocultar lo nervioso que estaba. 

—¿Quién hubiera sabido que el Rey estaba muerto?

Viendo al Rey acostado sin sus ojos cerrados, era casi como si uno pudiera sentir el dolor que experimentaba, sólo por ver su atormentado rostro.

Incluso con esta terrible escena, Kei siguió el rastro de la sangre que se iniciaba en el suelo y subía hasta la cama.

Una herida en el abdomen fue desvelada. La herida tenía la forma de un diamante.

—Esto...

Desir, que había estado observando a una corta distancia, suspiró.

La forma de la herida coincidía sorprendentemente con la marca que dejaría la particular espada de Kei.

—…

Hicieron un buen uso de sus cerebros.

Con esto, Kei y la party de Desir serían marcados simplemente como fuerzas rebeldes que invadieron el palacio y asesinaron al Rey.

Y ahora, con la sangre del Rey en sus manos, tendrían que enfrentarse a la élite de la Brigada de la Rosa, así como también a toda la fuerza militar del Reino Mágico.

Kei levantó al Rey, que yacía inexpresivamente en el suelo, y lo recostó en la cama. Cerró los ojos del Rey y le susurró algo, como una oración.

Fue demasiado corta para ser un discurso.

Eso fue todo.

No parecía agitado, no expresó ninguna ira o pena.

Kei habló a Desir con una expresión tranquila.

—Vamos a buscar a ese Profeta. Si lo encontramos, podremos acusarlo como el asesino del Rey.

Desir estaba preocupado por la reacción de Kei. Normalmente, la gente llora la pérdida de un amigo, pero Kei estaba tranquilo y reservado.

¿Quizás era su manera de afrontarlo? Rápidamente se distanció del pensamiento; si no se centraba en su situación actual, sus muertes serían inevitables...

Salieron rápidamente de la recámara del Rey y se dirigieron al lugar donde el verdadero enemigo, el Profeta, probablemente estaría. Para llegar allí, tuvieron que pasar por un enorme salón en el centro del patio interior.

No fue difícil llegar a su destino: la “Sala del Conocimiento”.

El salón al que llegaron era colosal. Era lo suficientemente grande como para ser considerado un símbolo del poder del Reino Mágico.

Como la sala era tan grande, probablemente un número considerable de miembros del personal militar se ubicaría allí. Como tenían que pasar por esa zona para avanzar hacia la ubicación del Profeta, Kei predijo que probablemente habría algún tipo de resistencia reunida allí para interceptarlos.

Sin embargo, sólo la mitad de su predicción fue correcta.

—¡Graaaarghh!

Un grito horripilante resonó.

El gran número de personal militar que supuestamente se reuniría allí, estaba esparcido por el suelo como trozos de carne.

En lugar de ser recibidos por una unidad militar de élite, fueron recibidos por cientos de monstruos.

Desir fue capaz de especular sin dificultad que estos monstruos habían masacrado brutalmente a los soldados.

Habían masacrado a los humanos y estaban comiendo a gusto. Esta visión era absolutamente horrorosa, y las propias criaturas también lo eran.

Eran el tipo de monstruos que nadie podría olvidar.

—Quimeras...

Las quimeras eran bestias salvajes que no tenían conciencia de sí mismas. Debido a su método de producción y al peligro que representaban, la creación de estas formas de vida estaba completamente vetada. 

Si bien era muy arriesgado crear estas criaturas, las mismas eran extremadamente poderosas.

El riesgo de burlar la ley natural tenía su correspondiente recompensa.

Ellas eran ensambladas extrayendo las fuerzas de muchos monstruos diferentes, como resultado eran naturalmente poderosas. La fuerza de cada entidad individual era excepcionalmente grande, más allá de toda comparación.

Incluso la unidad de Kei, que se había enfrentado a todo tipo de adversidades, vio las caras de la mayoría de sus miembros palidecer al ver a los monstruos que estaban frente a ellos.

Empeorando una situación que ya de por sí era mala, el número de Quimeras frente a ellos era mucho mayor al número que Desir y Romantica habían enfrentado en el laboratorio de Pureus.

—No puedo creer que hayan creado tantas Quimeras y las hayan mantenido en el patio interior.

Esto demostraba el poder del hombre, que era referenciado como el Profeta, ocupando este palacio.

—Supongo que no tiene la intención de ocultarlas por más tiempo.

—Probablemente no podía permitirse considerar otras opciones ahora.

El hecho de que enviara a las Quimeras, que no podían distinguir entre amigo y enemigo, significaba que se le estaba acabando la paciencia en tal situación.

También significaba que ya no tenía otras opciones. Es decir, si atravesaban este lugar, entonces serían capaces de cerrar la brecha con el enemigo rápidamente.

—¿Kreeuuk?

Una Quimera sintió algo y se dio la vuelta para mirar.

Entonces, una por una, otras Quimeras comenzaron a girar para mirar a las tropas de Kei.

*Thud*

El hueso que una de las Quimeras estaba devorando cayó al suelo e hizo eco en el salón.

Esto sirvió como una señal, después de la cual todas las Quimeras saltaron hacia ellos.

—¡Kraaaarrghh!

Kei calmó a los soldados que habían entrado en pánico y rápidamente les ordenó una formación completamente defensiva.

—¡No retrocedan!

A medida que el sonido de los chirridos y pasos de las Quimeras se hacía más fuerte, la tensión de los soldados también aumentaba.

En poco tiempo, las Quimeras se estrellaron en la formación en forma de curva, como una ola estrellándose contra la playa.

Las espadas cortaban y rebanaban la piel mientras los dientes de las Quimeras excavaban y arrancaban la carne.

El sonido de la carne cortada y desgarrada acompañado del sonido de la sangre saliendo a borbotones; estos eran los sonidos de una batalla de vida o muerte.

Los pocos magos de la unidad de Kei organizaron hechizos y los invocaron ante las Quimeras.

Desir y Romantica se unieron a ellos en un intento de reducir el número de Quimeras que se les acercaban.

Las Quimeras aquí no eran tan sofisticadas como las Quimeras que creó Pureus, pero estaban hechas de monstruos extremadamente poderosos.

Viendo esto, uno sabría que una buena parte del presupuesto nacional ha sido invertido en esto.

Gracias al excelente sentido de la batalla de Kei y su habilidad para emplear estrategias efectivas, su unidad fue capaz de resistir contra estas poderosas Quimeras.

Esto no era el caso de las Quimeras, quienes habían perdido su sentido de la caza y se desbocaban temerariamente.

Estas Quimeras nunca serían capaces de preparar una formación adecuada y la unidad de Kei no era lo suficientemente débil como para ser abrumada por Quimeras que no empleaban ninguna formación.

O eso es lo que pensaban…

Esa mentalidad se desvaneció rápidamente.

A medida que la lucha se desarrollaba, se hizo evidente que la resistencia antinatural de las Quimeras superaba en gran medida lo que la unidad de Kei era capaz de hacer.

Lenta pero seguramente, perdieron la ventaja y la marea de la batalla cambió.

Cuando los soldados llegaron a su límite debido al agotamiento, y los huecos en sus formaciones de escudo comenzaron a aparecer, las Quimeras usaron sus garras para arrastrar a los soldados y sacarlos de la formación.

Los soldados que eran arrastrados eran comidos vivos delante de los restantes soldados.

Algunas de estas personas eran caras familiares que la party de Desir había visto varias veces durante su viaje en la aeronave.

La situación actual era mucho más grave que las anteriores batallas que estos soldados habían enfrentado hasta ahora, y no había un final a la vista.

—¡Arghhhh!

Uno de los soldados gritó.

Después de destrozar a un soldado, una Quimera que se parecía mucho a un león extendió sus garras hacia el soldado que estaba gritando.

[Burst Fire]

Docenas de bolas de fuego se materializaron frente a Desir antes de dispararse hacia adelante como meteoritos y destrozar las garras mientras alejaban a la Quimera tipo león.

El soldado rescatado por Desir le agradeció con un ligero asentimiento y volvió a unirse a la batalla una vez más.

A pesar de que hizo una acción admirable, la expresión facial de Desir no era buena.

Desir se sentía miserable.

«Esto es mucho más difícil de lo que esperaba. El nivel de dificultad se ha incrementado varias veces».

Nadie podía esperar que un hombre denominado “Profeta” dirigiera una legión de Quimeras de esta magnitud.

Cuando Desir se unió a Kei Hazumaryun, el espadachín más fuerte de esta generación, y escuchó el detallado plan que este había propuesto, estaba seguro de que el despeje de esta misión sería sencillo con la ayuda de Kei.

Pero enfrentándose ahora a la situación que se desarrollaba ante sus ojos, no estaba tan seguro de que esta misión fuese tan sencilla de llevar a cabo como se previó en un principio.

«Este nivel de dificultad corresponde al nivel más alto de un Mundos de las Sombras de Clase Tres».

Esto era incluso después de considerar el hecho de que Kei estaba allí como ayudante en la misión.

Si Kei no estuviera allí, el nivel de dificultad de este Mundo de las Sombras sería fácilmente de Clase Dos.

Además, la situación se estaba deteriorando rápidamente a medida que pasaba el tiempo. Incluso era más que evidente que la situación sólo se deterioraría más allá de este punto.

—... pude sentir una gran cantidad de señales de maná dirigiéndose hacia aquí. Ya que hay un número significativo de ellas, supongo que es el batallón Blue Rose.

La unidad de Kei estaba exhausta de enfrentar a las Quimeras. La posibilidad de que su unidad lograra la victoria contra el batallón Blue Rose era en extremo baja.

Tenían que pensar rápidamente en una estrategia.

Desir se separó de su línea de frente y se movió hacia la línea de frente en la que estaba el Mayor Kei.

Pram y Adjest también estaban luchando cerca.

—El batallón Blue Rose llegará aquí en unos diez minutos.

Después de escuchar las palabras de Desir, Kei puso una mirada severa en su rostro.

Por su amplia experiencia en tales situaciones, sabía que no tendrían ninguna posibilidad de ganar una vez que llegase el batallón Blue Rose.

Penen, que había estado escuchando desde un costado, compartió sus pensamientos con Kei.

—Comandante, por favor considere transferirme sus derechos de mando.

El rostro de Kei cambió a una mirada de disgusto cuando se dio cuenta de lo que esto significaba.

—... ¿Puedes hacerlo?

—Creo que es mejor que terminar todo esto sin conseguir nada. Espero que se pueda cumplir mi más ferviente deseo.

«¿Uh?».

Desir sintió algo extraño.

Cuando Kei se enfrentó a la muerte del Rey, estaba tranquilo. Pero ahora, por primera vez, Kei había revelado un poco de emoción.

Era una diferencia sutil, pero Desir no la pasó por alto. Kei no fue capaz de reprimir sus emociones. Había expuesto sus emociones abiertamente a través de un pequeño cambio en su expresión facial, diferente del momento en que se enfrentó a la muerte del Rey.

Sin embargo, sabía que era la única forma de avanzar, así que decidió proceder sin más demora. Sabía que esto lo colocaría directamente en el camino de la masacre.

—Ahora mismo, traspaso todos mis derechos de mando a usted, Alférez Penen.

—Es un honor para mí. Haré lo mejor que pueda.

Después de eliminar a tres Quimeras más cercanas de un solo golpe con una explosión de Aura, Kei se retiró de la línea del frente.

—... Nunca los olvidaré a todos ustedes.

—Rezamos por tu éxito en esta guerra.